Réquiem por una joven orquesta

Como ha sucedido con otras iniciativas, los recortes y la consiguiente priorización de las necesidades han puesto fin a este proyecto pedagógico creado a finales de 2000 por Andrés Zarzo , vicepresidente entonces de la Sinfónica de Madrid, con un doble objetivo: acercar la música a niños y jóvenes, y formar una cantera de nuevos músicos, que recibían clases de los profesores de la Sinfónica. A lo largo de trece años han pasado por sus filas varios centenares de jóvenes, algunos de los cuales ya trabajan de manera profesional en otras formaciones españolas. También bisoños directores de orquesta que están haciendo una brillante carrera internacional en la actualidad, como Pablo Heras-Casado , o jóvenes directores de escena, como Ignacio García. Pero no solo ha sido un trampolín de nuevos talentos, maestros ya consagrados han compartido sus enseñanzas con la OE, como Alberto Zedda y Jesús López Cobos , en la batuta; y Emilio Sagi, en la escena. Fue precisamente Sagi, en su etapa como director artístico del Real, quien consolidó el vínculo y convirtió a la orquesta-escuela en uno de los pilares del proyecto pedagógico.

Con la invitación de Sagi, la joven agrupación -que ya había debutado en el Real en agosto de 2001 con «La vida breve»- amplió su repertorio, abordando títulos como «Il viaggio a Reims» y «El barbero de Sevilla» de Rossini, «El pequeño deshollinador» de Britten, «Bastián y Bastiana» de Mozart, «El gato con botas» de Montsalvatge..., o programas dedicados a compositores como Haydn o Bernstein, que contaron con la colaboración de su hija Jamie Bernstein. Todos ellos enmarcados dentro de los apartados de «Ópera en familia», el «Proyecto pedagógico» (conciertos para escolares) o el «Programa joven».

Una intensa actividad que llegó a alcanzar hasta las 47 funciones durante alguna temporada -Antonio Moral recogió el testigo de Sagi-, que se traducía en un convenio económico cercano a los 300.000 euros. Cantidad que se ha ido reduciendo durante los últimos años hasta el presente curso, en el que la Sinfónica de Madrid, de la que depende la OE, solo recibirá 66.000 euros . Insuficientes para cubrir las becas (450 euros para cada uno de los 40 músicos que la forman), que este año ha tenido que completar la Sinfónica. «Si no tenemos programación en el Real nosotros no podemos asumir el coste», se lamenta el presidente de la institución, Pedro González , que ha tomado la drástica decisión de que cese su actividad.

Una decisión completamente ajena al teatro madrileño, según su director general, Ignacio García-Belenguer . «Nosotros tenemos un contrato mercantil con la OSM, y la orquesta-escuela depende de ellos», asegura a ABC, al mismo tiempo que se muestra «sorprendido» de que se responsabilice al Real de la situación que atraviesa la OE. Algo que ha denunciado, a través de una carta, el director musical de la joven formación, José Antonio Montaño , que ha dado la voz de alarma para evitar lo que parece inevitable. Una carta que ha movilizado a parte del sector y ha dado origen a la web Salvemos a la Orquesta Escuela . A la espera de que algún milagro reconduzca la situación, Montaño dirigirá el viernes el último concierto de la OE, que incluye la obertura de «Don Giovanni», la «Sinfonía 38» de Mozart, y la «Séptima» de Beethoven.