Perianes echa un pulso a Chopin y a Debussy, dos almas gemelas
El pianista onubense presentará el próximo martes en el Teatro de la Zarzuela su nuevo disco en el que confronta a ambos compositores
susana gaviña
Al pianista Javier Perianes (Huelva, 1978) le gustan los retos, y el último ha sido confrontar, buscando las similitudes y las discrepancias, la música de Frédéric Chopin y la de Claude Debussy . Dos grandes compositores que vieron la luz con cincuenta ... años de diferencia en países distintos –Polonia y Francia–, pero murieron en la misma ciudad, París (el corazón de Chopin, por expreso deseo de éste, descansa sin embargo en la Santa Cruz de Varsovia). La prematura muerte del primero (39 años) impidió que ambos genios coincidieran físicamente pero esto no fue un obstáculo para que Chopin se convirtiera en una clara referencia para Debussy.
Ahora, Perianes, premio Nacional de Música 2012, que tiene ya en su haber grabaciones en las que ha abordado la obra de Falla, Mompou, Blasco de Nebra, Beethoven, Schubert ha puesto frente a frente la música de ambos genios en «... les sons et les parfums» (Harmonia mundi), un disco que se presentará este marte en el Teatro de la Zarzuela. La idea de grabar este tour de fource nació tras seguir el consejo de varios amigos, entre ellos los musicólogos Luis Gago e Yvan Nommick , que subrayaron la existencia de similitudes entre Chopin, Debussy y también Falla, «deudor claramanente de Chopin». Sin embargo, al compositor gaditano ya le había trabajado en su anterior disco, «Noches en los jardines de España». Así que el duelo quedó entre dos. Lo siguiente fue emparejar aquellas obras en las que «estaba muy claro el vínculo, la relación».
Perianes confiesa no conocer hasta el momento otra grabación en la que haya realizado esta labor, «pero sé de músicos que sí han investigado y reflexionado sobre este tema». Fuentes que ha estudiado el pianista «para que cada pareja estuviera trufada y tuviera todo el sentido el vínculo. En algunas son más evidentes, otras son más ambientales. Por ejemplo está el “Berceuse” de Chopin y el “Claire de lune” de Debussy. En otras parejas el vínculo es el formato, el elemento melódico, una cuestión rítmica, el uso del arabesco... Hemos intentado -continúa- buscar todos los vínculos que podían acercar a dos compositores tan distantes, pero a los que les une una ciudad y un ambiente como el parisino».
–¿Dónde confluyen el Debussy impresionista y el Chopin romántico?
–El último Chopin se acerca bastante al impresionismo, a partir de los 60 años está excarbando buscando armonías y diseños que rozan el impresionismo. Evidentemente, en el disco había que evitar el Chopin heróico y el de las polonesas, donde no hay rastro de intimismo ni impresionismo. Para acercar a ambos compositores hay que buscar al Chopin más intimista y más melancólico, y al Debussy no tan hiper-luminoso sino al más metafísico y más introspectivo. Hay un punto en el que se pueden encontrar ambos, respetando su identidad sonora y sabiendo que cada uno tiene su forma de abordar el sonido. No hablamos de relaciones miméticas, sino de sugerencias en muchos casos...
–Lo cierto es que Chopin fue una gran influencia para Debussy.
–Indudablemente. Incluso a nivel biográfico. No está constatado cien por cien, pero parece ser que una profesora de Debussy fue alumna de Chopin. Sí está constatado sin embargo que Marguerite Long, que era muy amiga de Debussy, hablaba, en cartas, de la admiración que este profesaba por Chopin. Si hablamos de géneros, Debussy llevó a otro nivel los preludios y estudios. Qué casualidad escribió 24 preludios como Chopin. Es innegable que hubo un paralelismo y un nexo entre los dos.
–Muchos pianistas han abordado la obra de Chopin y Debussy, ¿ha seguido usted alguna referencia?
«A quién no le inspira el Chopin de Rubinstein o de Maria Joao Pires»
–Hay muchos pianistas que me apasionan. Tengo la buena manía -o mala manía- de intentar no escuchar la versión de otro pianista hasta que tenga la música interiorizada, porque entonces estarías sustituyendo tu versión por las ideas de otro. De todas maneras, a quién no le puede inspirar el Chopin de Rubinstein o de Maria Joao Pires... Pero ellos han sido siempre una referencia para mí, no solo ahora.
–La temporada se presenta para usted llena de compromisos, en los que afrontará programas diferentes con poco tiempo entre uno y otro, ¿cómo se saca adelante esto?
–No me puedo quejar. Es el momento. Tengo 35 años. Ya llegará el día en el que uno decida tocar dos o tres conciertos al año, dos o tres recitales, protegerse o cuidarse un poco más. Ahora tienes que explorar todas las vertientes posibles, y tampoco tienes todo el poder de decisión frente al promotor y tienes que sucumbir ante algunas peticiones. Además, los retos me dan muchísima marcha. Siempre me ha gustado explorar y moverme en diferentes mundos.
–¿Cuál es el próximo?
–Desde el punto de vista discográfico, el año que viene hacemos una grabación dedicada a Mendelssohn, no muy frecuentado en las salas de conciertos y en las grabaciones. Estará acompañado por mi reinvitación al ciclo Scherzo de 2014, que cerraré con un programa Mendelssohn/Beethoven. Esta tempora también tendré mucho compromisos, no se queda atrás respecto a esta.
–Siempre ha dicho que para tocar hay que vivir y hay que sentir, ¿le queda tiempo?
«La interpretación está íntimamente ligada con la vida»
–Muchísimo. Si le pudiera contar la cantidad de cosas que me han pasado en el último año, y no precisamente positivas... Todo esto, no es que no te dé tiempo a vivir, sino que la vida te va enseñando. Las dos cosas van superpuestas. Además ya me preocupo yo de guardarme tiempo para seguir experimentando y conociendo. Me gusta estar al tanto del mundo en el que vivo. No soy ajeno a lo que sucede, y me gusta leer la prensa al día para saber lo que está pasando. Y creo que eso forma parte del proceso creativo de un intérprete. Sería una hipocresía vivir en una falsa burbuja personal, la de aislarse para tocar. La interpretación está íntimamente ligada con la vida.
–¿Y cómo ve el mundo que le rodea?
–Nos encontramos inmersos en una crisis de valores salvaje, que no sé dónde va a acabar. Y si alguien me preguntara como rebajar esta tensión, no estaría mal que alguien se planteara modificar el IVA cultural, que me sigue pareciendo un atentado contra la cultura en este país.
–Y, por último, y cambiando a otro tercio que sabemos le apasiona, ¿cómo ve al Real Madrid esta temporada, con el cambio de entrenador y el fichaje de Bale?
–Mi respuesta en este momento más afortunada sería o el comodín de la llama o pasa palabra, porque estoy expectante, viendo que no termina de despegar, como si tuviera el motor gripado. De momento buenas vibraciones no me da (se ríe). Pero haremos caso a los que dicen que lo importante no es cómo empieza sino cómo acaba, así que en mayo hablamos. Pero olerme, no me huele bien... (bromea).
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