Manolo Escobar: un apasionado coleccionista, con muy buen ojo para descubrir artistas
El artista atesoraba una gran colección de arte, con más de dos mil obras. Soñaba con tener cuadros de Antonio López, Arroyo, Tàpies, Picasso, Miró, Dalí, Juan Gris...
NATIVIDAD PULIDO
En junio del año pasado, el Centro de Arte Alcobendas exhibía en sus salas una selección de obras de la colección del cantante Manolo Escobar . Llevaba comprando arte desde los años 70 . Era, después de la música, su otra gran pasión. ... Autodidacta, todos coincidían en que tenía muy buen ojo para el arte. Muchos de los artistas de los que compraba obra eran unos desconocidos y años después son cotizadísimos.
Aquella exposición llevaba por título « Una mirada española: Manolo Escobar, coleccionista» . Comisariada por Juan Manuel Bonet , reunía tan solo una selección de las cerca de dos mil obras que atesora. Una colección que, según Bonet, « ha mimado y ha pulido y a la que ha dedicado muchísimas horas, muchísimo dinero y muchísima reflexión . Es una colección de una importancia considerable».
La nómina es interminable : hay obras de Zuloaga, Juan Gris, Nonell, Vázquez Díaz, Ramón Gaya, Benjamín Palencia, Tàpies, Millares, Guinovart, Chillida, Saura, Canogar, Feito, Chirino, Lucio Muñoz, Gerardo Rueda, Torner, Sempere, Genovés, Úrculo, Darío Villalba, Arroyo, Manolo Valdés, Gordillo, Carmen Laffón, José Manuel Ballester, Barceló, Sicilia, Broto, Plensa, Espaliú, Uslé... También extranjeros, como Lucio Fontana, Sam Francis, Georg Baselitz y Sigmar Polke.
«He sido muy compulsivo»
«Me ha gustado toda la vida la pintura, el dibujo... pero no tenía un duro para comprar . A partir de los años setenta tuve ese duro y me compré un dibujo. Después el segundo... y hasta hoy. He sido muy compulsivo y he logrado atesorar una colección muy grande, al menos en volumen, no tanto en calidad. Ahora la expongo al público para que mis amigos, mis admiradores como cantante, vayan a verla», comentaba en una entrevista con ABC con motivo de la inauguración de la muestra.
La primera obra que compró fue un dibujo de Francisco Gimeno . Lo adquirió en una galería de Barcelona. La última , al menos hasta junio de 2012, fue una obra de Carmen Laffón , «que es una preciosidad ». No recordaba exactamente cuántas obras tenía en su colección: «Pero son demasiadas. Me gustaría vender el 50 por ciento para poder comprarme 8 ó 10 obras importantes de artistas como A ntonio López . Le tengo cariño a todas, porque cuando las compras, lo haces con mucha ilusión. Al final no las venderé... Mi colección vale menos dinero, pero bueno... Aparte de Antonio López, querría tener un Arroyo, un Tàpies... De estos artistas tengo alguna obra, pero querría tener cuadros importantes. Y así podrían considerar mi colección casi importante. Y, por supuesto, me encantaría tener obra de Picasso, Miró, Dalí, Juan Gris... Pero para eso hace falta tener una buena cartera».
En su chalet de Benidorm
Guardaba las obras en su chalet de Benidorm, donde había habilitado dos habitaciones para colocarlas. «Pero ya no caben» , decía... Manolo Escobar atesoró su colección sin asesores : «Los coleccionistas que cuentan con asesores al final tienen una colección que han hecho otros, no tú. Y yo quería hacer mi propia colección, con lo que a mí me gustaba . Quería elegir yo los cuadros. Al final, cuando pasen los años, si ves la colección y dices: "Esto no vale un duro", pues la culpa es mía. Y si gusta, será una satisfacción para mí como coleccionista».
Comentaba el comisario, Juan Manuel Bonet, que Manolo Escobar tenía una impresionante biblioteca de documentación artística : catálogos, revistas... «He leído muchísimo. Todos los libros de mi biblioteca son de arte». No tenía un lugar especial donde comprar: podía ser en una galería, en una feria de arte... «En todos los lugares. Soy un asiduo de ARCO . El año pasado no estuve, porque ya estaba pachucho. Me operaron. Además, llevo un cáncer encima, y sigo trabajando», comentaba.
«O canto o vendo mis cuadros»
No quería ni oír hablar de jubilarse: «¿Y qué hago entonces? ¿Hacer solo exposiciones? Prefiero cantar. En julio comenzamos una gira. Si no sigo cantando, tendría que vender cuadros para comer . O cantar o vender cuadros». Preguntado sobre si había alguna obra especial en su colección, respondió: «Quizás algunas pinturas de mi gente, amigos míos. Pintores a los que me ha unido mucha amistad . Me ha gustado tener relaciones con pintores. No he ido jamás a comprarles a sus estudios, porque yo soy muy gitano , y no iba a regatear con ellos. Es como si me dijeran: "Rebájame la entrada de tu concierto". Sin embargo, a un galerista sí le dices que te rebaje».
¿Qué le gustaba a Manolo Escobar? ¿Pintura, dibujo, escultura, fotografía...? « La pintura y el dibujo . La escultura me gusta menos y la fotografía, nada, como arte. Me gusta el tiempo que me ha tocado vivir. He tenido obra de Ramón Casas, Sorolla (uno precioso que vendí a la Fundación Lladró)... Tengo dibujos de Nonell, Zuloaga, Gris... Pero me gusta la pintura moderna , saber el tiempo que he vivido, los artistas de mi generación». En el año 1970 compró un Sorolla por 2,5 millones de pesetas . «Después lo revendí por bastante más -confesaba-. El 90 o el 95 % de lo que yo he comprado ha sido en primeras exposiciones, cuando al artista no lo conocía nadie. Dicen que he tenido buen ojo, y creo que sí es cierto. He comprado cosas muy importantes, cuando valían entonces 25.000 o 30.000 pesetas. Hace tiempo que apenas compro, excepto la obra de Carmen Laffón. No sé ya ni dónde ponerlas».
«Me gusta descubrir nuevos pintores»
Le gustaba apostar por artistas emergentes. « Me gusta descubrir nuevos pintores . Alguna vez he ido con un crítico a ver una exposición y se sorprendía cuando le decía que ya tenía obra suya». ¿Con qué compra más, con el corazón o con la cabeza?, le preguntamos. « Se debe comprar más con el corazón , pero yo compro con todo. Hubo un momento en que era un coleccionista compulsivo. Veía una exposición de alguien que me gustaba y compraba muchos cuadros. Eso no podía ser. Estuve unos años sin comprar nada . Después seguí haciéndolo, pero menos compulsivamente».
El núcleo de su exposición en Alcobendas era el arte español , pero también había presencia internacional : Lucio Fontana, Sam Francis, Baselitz, Polke... «Uno de mis caprichos fue intentar promocionar a los artistas españoles. Tengo pintura alemana por mi mujer. El dibujo de Fontana lo tenía guardado, sin prestarle demasiada atención. Llegó un día Juan Manuel Bonet y dijo que era una maravilla». ¿Le gustaría en el futuro donar su colección o hacer una fundación ? «No. Por la edad que tengo, 80 años y voy para 81, mi colección irá a manos de mi mujer y después a mi hija . Les gusta el arte, pero no invierten. Imagino que mantendrán la colección, si no necesitan vender algo».
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