El Mariinsky extiende su imperio

Un paso hacia el futuro

El Mariinsky II, como se ha bautizado al nuevo edificio, es un paso adelante hacia la modernación y la incorporación de las nuevas tecnologías que permitirán ofrecer todo tipo de espectáculos: «No lo hemos construido porque lo necesitemos, ya que el teatro histórico es muy hermoso y tiene mucha tradición, sino porque en el siglo XXI, si quieres motivar a una ciudad de 5 millones, se necesitan proyectos ambiciosos como este. Lo queremos llenar de escolares y universitarios , sin cerrarle las puertas a los turistas», explicó Gergiev en su última visita a España.

Con una extensión de 79.114 metros cuadrados, que ocupa toda una manzana, el nuevo edificio se levanta junto al legendario teatro Mariinsky (están conectados por un puente peatonal situado sobre el canal Kryukov) que fue inaugurado en 1860 para albergar a la famosa compañía de ballet, a la que se añadió más tarde su prestigiosa compañía de ópera.

Cambio de arquitecto

El desarrollo de la obra -como le sucede a cualquier edificio que nace a la sombra de otro cargado de historia y tradición- no ha estado exento de problemas:retrasos, encarecimiento del presupuesto y polémica. Después de haber sido adjudicado el concurso para su construcción en 2003 al arquitecto francés Dominique Perrault , el proyecto, que apostaba por una línea futurista y una fachada con predominio de cristal (material poco idóneo para el severo clima ruso) levantó tales críticas que provocó su paralización en 2007, después de invertir en él varios millones de euros. Se abrió entonces un nuevo periodo de busqueda para encontrar a un nuevo equipo de arquitectos que asumieran el delicado encargo de rehacer el trabajo de Perrault. El reto recayó en el estudio canadiense Diamond Schmitt , responsables, entre otros edificios, del edificio que alberga la Compañía de Ópera de Toronto.

Incremento del presupuesto

Con un presupuesto inicial previsto de 295 millones de euros y una fecha de finalización marcada para 2011, el cambio de proyecto duplicó el gasto final (las cifras oficiales lo sitúan en 536 millones de euros), cantidad abonada íntegramente por el ministerio de cultura ruso; mientras que la fecha de su apertura se ha dilatado dos años, coincidiendo, casualidad o no, con la celebración de los 25 años de Gergiev al frente de la institución.

La nueva construcción, por su extensión y equipamiento, así como por la inversión económica, se convierte en uno de los teatros más importantes del mundo. Sus casi 80.000 metros cuadrados se distribuyen en diez plantas (siete sobre rasante) que albergan: la sala principal, con capacidad para 2.000 personas , distribuidas en tres niveles de balcones -y no cuatro, como es habitual-, con forma de herradura -con visibilidad desde todos lo puntos-; con un foso de orquesta para 120 músicos , y una caja escénica dotada con uno de los equipamiento técnicos más vanguardista, que permitirá cambios de hasta seis producciones. El teatro cuenta con salas de ensayos para la orquesta, la compañía de ópera y el ballet; así como espacios para proyectos pedagógicos. También incluye un anfiteatro a aire libre -especialmente indicado para el festival «Noches blancas», que dirige Gergiev-, con capacidad para 200 personas, situado en la zotea. Una inmensa y espectacular escalera de caracol comunica los distintos niveles del edificio.

