John Lennon y otros músicos asesinados

John Lennon y otros músicos asesinados

Tal día como hoy, hace 33 años, David Chapman acababa con la vida del Beatle. Ofrecemos un listado de artistas que murieron a manos de criminales, psicópatas, maridos celosos...

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Tal día como hoy, hace 33 años, David Chapman acababa con la vida del Beatle. Ofrecemos un listado de artistas que murieron a manos de criminales, psicópatas, maridos celosos...

12345678910
  1. John Lennon

    El 8 de diciembre de 1980 la muerte esperaba a John Lennon delante de su inquietante casa, el Edificio Dakota. Llegó disfrazada de uno de los muchos fans que se apostaban dela nte de la puerta esperando la enorme recompensa de la firma de uno de los más grandes ídolos que ha dado el mundo del rock. Mark David Chapman ya había conseguido el autógrafo en su copia de «Double Fantasy» esa misma tarde. Incluso había saludado a su hijo, Sean, de cinco años, cuando éste salió a pasear junto a la asistente de John y Yoko Ono. Pero esperó a que el Beatle regresara por la noche con su mujer del estudio Record Plant en el que estaban trabajando. John había decidido no cenar fuera de casa para poder dar las noches a Sean. Chapman salió de la oscuridad y descargó cinco disparos con un revólver del calibre 38 Special, consiguiendo cuatro impactos en el cuerpo de Lennon. Este se tambaleó seis pasos y se derrumbó. Aquel muchacho de 25 años que conmocionó al mundo se quedó tranquilamente a esperar a la policía junto al portero del inmueble. «¿Sabes lo que has hecho?», le preguntó este. «Sí, he matado a John Lennon». En su bolsillo llevaba un ejemplar de «El guardián entre el centeno», de J. D. Salinger. Fue condenado a una pena de entre veinte años y cadena perpetua. En la cárcel sigue.

  2. Sam Cooke

    Sam Cooke - abc

    La historia de la muerte de Sam Cooke, a los 33 años, también podría entrar a formar parte de un listado con las muertes más absurdas. Fue un pionero del soul y una de las más grandes voces que ha dado el género, con éxitos tales como «Chaing change» o «Dreamlover». Recibió tres tiros en un motel de mala muerte de Los Ángeles el 11 de diciembre de 1964. La autora de los disparos fue la encargada del establecimiento, que afirmó que el cantante quería violarla y ella se defendió. Fue declarada inocente. La historia de lo que ocurrió en realidad fue, por los indicios conocidos, bastante diferente. La estrella del soul apareció en el local con una chica de 21 años, y la pareja se inscribió como marido y mujer, aunque él estaba casado (con otra). Se cuenta que ella le robó el dinero, salió corriendo, y Sam Cooke detrás, con la mala suerte de toparse con la asustadiza señora del motel, que vio con horror cómo un negro de casi metro ochenta y semidesnudo se le venía encima. El resto podemos imaginarlo, aunque también es posible que el autor de los disparos fuera el marido.

  3. Marvin Gaye

    Marvin Gaye - abc

    En 1984, Marvin Gaye estaba lejos de ser la estrella del rhythm & blues qu había sido durante los años sesenta y primeros setenta. Aquel 1 de abril faltaban unas horas para que cumpliera 45 años, y su cabeza se encontraba nadando, desde hacía tiempo, entre la paranoia y la adicción a las drogas. Convencido como estaba de que le querían matar, guardaba en su casa paterna, donde se encontraba «refugiado», un arsenal de armas, entre ellas la que acabó con su vida. Tras una discusión de la que todavía no se conoce el contenido, su padre, el algo más que severo reverendo Marvin Gaye Senior le pegó dos tiros con una pistola del calibre 38. El hombre que se preguntaba «¿qué está pasando? había perdido el sentido de lo que ocurría en su propia cabeza.

