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Alice Cooper, el rock convertido en una película de terror

Con motivo de su paso por España en una de las grandes citas de la nueva temporada, repasamos la pasión cinéfila del músico

Alice Cooper
Nacho Serrano

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Vincent Fournier, alias Alice Cooper , siempre fue un amante del cine en todos sus géneros, especialmente el de terror, y fue unos de los primeros artistas que lo fusionó con el rock’n’roll en una nueva criatura llamada shock rock . Antes que él lo hicieron Screaming Lord Sutch, Arthur Brown y, a su manera, Screamin’ Jay Hawkins. Pero Alice Cooper fue el único que supo llevarlo hasta el número uno en las listas de ventas en Estados Unidos e Inglaterra, con el álbum «Billion Dollar Babies» de 1973.

Tal era su fascinación por el cine y el mundo de Hollywood que, a principios de los setenta, decidió formar un club llamado «Hollywood Vampires» (los «Vampiros de Hollywood»), del que llegaron a formar parte Keith Moon, John Lennon, Elton John o Harry Nilsson. En él, además de debatir sobre el séptimo arte, se ingerían brutales cantidades de alcohol para honrar a sus «amigos borrachos muertos», Jimi Hendrix y Jim Morrison .

Fue justo por entonces cuando Salvador Dalí se interesó por su obra y lo convocó a visitarle en su casa de Figueras . Allí, entre otros experimentos artísticos de lo más bizarros, Dalí desarrolló uno de los primeros hologramas de la historia basados en una figura humana, usando la de su nuevo amigo rockero.

Desde aquel momento, Alice Cooper siguió labrándose buenas amistades en el mundo del arte, incluyendo por supuesto el cine. Algunas veces, de forma inconsciente: más o menos por esa época hizo de canguro de Keanu Reeves , tal como relató recientemente el actor. «En mi calle había un estudio de grabación y mi madre trabajaba allí cosiendo y diseñando trajes y “atrezzo”. Ella a veces estaba en cosas del rock y tenía amigos de ese mundillo. Alice Cooper estuvo grabando allí y acabó viniendo varias veces a cuidarme a casa . No sé cómo pudo suceder, pero pasó».

Al margen de insólitas casualidades como esta, el músico se trabajó muchos contactos de la pantalla grande (como su amistad con Johnny Deep) y también de la pequeña, y ya a mediados de los setenta participaba en series como «The Snoop Sisters» . Pero el primer gran papel de su vida llegaría de la mano de «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band» (1978), una película musical que rendía homenaje a sus héroes, los Beatles, y en la que también aparecieron los Bee Gees, Aerosmith, Earth, Wind & Fire o Billy Preston. Dos años después actuó en «Roadie» , de Alan Rudolph, y en 1986 participó en una coproducción española de terror que fue filmada en Torrelodones, «Monster Dog» .

Su amistad con el director John Carpenter le sirvió para conseguir un papel en «El príncipe de las tinieblas» (1987), y en 1991 cumpliría uno de sus sueños, al actuar en la sexta entrega de una de las sagas de terror más exitosas «Pesadilla en Elm Street» .

Luego llegarían su inolvidable cameo en «El mundo de Wayne» , y más papeles en películas como «The Attic Expeditions» (2001), «Suck» (2009), «Dark Shadows» (2011) o «Bigfoot» (2012). Pero, como él mismo ha dicho recientemente, le queda por hacer «la mejor, una basada en mi vida . Imagina si contase las correrías de los Vampiros de Hollywood».

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