¿Por qué las estrellas de la música están vendiendo sus repertorios?
El principal motivo es la obtención de liquidez inmediata frente a explotación a largo plazo, pero también es importante para hacer menos complejas las herencias
Canciones y fondos de inversión: la nueva fiebre del oro de la industria musical
Nacho Serrano
Bob Dylan abrió el melón, le siguieron Neil Young y Shakira , y ahora ya son dos miembros de Fleetwood Mac y la banda británica Take That los que están vendiendo todo o gran parte de su repertorio, ... bien a grandes editoriales discográficas (el caso de Dylan, con Universal) o bien a fondos de inversión, como Hipgnosis. Muchas otras estrellas de la música también están vendiendo parte o la totalidad de su catálogo. ¿Por qué se está produciendo este fenómeno? Consultamos a dos expertos en la materia para dilucidarlo.
«Este modelo de negocio se venía proponiendo en Reino Unido desde hace tiempo», explica Manuel López, del despacho de abogados especializado en música Sympathy for the Lawyer . «La idea es generar una especie de bolsa de intercambio, para autores que quieran vender sus derechos de autor a empresas inversionistas. En un principio eran operaciones pequeñas, pero en nuestro bufete lo hemos seguido con interés porque veíamos que podía ser una tendencia que pudiera causar una disrupción en el mundo editorial». Cuando este equipo jurídico vio la noticia de Bob Dylan, saltaron sus alarmas, « por quién es, por el volumen y la cuantía de su acuerdo, y también porque siempre había sido un artista muy fiel a su discográfica, Columbia, durante toda su carrera. Es nos pareció muy llamativo, un toque de atención. Pero estamos muy sorprendidos de que se hayan encadenado tantas operaciones de este tipo seguidas».
Esta tendencia que se venía cocinando desde hace tiempo, coincide ahora con una coyuntura macroeconómica en la que la inflación y los tipos de interés hacen que el tema editorial pueda convertirse en un « valor refugio », opina López. «Para los fondos de inversión, ahora mismo hay muchos campos donde hay mucho riesgo, o rentabilidades poco atractivas. En este nuevo campo han encontrado un equilibrio entre seguridad y plusvalía, y por eso se están lanzando a una especie de carrera, porque a medida que esto se vaya conociendo más, lo previsible es que las negociaciones se encarecerán y dificultarán».
Para el artista, los motivos para emprender estas operaciones son claras. La primera es la obtención de liquidez . Una enorme liquidez instantánea, muy importante teniendo en cuenta que el futuro de la música en directo sigue lleno de incertidumbre. «Ahora que los músicos no pueden vivir del directo, mira con otros ojos a su otra pata, la editorial, que hasta ahora era la pata floja, la pata que tenían más abandonada. Ahora se busca explotarla y optimizarla mejor, y esto va a cambiar la reglas del juego. Pocos poco estas operaciones se implantarán para artistas jóvenes, y también para repertorios nuevos de artistas consagrados que no nazcan sujetos a ninguna editorial. Tienen más riesgo, pero a la vez pueden tener una rentabilidad mejor. Quizá en el futuro los artistas hagan acuerdos con editoriales a la vieja usanza para una parte de su repertorio, y acuerdos con fondos de inversión para otra parte, con el objetivo de no poner todas sus manzanas en el mismo cesto, y diversificar opciones. Eso también puede pasar. Pero en definitiva, todo esto va a provocar un cambio de paradigma en el campo editorial, y sólo estamos viendo la punta del iceberg», augura López. La tecnología, además, jugará a favor de este cambio, porque los fondos de inversión ahora tienen la herramienta del big data . «Es un negocio relativamente seguro, porque gracias al streaming cada vez hay más información que te permite analizar la evolución de una canción, cuánto se escucha, quién la escucha, dónde… con eso puedes hacer proyecciones muy fiables de la rentabilidad que le vas a sacar. Puedes predecir cuánto vas a ganar con ella dentro de un año, o de diez, veinte o cincuenta, y en función de eso, ofrecer una cuantía determinada al autor asegurando el margen de beneficio».
