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Festival de Peralada: pasión por Bryan Hymel

El Festival ampurdanés acogió el debut local del aclamado tenor estadounidense

Bryan Hymel en Gerona EFE

PABLO MELÉNDEZ-HADDAD

El Festival Castell de Peralada no reniega de esa pasión tenoril que lo caracteriza desde hace tres décadas: cada verano hay al menos un recital o concierto dedicado a los máximos representantes de esa cuerda. Este año presentó a su público al estadounidense Bryan Hymel, uno de los tenores líricos más reputados del momento. De voz hermosa, pletórica, en plenitud, solar, fue una pena que en el programa no figuraran sus personajes más emblemáticos, esos del repertorio heroico francés que lo han hecho famoso, porque faltó más ópera. Afortunadamente equilibró esta carencia con las propinas, ofreciendo finalmente una actuación muy exigente apoyándose en la soprano griega Irini Kyriakidou, su pareja en la vida real, y que también debutaba en Peralada (el tenor se presentó en España en una «Damnation de Faust» en la Quincena Donostiarra en 2014).

Acompañados al piano por Julius Drake, Hymel abrió el fuego con la música de Ralph Vaughan Williams y sus «Four Hymnes for Tenor», destacando especialmente en un brillante «Lord! come away!». Una selección de las populares «Nuits d'été», de Hector Berlioz , presentó a su esposa, soprano que asumió la mitad del programa, una voz en evolución y con una zona del registro muy bien solucionada y consistente.

La segunda parte comenzó con un Roméo nada sutil, siempre muy entregado, y con el aria de Turiddu de «Cavallería rústicana» de Mascagni impresionante, todo arrojo y poderío. El «Himno a la luna» de «Rusalka», de Dvorák, mostró un nuevo perfil de Kyriakkidou, finalizando el programa con el dúo de Don José y Micaëla de «Carmen» y con el aria del tenor de la obra de Bizet, en ambas con un Hymel soberbio. Pero lo más increíble llegó con una de las propinas, el aria de Jean de «Hérodiade» de Massenet, culminada con un regulador de esos que ya no se prodigan y coronando al tenor de Nueva Orleans como un auténtico triunfador . Para despedirse, Bryan Hymel decidió abrir boca para la «Turandot» que el Festival estrenaba al día siguiente, con un «Nessun dorma» para quitar el sueño.

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