ANDREW LLOYD WEBBER: «En un musical es más importante el argumento que las canciones»
Es el rey Midas de los musicales. Desde su irrupción en el panorama teatral a principios de los setenta, su carrera se ha convertido en un rosario de éxitos, jalonado ahora por la película «El fantasma de la ópera». En Broadway, los dos títulos más longevos de la cartelera llevan su firma
LONDRES. Creador y productor de musicales de gran éxito como «Jesucristo Superstar», «Evita», «Cats» o «Aspects of Love», Andrew Lloyd Webber acaba de cumplir -sólo un par de meses después de estrenar en Londres su último musical: «The Woman in White»- uno sus grandes sueños, ... llevar a la pantalla «El Fantasma de la Ópera» . Desde que se estrenó en 1986, Lloyd Webber trató de convertir el musical en película, pero su divorcio de Sarah Brightman -la primera intérprete del papel de Christine-, primero, y los compromisos de Joel Schumacher, al que siempre quiso como director, han retrasado tres lustros la materialización de esa ilusión. Lloyd Weber está «entusiasmado» con una película que enriquece visualmente el musical e incorpora todas sus canciones.
-¿Estuvo tentado de incorporar nuevas canciones, dieciocho años después del estreno teatral?
-Se trataba de llevar a la pantalla el mismo musical. Compusimos una nueva música y la filmamos, pero al final no la incluimos. La melodía, de todos modos, aparece en la película en un par de ocasiones.
-¿Por qué eligió a un director de acción como Joel Schumacher?
-Bueno, en realidad ha dirigido cosas muy diversas, incluso teatro. A finales de los sesenta, en la era de los grandes musicales, había directores con enorme experiencia en el género, pero ahora este tipo de personas no existen. A finales de los ochenta, cuando queríamos llevar al cine «El Fantasma», vi «The Lost Boys» y allí el uso de la música era realmente extraordinario; por eso quise conocer a Schumacher. Descubrí que de pequeño Joel estaba en la ópera todo el tiempo y andaba entre bastidores. Creo que combina el sentido musical con una mente extraordinariamente visual. Desde 1989 no he cambiado de opinión, siempre pensé que él debía dirigir la película.
-¿Cómo llegó a la novela de Leroux, de 1911, en la que se basa la historia?
-Compré la obra hace ya años en una feria del libro en la Quinta Avenida de Nueva York -¡me costó cincuenta centavos!- y la leí de un tirón en una tarde. Me di cuenta de que en realidad era una historia de amor, por más que la novela y versiones posteriores la presenten como una historia horrible, más en la línea del jorobado de Notre-Dame. Es una historia verdaderamente romántica. «Evita» es más fría en cierto sentido y «Cats» es más baile; con «El fantasma de la Ópera» quise presentar un gran romance.
-¿Qué prefiere, el «Fantasma» del teatro o del cine?
-Son muy diferentes, y eso está muy bien. La producción original fue sorprendente y creo que Joel ha hecho algo extraordinario con el filme. Yo soy un animal de teatro, éste es mi trabajo, y creo que Schumacher ha sabido darle el salto cinematográfico.
-¿Qué fue lo que más le costó al crear el musical?
-La verdad es que «El fantasma» salió a la primera, fue muy inusual. Una vez escrita, en los ensayos apenas cambiamos nada y ya no se modificó cuando pasó al teatro. Lo más importante en el teatro musical, y a veces no se repara en ello, es en realidad la construcción de la historia, la arquitectura del espectáculo, cómo ponerlo todo junto. Puedes tener grandes canciones, pero si la construcción no es buena, entonces las canciones luego se olvidan.
-¿Y cómo explica el éxito de «El Fantasma de la Ópera»?
-Hay varios elementos cruciales que pasan sobre el escenario que hacen que funcione. Una de ellas es que no ves al fantasma sin la máscara hasta el final. En realidad, el musical comienza por el argumento y luego están las canciones. Estas salen de la trama, porque es vital reflejar los caracteres, son estos los que construyen las letras. Si eres un compositor dramático compones para la situación. A veces tengo una melodía que se puede poner en muchos sitios y entonces pruebo dónde colocarla, pero normalmente compongo cuando está completado el argumento.
-Acaba de estrenar en Londres «The Woman in White», su décimoquinto musical ¿No se toma un respiro?
-Quizás debiera descansar, no lo sé. Pero en realidad esto me gusta y me entristece que haya tan pocos compositores haciendo teatro musical. A diferencia de los años cincuenta, ahora apenas hay creatividad y lo único que se ve son viejas películas llevadas al escenario; es un panorama un poco deprimente.
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