música clásica
La alargada sombra de la Quincena
El ciclo de música contemporánea ha ofrecido cinco conciertos, que han incluido la participación, entre otros, de Iñaki Alberdiy Rafael Gálvez, Stéphne GinsburghyChristophe Desjardins; así como el estreno de una obra de Gabriel Erkoreka
La alargada sombra de la Quincena
Alrededor de los grandes espectáculos programados en la Quincena Musical donostiarra , ya sea la ópera, el ballet o los conciertos sinfónicos, giran una serie de ciclos que otorgan al festival una personalidad muy particular. No son una extensión de aquellos, pues el órgano, la ... música antigua, las jornadas infantiles, los jóvenes intérpretes y la Quincena andante son planos de un polígono musical que, tras setenta y cinco años, puede alardear de generosidad y compromiso con repertorios aparentemente menos espectaculares.
Lo demuestra muy bien el ciclo de música contemporánea capaz de congregar a un público fie l, distinto, inquieto y, sin duda, entusiasta. Apenas hay que asomarse al Museo San Telmo o a la sala polivalente del auditorio Kursaal para comprobar cómo caen por su propio peso algunos miedos, hoy especialmente acentuados, en referencia a los nuevos públicos o al interés de los jóvenes por la música clásica.
A ellos, les ha llamado la atención los cinco conciertos organizados alrededor de obras electrónicas mixtas (en combinación con instrumentos acústicos), varios para formaciones de cámara y aquellos dedicados a mostrar las nuevas posibilidades técnicas y expresivas de instrumentos como el «acordeón microtonal», el piano, el vibráfono o la viola.
En este entorno, apenas necesitan presentación Iñaki Alberdi y Rafael Gálvez, Stéphne Ginsburgh y Miquel Bernat, el Cuarteto Tana y el Ensamble L'Instant Donné. El compositor Ramón Lazkano es el responsable de estas convocatorias entre las El concierto fue una apabullante demostración de calidad y virtuosismoque cabe ahora destacar la protagonizada por el viola Christophe Desjardins, habitualmente interesado en desarrollar programas en los que la música entra en relación con otras disciplinas artísticas.
Su concierto, auxiliado por el técnico de sonido Juanan Ros del Laboratorio de Electroacústica de Musikene, fue una apabullante demostración de calidad y virtuosismo , desde el estreno de «Ilargi» de Gabriel Erkoreka, a la «Improvisation II - Portrait» de Emanuel Nunes o la «Partita I» de Philippe Manoury. En el caso de la obra de Erkoreka, escrita en 1997, por su capacidad para poner en valor el vuelo poético de algunos episodios y de otros más dramáticos, particularmente elocuentes los bordoneados.
En el resto del programa porque las obras deben mucho al intérprete y a su capacidad para «construirlas» durante el concierto. Los recursos de Desjardins son, en cualquier caso, la parte más obvia de una interpretación con mucho de subjetividad, que apela a convertir el sonido en una forma de sentir. No cabe mejor concentración para un festival que quiere hacer de la música en algo sustantivo: una experiencia.
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