  4. Robert Johnson

    Una de las tres escasas fotografías que se conservan de Robert Johnson - abc

    Dando por cierta la leyenda que cuenta que fue el guitarrista de blues que pactó con el diablo para adquirir su increíble técnica, no resulta extraño que aquél reclamara su parte del trato lo antes posible, cuando Robert Johnson apenas contaba con 27 años, la edad maldita. Fuera una entidad satánica o en realidad sus colegas Ike Zimmerman y Son House, el caso es que este músico del Delta ha pasado a la historia como una de las piedras sobre las que se edificó buena parte de la música popular posterior, incluyendo, en especial, el rock & roll. En agosto de 1938 tenía programadas una serie de actuaciones en un local cercano a cerca de Greenwood (Mississippi). Siguiendo su costumbre irrefrenable, se mostró sin disimulo atraído por una mujer, pero en esta ocasión se trataba de la esposa del dueño del recinto. Lo que ocurrió aquella noche no está nada claro. Hay quien dice que simplemente lo mató el whisky de garrafa al que era aficionado, pero la versión más extendida es que el celoso marido le pasó una botella con el añadido de algo parecido a un matarratas. Robert Johnson sobrevivió unos días, pero acabó sucumbiendo en medio de aullidos de dolor unas días más tarde, el 16 de agosto.

  5. Tupac Shakur y The Notorius B.I.G.

    Tupac Shakur - abc

    El violento mundo de los gansta rap acabó cobrándose dos vidas entre sus mayores representantes, Tupac Shakur y The Notorius B.I.G. El reflejo de la vida en los suburbios de las ciudades estadounidenses estaba descrito por gente que procedía de ese entorno, y del cual no podían escapar. En este caso, se añadía la rivalidad entre los raperos de la costa Oeste y la costa Este, muchas veces inflamada por los medios de comunicación. Tupac, pertenecía a los primeros, y Notorius B.I.G., a los segundos. La chispa saltó cuando Tupac recibió cinco disparon a la salida de los estudios neoyorquinos de Quad Recording Studios, en noviembre de 1994, y acusó a su hasta entonces amigo de estar detrás del intento de asesinato. Lo hizo, precisamente, en la canción «Hit Em Up». El 7 de septiembre de 1996, tras asistir a un combate de boxeo entre Mike Tyson y Bruce Seldon en Las Vegas, un cadillac blanco se paró al lado del coche del rapero y de su interior salieron doce tiros balas, alcanzándo tres su objetivo. Murió unos días después, el viernes, 13. Nunca se aclaró quienes fueron los autores del asesinato, ni por qué lo hicieron. A Notorius B.I.G. le llegaría su hora el 6 de mayo de 1997. En esta ocasión, los cuatro tiros que golpearon su pecho procedían de un Chevrolet Impala de color negro. Tampoco se ha llegado a resolver el crimen.

  6. Víctor Jara

    Recordando a Víctor Jara - aP

    El pasado 15 de septiembre de cumplían 40 años del asesinato de Víctor Jara a manos del Ejército chileno. Tras el golpe de estado del general Augusto Pinochet, acaecido el 11 de septiembre de 1973, selló su destino junto a cientos de académicos, estudiantes y funcionarios de la Universidad Técnica del Estado, en Santiago, donde se encerraron con voluntad de resistir. El Ejercito tomó las instalaciones y se los llevaron a todos al Estadio Nacional de funesto recuerdo. Lo que allí pasó fue relatado por otro prisionero llamado Boris Navia, que logró sobrevivir a la barbarie. «¡A ese hijo de puta me lo traen para acá!», gritó un oficial señalando al cantante. Un soldado se lo trae y le da un culatazo en la espalda. Cae a los pies del energúmeno. «Vos sos el Víctor Jara huevón. el cantor marxista, ¡el cantor de pura mierda!». «Y, entonces, su bota se descarga furibunda -cuenta el testigo- una, dos, tres, diez veces en el cuerpo, en el rostro (...) Víctor yace en el suelo. Y no se queja. Ni pide clemencia. solo mira con su rostro campesino al torturador fascista. Este se desespera. Y, de improviso, desenfunda su pistola, y pensamos con pavor que la descerrajará sobre Víctor. Pero ahora le golpea con cañón del arma, una y otra vez. Grita e increpa. Es histeria fascista. Y, entonces, la sangre de Víctor comienza a empaparle su pelo, a cubrirle su frente, sus ojos... Y la expresión de su rostro se nos quedaría grabada para siempre en nuestras retinas». Pasarían aún varios días de incertidumbre y de torturas. La noche del día 15 le arrastran hasta el sector alto del estadio, donde un oficial «comienza a insultar a Víctor, le grita histérico y le da golpes de puño. La tranquilidad que emana de los ojos de Víctor descompone a sus cancerberos. Los soldados reciben orden de golpearlo y comienzan con furia a descargar las culatas de sus fusiles en el cuerpo de Víctor. Dos veces alcanza a levantarse, herido, ensangrentado. Luego no vuelve a levantarse. Es la última vez que vemos con vida a nuestro querido trovador».

