entrevista
Coque Malla: «La mujer está presente en todas mis canciones»
En su nuevo disco, «Mujeres», el exlíder de Los Ronaldos repasa su discografía en solitario junto a cantantes femeninas como Jeanette, Leonor Watling, Ángela Molina y Anni B Sweet
pablo martínez pita
De la conversación con Coque Malla se concluye que, realmente, había motivos para sacar un disco como «Mujeres». Primero, porque su vida gira en torno a la obsesión por esa mitad de la población humana. Y segundo, porque era una manera elegante de hacer ... repaso a su carrera en solitario.
El excantante de Los Ronaldos se ha rodeado de una selecta selección. A saber: Leonor Watling ( «Berlín» ), Jeanette («Una moneda»), Rebeca Jiménez («Siempre junto a ti»), Ángela Molina («Lo intenta») Laura Gómez Palma («Mi asesina»), Vilma (de Vilma y los Señores , «Hace tiempo»), María Rodés («Déjate llevar»), Alondra Bentley («She understands»), la actriz Amparo Valle («La carta») y Anni B Sweet ( «No puedo vivir sin ti» ).
Para su puesta en escena, a Coque se le ha ocurrido una original idea: de cada ciudad por la que pase la gira escogerá a una cuantas cantantes anónimas a travésm de sus cuentas en Twitter y Facebook , para que sustituyan a las famosas. La primera cita será el 9 de mayo en Barcelona, en la sala Luz de Gas.
Y hay otra sorpresa: el álbum contiene un tema inédito, en inglés, «She understands». «Me gustó mucho componerla -nos comenta Coque-, pero fue un arrebato. Me senté al piano y me salieron los primeros compases. Y ahí lo dejé. No tenía idea de incluirla en "Mujeres", pero Alondra Bentley me comentó que estaba más cómoda cantando en inglés. A partir de ese momento se convirtió en una tarea, y la terminé en una mañana».
Quizás por ahí van a ir los tiros de una nueva etapa de la que, involuntariamente, le pillamos hablando en la entrevista anterior a la de ABC. Sin embargo, nos confiesa que no tiene claro ese futuro: «"Mujeres" cierra un ciclo, y ahora empieza otra cosa. No tengo ni idea de por dónde voy a tirar».
-¿En qué momento se te pasa por la cabeza hacer un disco con tus canciones?
-El disco anterior, «Termonuclear» (2011), fue un proceso tanto artístico como vital muy bestia. Refleja un cambio en mi vida muy gordo: separación, reencuentro... y fue un disco muy intenso emocionalmente. Creo que con tras ese proceso llegó la calma, empezó otra etapa más tranquila de mi vida, y no sentí la necesidad de empezar una nueva aventura, y sí de echar la vista atrás y repasar las aventuras ocurridas, con los cuatro discos anteriores, que son todos muy intensos a su manera. «"Soy un astronauta más" (1999) es un disco muy tremendo, escrito en una etapa muy tremenda. "Sueños" (2004) también lo es; "La hora de los gigantes" (2009) es el más tranquilo, más estable; y en «Termonuclear» se desata de nuevo tormenta. Sentí las ganas de repasar todo eso, como el que mira un álbum de fotos. Cuando lo hice, me di cuenta de que las relaciones sentimentales, mi relación con las mujeres y la mujer, lo femenino, estaba absolutamente presente en todas mis canciones.
-¿Te ha sorprendido el resultado, el cambio que se opera en las canciones con voces femeninas?
-Era algo que nos preocupaba, porque los tonos de los hombres y las mujeres son muy distintos. Ellas pueden cantar más agudo, como es lógico, entonces había que transportar todos los tonos. Al final fue un trabajo menos duro y menos complicado de lo que en principio nos temíamos, y sí, claro, me ha sorprendido. Ellas han llevado las canciones a sitios donde nunca han estado. Porque no son diez cantantes, intérpretes así sin más, son diez mujeres con una personalidad muy especial, son diez autoras, bueno, quitando a mi madre y a Ángela Molina, pero el resto son mujeres que escriben sus propias canciones. Todas ellas han entendido el proyecto en toda su dimensión. Han entendido que queríamos contar una historia, no simplemente un disco de duetos.
