Pablo López, el órdago de 2013

El pasado miércoles, este joven músico fue presentado por todo lo alto en la sala Shoko de la capital, en un recital íntimo organizado por Universal, el sello que ha apostado fuerte por él. Era, sin duda, una cita más que importante para López, en la que presentó sus virtudes ante la prensa y cómo no, ante su familia, reunida allí en pleno con su madre al frente, dándolo todo en primera fila.

«Es un privilegio poder estar aquí esta noche, que creo que es la mejor de mi vida», dijo en tono desenfadado el artista, antes de arrancarse con sus primeras melodías vocales, lanzadas con gran energía y aptitud, con un estilo reconocible que por momentos recuerda a uno u otro David (Bisbal, Bustamante) , pero acompañado por un afortunado elemento diferenciador: su manejo del piano, apuntando hacia una intensidad grandilocuente que se ve más en el pop de estadio angloparlante.

Sorprendió ver la entereza de López ante el reto –sólo se le notaron los nervios en algunos speeches demasiado largos–. Y es que no ha salido de la nada, no. Allí estaba su amigo Bustamante viéndole «debutar», y a su lado, en el escenario, le acompañaba una banda liderada por su productor Kim Fanlo, otro personaje de conexión triunfita por su relación –ya finiquitada– con la también concursante Mai Meneses, alias Nena da Conte. Y aquí viene la sorpresa: aunque pocos lo recuerden, Pablo López también pasó por la factoría O.T., quedando finalista en una edición, la de 2008, que no pasó a la historia precisamente.

Además compone para otros artistas como Malú o Pablo Alborán . Y zafarse de la sombra de este último nombre será otro de sus grandes desafíos. También se llama Pablo, también es malagueño, también hace canción romántica. Pero si López aprovecha sus recursos épicos cuando lance su primer disco, seguro que esquivará molestas comparaciones y triunfará, sin demasiadas operaciones de por medio.