  7. Dimebag Darrell

    El guitarrista de Pantera, la apisonadora sónica - abc

    Por una de esas casualidades que se repiten con constancia casi metódica en la historia del rock, el que fuera guitarrista de Pantera también murió asesinado a balazos por un psicópata un 8 de diciembre, aunque veinticuatro años después que John Lennon. Dimebag Darrell se había ganado el derecho a ser considerado un maestro indiscutible de las seis cuerdas ("Metal Hammer" le eligió directamente como el mejor de todos los tiempos) después de conseguir elevar el sonido de una decente banda de glam metal hasta un territorio hostil e inexplorado que muchos han pisado después. Pero suyas fueron las primeras huellas: rabia en aluvión, un muro melódico acerado y acelerado que marcaba un gigantesco salto adelante en la no siempre rápida (para qué nos vamos a engañar) evolución del metal. El impacto añadido de la voz gutural y al filo de lo sobrenatural de Phil Anselmo parecía convertir la apisonadora sónica en una maquinaria imparable. Sin embargo, las variadas adicciones del vocalista enrarecieron la convivencia de la banda, que quedó en "stand by" en 2003, aunque nunca hubo un anuncio de separación oficial. Un año después, Dimebag se embarca en un nuevo proyecto, Damageplan, junto a su hermano Vinnie, también miembro fundador de Pantera. El 8 de diciembre, NathanGale, un ex marine de 25 años, sube al pequeño escenario del club nocturno de Ohio donde Damageplan acaban de empezar su concierto y dispara a bocajarro en la cabeza de Dimebag. Tenía 38 años. Otras tres personas murieron en el tiroteo posterior: un fan de 23 años, un empleado del local y el responsable de seguridad de la banda. El asesino también fue abatido por los disparos de la Policía. Al parecer, el detonante de la masacre fue el convecimiento de Gale, con evidentes problemas mentales, de que muchas de las canciones de Pantera eran suyas y se las habían robado. Aunque otras teorías apuntan a que era un simple fanático resentido por el punto y final de la banda, del que culpaba a Dimebag. "Merece ser golpeado severamente", había dicho Phil Anselmo al ser preguntado por su excompañero en una entrevista publicada apenas unas semanas antes del suceso. Seguramente, aún lamenta su falta de oportunidad...

  8. Prince Far I

    Michael James Willians, la voz de una época convulsa - ABC

    Si hay algún territorio histórico, y también mítico y místico, en el que la frontera entre vivir y morir apenas se perfilara con la línea dibujada por una bala sibilante, ese el convulso Kingston de los años 70, el tiempo y el lugar en el que, abonada con miseria y miedo, se consolidó y se hizo popular una de las músicas, el reggae y todas sus vías paralelas, más fascinantes y hermosas. Los dos partidos dominantes en la isla intentaron zanjar en esos años sus diferencias irreconciliables armando hasta los dientes a las bandas de los barrios más pobres de la capital. Las calles se convirtieron en un auténtico campo de batalla. Posicionarse en ese contexto era ponerse en el punto de mira. Bob Marley casi no la canta. Su decisión de participar en un concierto pacifista en diciembre de 1976, que la oposición entendía como un acto de apoyo encubierto al presidente Michael Manley, provocó que fuera tiroteado dentro de su casa.Su esposa y su mánager también resultaron heridos.