La segunda razón tras estas operaciones tiene que ver con la edad de los artistas que están vendiendo sus repertorios. «Shakira es más joven, pero el resto son autores que encaran el final de su carrera y posiblemente de su vida. Y en consecuencia, un proceso sucesorio que puede ser complejo. En ese sentido, es mucho más fácil organizar la herencia en base a unos activos líquidos, y no en base a derechos de autor , como ha pasado en el caso de Prince», explica López.
Este fenómeno tardará más en llegar a España, opinan desde Symapthy for the Lawyer, «porque tanto la normativa, como los agentes clave y el mercado editorial son más inmovilistas que en el mundo anglosajón, y las negociaciones serán mucho más complejas. Además, en el mercado se puede comerciar con el total del repertorio, pero en España, tal como está montado, no».
Otro experto en la materia, Víctor Amorín del canal de YouTube especializado Music Radar Clan , coincide en que esto tardará en llegar a nuestro país por las características legales del mercado editorial español. Y aunque señala que estas operaciones «no son nada nuevo» en el mundo anglosajón, está de acuerdo con Sánchez en que están alcanzando dimensiones inéditas. «Siempre ha habido multinacionales discográficas que son portadoras de derechos, que los compran y venden entre ellas. También empresas que no son dueñas de propiedad intelectual, pero sí de derechos de masters de grabación, y que también hacen negocio con ello. Las propiedad intelectuales, como las canciones, son un activo que se compra y se vende. Y por eso llevamos un tiempo viendo a empresas de capital riesgo que las compran como un activo más».
Lo que es más reciente, según Amorín, es que esto se haga con repertorios completos, y de gente tan importante como Dylan, de quien a priori podríamos pensar que no tiene ninguna necesidad económica para hacerlo. «Sin embargo, esto último tampoco es inédito», señala. «En 1997, David Bowie hizo una cosa muy curiosa, que fue coger todo su catalogo histórico, empaquetarlo como un producto financiero y emitirlo en Bolsa forma de bono. La agencia de rating Moody´s le otorgó al producto una calificación altísima (A3), lo cual demostró que era de muy bajo riesgo, y ganó 55 millones de dólares». Poco tiempo después, estos bonos llamados «Bowie Bonds» vieron rebajada su calificación crediticia un peldaño por encima del «bono basura», debido a la llegada de internet y la piratería. Pero esa es otra historia.
Las operaciones de venta de repertorio a gran escala van a ser cada vez más habituales, según Amorín, porque «los artistas empiezan a ser conscientes de que los derechos de autor son un activo financiero. Resulta chocante, porque es música, pero es así». El creador de Music Radar Clan señala que los nuevos artistas probablemente no podrán explotar esta vertiente de negocio porque sus canciones todavía no valen nada en términos financieros, y también porque puede ser un mal negocio: «Si tu carrera va bien, las canciones que hoy puedes vender por cien, dentro de diez años a lo mejor las vendes por doscientos. Es el caso, por ejemplo, de Kanye West , que está teniendo muchos problemas con estos temas y se sabe que está teniendo problemas económicos. Él podría hacer una de estas operaciones, pero sabe que aún le queda carrera por delante, y que sus canciones van a valer mucho más dentro de una década». En el caso de Shakira, Amorín cree que «ella posiblemente sea consciente de que su carrera está terminando» , y por eso ha procedido a vender su repertorio. «Tiene problemas económicos con el fisco, y hay artistas que terminan su carrera no a los 70 años, sino a los 45. Ella lleva años luchando contra el olvido, y ve que su catálogo, más que revalorizarse, se va a devaluar con los años».
¿Qué diferencia hay entre el acuerdo de Bob Dylan, que ha vendido su catálogo a una gran discográfica (Universal), y el de Shakira, que lo ha vendido a un fondo de inversión ? Según Amorín, se trata de qué se va a hacer con ese catálogo. « Universal lo tratará como un producto que debe cuidar, que le va a durar muchos años como fuente de ingresos. Pero un fondo de inversión casi siempre lo usará como producto especulativo revendiéndolo por un precio más caro en un plazo de tiempo muy corto a otro fondo de inversión, que hará lo mismo. Y así sucesivamente».
Noticias relacionadas
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete