Las herederas de Amy Winehouse

De hecho, si por algo debe ser recordada la autora de «You Know I'm No Good» no es por sus continuos escándalos y sus actuaciones tambaleantes, sino por haber encabezado una nueva generación de artistas que han recuperado la pasión por el viejo soul y han conseguido encajarlo de nuevo en las listas de ventas. Winehouse, es cierto, picoteaba también del reggae y el ska y combinaba los arrumacos a Marvin Gaye con versiones de los Specials, pero en su voz estaba grabado a fuego el ADN del soul . Más o menos lo mismo que ocurre con todas esas artistas que, con Amy fuera de plano, pugnan ahora por convertirse en sus sucesoras.

Y entre las aspirantes de hacerse con el cetro y la corona, nadie mejor posicionada que Dionne Bromfield . No solo porque esta jovencísima cantante de apenas 15 años haya puesto su voz de ébano y terciopelo al servicio de clásicos como «My Boy Lollipop» o «Ain't No Moutain High Enough», sino porque se trata de la ahijada de la propia Winehous e. Es más: Broomfield fue la primera artista en fichar por Lioness Records, sello creado por la malograda cantante británica. «La primera vez que escuché a Dionne cantando no podía creer lo que estaba escuchando. Ella es mucho mejor que yo a su edad », llegó a confesar Winehouse, cuya última aparición pública tuvo lugar el pasado 20 de julio, tres días antes de su muerte, precisamente en un concierto de Broomfield en el Roundhouse de Camden (Londres). La joven británica, que saltó a la fama tras participar en «Strictly Come Dancing» (el «Mira Quien Baila» inglés), acaba de publicar su trabajo, «Good For The Soul» .

Antes de Bromfield, sin embargo, estuvo Duffy , algo así como el yang de Amy Winehouse. Voz humeante, rubio cegador y cara de no haber roto un plato en su vida. Tirando del hilo de ese soul añejo, en su caso, más Dusty Springsfield que Motown , la galesa empezó a preparar su candidatura en 2007 con «Rockferry». De ahí salió el hit interplanetario «Mercy», catapulta con la que esta Petula Clark del nuevo siglo salió disparada hacia el éxito pasando por los tres millones de copias vendidas. «Endessly», su nuevo trabajo , refuerza la querencia por el pop negro.

Pero si de lo que se trata es de repartir la herencia de la Winehouse, no podemos olvidar a Adele , quizá la que más espectro musical abarca —folk, blues y jazz— y la que con mayor tino ha conseguido cruzar el charco para conquistar los siempre esquivos Estados Unidos. Con Winehouse comparte una voz personal y doliente , aunque discos como «19» y «21» la sitúan más cerca del soul bajo en calorías de Duffy que del ardoroso lamento de la creadora de «Tears Dry On Their On».

Y dado que el amor por la música negra no es exclusivo de Gran Bretaña, incluso aquí encontramos bandas empeñadas en desenterrar la edad de oro del soul. El caso más llamativo es el de The Pepper Pots , una banda de Girona que se maneja con deliciosa soltura entre vientos y guiños a las Ronettes y que es más conocida en Tokio que en España. Puestos a cerrar el círculo, un apunte: «Now!», el primer trabajo de los catalanes, estuvo producido por Binky Griptite de los Dap-Kings (sí, la banda del «Back To Black») y han grabado junto a Eli «Paperboy» Reed, cantante que pasa por ser el homólogo «yanqui» y masculino de Winehouse.