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Derby Motoreta’s, la «kinkidelia» que ha cautivado al mismísimo Kiko Veneno

El festival Primavera Trompetera recibe a la banda sevillana mañana

Derby Motoreta's Clémence Alasseur
Nacho Serrano

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El mismísimo Kiko Veneno es uno de los muchos artistas célebres que se han rendido a la maquinaria psicodélico-sureña de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba , banda formada por miembros de diferentes proyectos musicales de Sevilla que, con solo un disco editado, se ha convertido en referente indiscutible de la escena nacional de rock lisérgico.

Este fin de semana inauguran la temporada de macroconciertos al aire libre en el festival Primavera Trompetera , donde compartirán cartel con artistas internacionales de la talla de Alborosie & Shengen Clan, Apollo 440, Skindred, The Freestylers Dj Set o Audiojack, y con estrellas nacionales y veteranas del calibre de Mala Rodríguez , Juanito Makandé, SFDK, Canijo de Jerez, Natos y Waor o Toteking. «Por supuesto que nos ha sorprendido este éxito», aseguran, conscientes del hype que se ha creado alrededor de la banda. «Sabíamos que traíamos buena manteca, pero la acogida que está teniendo la banda es increíble . Lo del hype nos encanta, hace que cuando toquemos haya mucha gente queriéndonos ver y eso nos pone cachondísimos . Disfrutamos mucho en directo, y cuando la gente también disfruta, todo rompe en una gran comunión y catarsis».

Kinkidelia

En su ramillete de influencias aparecen nombres como Thee Oh Sees o King Gizzard & The Lizard Wizard, con los que tienen en común «el uso indiscriminado del fuzz y el sudor», dicen. «Las sentimos como bandas contemporáneas a nosotros, que nos influyen como influían los Beatles a los Beach Boys y viceversa». Pero para ellos, la santísima trinidad de Smash, Triana y Veneno es lo más importante para explicar su música. «El sur siempre ha sido psicodélico, el clima es propicio para ello. Por ejemplo, en Sevilla, en verano a las cuatro de la tarde ,puedes tener alucinaciones sin necesidad de tomar nada. Tan solo paseando por la ciudad el asfalto empieza a oscilar, el horizonte se desdibuja, el aire es tan caliente que puede deformar edificios. En este ambiente, si te pones a hacer música tiendes a la psicodelia, te dejas ir». Sin embargo, DMBK ha sabido dar con una fórmula propia, la «kinkidelia ». Un sonido que han buscado (y encontrado) «partiendo de la base de que queríamos hacer una banda rompedora», asegura su vocalista. «Hemos ido fluyendo por esos territorios y encontrando caminos, rutas alternativas, pasadizos, atajos, escondrijos, recovecos... Hasta dar con la "kinkidelia"».

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