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ABC Cultural

Música

El flamenco contado a través de las flores: oda, pureza y destrucción

A través de una lista de Spotify y coincidiendo con el mes de mayo, escuchamos letras que utilizan la naturaleza como recurso poético

Rocío Márquez junto a Cristian de Moret en la Casa Azul de Córdoba Ernesto Hita

Luis Ybarra Ramírez

Una lágrima de sangre que cae sobre un campo de trigo. La juventud explotando en los pliegues de un capullo que crece presumido en sus volantes. Un canasto de caña donde se sugiere la estación más colorida. Una mancha que pinta el lienzo blanco sobre ... blanco, emulando de forma natural a un cuadro de Malévich. El aire que lo mancha todo de evocaciones. Las briznas de un bosque de espuma. El eco largo de una rama. La vida resumida en una flor que yace abierta en las páginas de la historia... Al flamenco nos podemos acercar por un sinfín de puertas. Ábrase ahora, por mayo, la más perfumada de todas ellas: la de las flores. Y que sirva ese capítulo de 'Platero y yo' en el que llueven rosas como referencia para entrar en el jardín. La música duele y también huele, como la rosa, que tiene espinas; «no la toquéis ya más». La naturaleza es un recurso para contar, y en la belleza de unas simples hojas se extiende el alborozo y el dramatismo del mundo . Una flor es una historia de amor que dura lo que vale. Es muerte asomando su daga en el mejor momento. Oda, pureza y destrucción. Vida efímera y pasaje.

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