-¿Esas historias encajan perfectamente cantadas por una mujer?
-Funcionan. De repente toman otra dimensión. Siempre digo que esas canciones son paranoias mías, mis recuerdos, o una interpretación de lo que me ha ocurrido en mis relaciones. Al aparecer de repente la figura de la mujer, aunque sea de manera simbólica, cantando esas fantasías mías, toma otra dimensión. Ya no es un monólogo, toma algo de diálogo.
-Da la impresión de que a quien más has exigido en la interpretación es a tu madre, Amparo Valle.
-No, lo mismo que a todas. Les he exigido muy poco a todas, porque no hacía falta. Ella lo ha hecho así, ha sido su manera de entender la canción. La ha llevado por un lado actoral. Ella me decía: «Soy actriz, voy a buscar imágenes y voy a buscar una justificación de porqué yo estoy diciendo estas cosas». Y le salió algo muy tremendo, da miedo en ocasiones. Pero salió de ella, yo no le dije: «Quiero que estés a tope». Con todas ellas me ponía a tocar la guitarra y las dejaba. Son grandes artistas y no me atrevía a decir nada, por ejemplo, a Jeanette, que lleva más años que yo en esto.
-¿Por eso quizás apenas las miras en el DVD?
-Lo ha dicho mucha gente, y es verdad. No hay interacción entre nosotros. A mí me parece interesante. No fue algo premeditado, pero el resultado me parece interesante, crea algo inquietante que creo que es bueno para hacer un disco que habla de hombres y mujeres, sobre todo cuando muchas veces habla de incomunicación. Es bonito que estemos cada uno en nuestro sitio y que no haya casi sonrisas, ni me acerco a ellas con la guitarra. Eso sí que teníamos claro que no lo queríamos. Esa especie de muro de metacrilato, como diría Kiko Veneno, creo que es interesante. Le ha dado así una atmósfera así fría y alemana (ríe).
-A la que más miras, incluso con admiración, creo que es a Ángela Molina.
-Es por una cuestión física. Es la única canción en la que estamos sentados, porque está grabada con una guitarra española. Se le puede poner una cinta, pero era más bonito tocarla sentados. De esa forma quedábamos uno enfrente del otro. Creo que con Vilma también hay más interacción, porque somos muy amigos y se nota. Pero tengo admiración por todas. También influye mucho el hecho de que es el primer disco que yo produzco en solitario, y estaba muy muy atento a todo lo que ocurría. Quizás por eso también hay esa frialdad, pero es una frialdad que a mí me gusta.
-Se nota que la puesta en escena está muy cuidada.
-De hecho, para nosotros el DVD es más importante que el CD. Era la idea, crear un espacio que fuera muy especial. No queríamos que fuese un directo. La idea no era «Coque Malla en directo». Es otra cosa. Diríamos que era un espacio donde ocurría ese encuentro con esas mujeres, y donde hablábamos del amor. No hay público, lo que nos rodea es negro... Queríamos transmitir que todo ocurría ahí dentro, que fuera no había nada más.
-¿Tenías alguna idea del tipo de mujeres querías buscar para el proyecto?
-No me hice ningún decálogo previo. Me puse a repasar listas de cantantes femeninas, y cuando llegaba a una que me gustaba, contactaba con ella, así de sencillo. Llegué a meter en internet "cantantes femeninas españolas", y leyendo la lista, de repente encontraba a una que no se me había ocurrido y era perfecta. Con otras sí hay más cercanía, y había otras que no podían faltar.
-Dices que estas canciones reflejan momentos muy intensos de tu vida. ¿Puede ser que antes estos momentos antes llegaban en la juventud, y ahora los mayores terremotos ocurren a partir de los treinta?
-Puede ser. Yo he sido muy intenso toda la vida (ríe), pero es verdad que a mí me llegaron incluso más tarde, en concreto a los 40 años. Ese año fue tremebundo. Maravilloso, pero tremebundo.
-Quizás la madurez permite reflexionar sobre ello mientras está sucediendo.
-Claro. Eso fue el año de «Termonuclear». Pero este disco es más tranquilo. Ya pasaron los rápidos, y ahora me siento como en una balsa, tranquilo.
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