    Otros tuvieron menos suerte. Michael James Williams, de nombre artístico Prince Far I, murió a los 39 años un 15 de septiembre de 1983 (puedes escuchar aquí una canción de la banda norteamericana The Mountains Goats inspirada en el crimen) tiroteado en el asalto de su casa. Parece que el móvil fue el robo, pero el germen no deja de ser la violencia de una sociedad sumida en el caos y la confusión. King Cry Cry, como se hacía llamar al comienzo de su carrera, supo plasmar la rabia y la desesperación de toda una generación con un discurso entre militante y religioso, salmos apocalípticos proclamados con la voz de trueno de un antiguo dios a punto de enfurecer. Un ritual sonoro que alcanzó su cénit en el fantástico "Under Heavy Manners" (1976), fraguado en pleno fragor de la batalla.

  9. Mia Zapata

    La vocalista de The Gits era una de las figuras más carismáticas de la emergente escena grunge de Seattle - ABC

    Dejando a un lado las teorías conspirativas que defienden con más o menos imaginación y desparpajo que Kurt Cobain no apretó el gatillo por voluntad propia, el grunge tuvo su propio y misterioso asesinato. Mia Zapata, vocalista de la banda punk The Gits, parecía estar en el momento y en el sitio oportuno, el efervescente Seattle de principios de los 90, para convertirse en una gran estrella. Su notable carisma y una demoledora voz rota deberían hacer el resto, pero una madrugada de julio de 1993 su cuerpo sin vida fue encontrado en plena calle cerca del barrio de Capitol Hill, con signos de haber sido violada. Había estado celebrando con el resto de la banda la vuelta a casa después de una exitosa gira. Tenía 27 años (la edad maldita del rock) y su muerte causó una especial conmoción en la escena musical local. Al dolor por la pérdida, los compañeros, conocidos y amigos de Zapata tuvieron que sumar y asumir la desconfianza que les señalaba como presuntos sospechosos de un crimen que no parecía encontrar solución. La investigación se enquistó y alimentó una espiral de desconfianza y recelo. Una década después de pistas inútiles y callejones sin salida, una muestra de ADN de saliva encontrada en el cuerpo de la cantante permitió la detención y posterior condena de un hombre de origen cubano llamado Jesús Mezquía, que ya había sido acusado con anterioridad de intentos de violación.

  10. El Kombo Kolombia

    Terminamos este listado no con un homicidio, sino con una masacre: 17 muertos. El mayor exterminio de músicos que se recuerde de una tacada. Pero estamos hablando de México, un lugar donde esta profesión conlleva serios riesgos. Ocurrió, además este mismo año, el 25 de enero de 2013. El Kombo Kolombia era especialista en vallenatos, no en narcorridos (algo que suele ser motivo del letal enfado de los capos si no están de acuerdo con la letra que hace referencia a ellos mismos a algún enemigo declarado). La banda se encontraba en una fiesta en el bar La Carreta, en el municipio de Hidalgo, Nuevo León, cuando doce hombres armados irrumpieron en ella y, además de desvalijar a los presentes, se llevaron en varias furgonetas al grupo, a tres de sus ayudantes y al ingeniero de sonido. Solo hubo un superviviente, uno de los músicos que, increíblemente, consiguió escapar. El resto fue fusilado sin contemplaciones, y rematado de un tiro en la cabeza. Sus cadáveres aparecieron amontonados en un pozo. El motivo, por lo visto, era que solían actuar en territorio controlado por el cártel del Golfo, los rivales de los Zetas. Algo imperdonable para estos últimos.

Ver los comentarios