Clásico y moderno

En cuanto a la decoración, la austeridad exterior contrasta con los extensos y luminosos espacios interiores (desde los amplios ventanales se puede ver el legendario Teatro Mariinsky), con suelos de mármol, paredes revestidas con piedra Ónyx en color miel, y todo ello iluminado con lámparas Swarovski . La fachada, la parte más criticada por los ciudadanos de San Petersburgo -algunos la comparan con una piscina o un centro comercial-, está revestida también de piedra ónyx, importada de Turquía, Macedonia e Irán. Material que para el arquitecto Jack Diamond define el impacto visual que se buscaba. «El ministerio de cultura nos dijo que quería un edificio clásico por fuera y moderno por dentro. El Mariinsky II representa una metáfora de la ciudad de San Petersburgo y de la historia de Rusia. Las paredes exteriores siguen la estética de su entorno, pero al igual que las cúpulas de las iglesias de la ciudad se destacan de las estructuras de alrededor, el ónix brillante le da al nuevo teatro un aspecto especial en el interior y un aire dramático y casi sagrado, propio de un palacio imperial ruso del pasado, en el exterior», ha declarado.

La acústica

Gergiev, quien seleccionó personalmente al equipo de arquitectos canadiense fascinado por el Four Seasons Centre de la Compañía de Ópera de Toronto, diseñado por Diamond Schmitt, se ha mostrado prudente ante las críticas, remitiéndo a la conclusión del proyecto y a la prueba más decisiva para valorar el éxito: su acústica, que ha corrido a cargo de Müller BBN . Una prueba para la que el director de orquesta colocó a varios músicos de distintas secciones en diferentes puntos de la sala. Según ha explicado Diamond, el resultado fue tan positivo «que se le saltaron las lágrimas» al director del Mariinsky.

El director general y artístico del Mariinsky aseguraba horas antes de la inauguración que no se arrepentía de no haber construido «un edificio espectacular», pues su principal objetivo siempre fue el de lograr un teatro funcional y que gozara de buena acústica. «Muchos otros países, donde se gastan 300, 400 y hasta 500 millones de dólares, deberían tomar ejemplo a la hora de construir un auditorio», afirmó. «Yo no quería un arquitecto que aprendiera a hacer un teatro de ópera, yo quería alguien que supiera ya hacerla», argumentó, en clara relación al episodio Perrault, durante la presentación del nuevo edificio a la prensa.

Gergiev insistió en que su prioridad fue encontrar al equipo adecuado capaz de lograr una buena acústica, como ya sucedió en el auditorio inaugurado en 2006. «Cuando encontré a Müller y vi que sabían de lo que hablaban cada vez que me pedían algo solo podía decirles que sí», bromeó visiblemente satisfecho ante casi un centenar de periodistas procedentes de todo el mundo.

El director de orquesta señaló que su intención con este edificio, con el que en su opinión se abre una nueva etapa para la música en Rusia, era la de llenarle de familias, niños y jóvenes, y pontenciar los proyectos pedagógicos. «Este es un teatro para todo el mundo. Quiero que el público fluya entre los dos teatros, el nuevo y el viejo». De ahí que haya decidido que la rehabilitación del histórico Mariinsky no tenga lugar al menos en los próximos «tres o cinco años», con la intención de que durante este periodo se produzca una simbiosis entre los dos espacios que representan la tradición y la modernidad.

Diez años más al frente del Mariinsky

Con una capacidad para casi 5.000 localidades , entre los tres espacios que actualmente tiene ya el Mariinsky, la intención de Gergiev es ampliar la compañía (músicos, cantantes, bailarines) hasta las 3.000 intérpretes (actualmente son 2.500) en los próximos tres años. La orquesta, que actualmente está formada de 170 miembros, se incrementará en 250 músicos para poder cubrir las necesidades tanto de los tres espacios como de las giras, capítulo que también se va a potenciar pues es uno de los pilares en los que se sustenta la marca Mariinsky, siempre liderada por Gergiev, que planea seguir al frente de la institución al menos «otros diez años, si mis condiciones física y mentales me lo permiten», bromeó en un pequeño encuentro con periodistas españoles.

Vista su capacidad de trabajo estos días, en los que ha dirigido al menos dos veces en la misma jornada -«era una ocasión especial pues se trataba de la inauguración», se justificaba-, además de someterse a la apretda agenda de actos públicos, hay Gergiev para rato.