Chano Domínguez y Niño Josele: flamencos del siglo XXI

Hoy sábado vuelven a cruzar sus caminos en el Teatro Principal de Santiago de Compostela y repiten, el lunes, en el Teatro Lara de Madrid. Felices reuniones estas que se cuentan con los dedos de una mano: la del guitarrista flamenco loco por el jazz, con el pianista de jazz que creció rodeado de flamencos, condenados a entenderse desde que, hace unos años, coincidieron sin planearlo en un estudio de Nueva York. Iban a grabar por separado en un disco homenaje a Miles Davis , pero ya que estaban allí... «Llegué pronto y me encontré con Chano tocando “ Beautiful Love ”. Nos saludamos, saqué la guitarrita y nos pusimos a jugar sin saber que nos grababan. Estábamos encantados, era como si hubiésemos tocado toda la vida juntos. El chico nos dijo que lo había registrado todo y que lo quería dentro», recuerda Josele. «Lo que se oye en ese disco es la primera y única toma que hicimos juntos», confiesa también Chano.

Desde entonces, sus encuentros se han convertido en odas a la improvisación, donde se empeñan en resucitar los espíritus de Bill Evans y Paco de Lucía, poniéndolos a bailar junto a Jobim , Michel Legrand , Henri Mancini o John Lewis . «Las etiquetas no me gustan, las pusieron las discográficas y las tiendas de discos. Somos músicos del siglo XXI, con todas las influencias que eso implica. Veo cerca estilos muy dispares», asegura el pianista, a cuya puerta han llamado figuras como Wynton Marsalis , Paco de Lucía , Enrique Morente , Tino di Geraldo , Tomatito o Paquito D’Rivera . Para el guitarrista, lo que hacen es «simplemente música». Rechaza hasta la palabra fusión en la que tantas veces les han metido. «Intentamos crear un lenguaje universal donde entren flamenco, jazz, rock y cualquier estilo», añade.

El objetivo siempre es sorprenderse, incluso, a ellos mismos. «Siempre lo conseguimos. Existe ya esa confianza mutua y nos tiramos mucho a la piscina, sobre todo, en las introducciones y en los finales de los temas. Nos salimos de la forma y nos recreamos, así que cada día pasan cosas diferentes». Es tal la aventura cuando se juntan, que Josele tiene la sensación de perderse con el maestro gaditano: «Chano dice que yo le sigo bien, aunque yo siempre le digo mal. Es mi eterna lucha.me gusta meterme en líos improvisando, porque resolviéndolos aprendo mucho».