música / entrevista
Dorian: «La rabia por el mundo que nos rodea es el motor de nuestras canciones»
La banda barcelonesa acaba de publicar su cuarto disco, «La velocidad del vacío», que abre nuevos senderos a su música
pablo martínez pita
Con ese sonido que recoge la tradición del pop español y la electrónica anglosajona, Dorian se ha convertido en uno de los puntales de la música independiente de nuestro país. Una de esas bandas que aseguran un lleno en cualquier sala por la que ... pasen, y que da lustre a los festivales que los programan en su cartel.
Las miles de voces que corean sus canciones en los directos (algunos temas alcanzan categoría de himnos generacionales, como «Cualquier otra parte» ), tienen ahora una nueva remesa con la publicación de «La velocidad del vacío», cuarto álbum de Dorian y con el que, según su principal vocalista y compositor, Marc, abren nuevas puertas a su sonido.
¿Qué habéis querido dar de especial a este disco con respecto a los tres anteriores?
A medida que íbamos acabando la gira del anterior disco, «La ciudad subterránea», nos dimos cuenta de que la banda estaba adquiriendo un tono más orgánico en cuanto a composición y en directo, que también era mucho más sólido y robusto. Quisimos darle un aire más orgánico a este disco. Casi todo está grabado en analógico. Hemos trabajado mucho más los medios tiempos, hemos trabajado con cuerdas, y a las tres patas del sonido de Dorian, que son la new wave, el indie y la electrónica, hemos añadido otros colores, como, por ejemplo, algo de folk o de psicodelia. Queríamos abrir un nuevo ciclo en la trayectoria del grupo, ampliar la paleta de sonidos, y en base a esa premisa, empezamos a componer las canciones. Quisimos dejarnos influir por las toneladas de música que escuchamos, y no quedarnos atrapados en la idea que la gente va a tener o dejar de tener de lo que es Dorian. En este sentido, estamos contentos con el resultado de este disco, porque hemos abierto una puerta.
En ese sentido, ¿cuál ha sido la labor del productor, Phil Vinall?
Phil es un productor que creció profesionalmente en la época dorada del brit-pop, y, por lo tanto, tiene un dominio muy alto del mundo analógico, y nosotros queríamos ese tratamiento incluso en los arreglos electrónicos. A Phil lo conocimos en México D.F. hace tres años, y desde entonces estuvimos carteándonos. Un día nos dijo: «¿Sabéis cómo nos vamos a ver?, grabando un disco». También tiene una cosa muy buena, y es que, como lleva tantos años grabando discos a un muy alto nivel, hace mucho que dejó de hacer las cosas de forma convencional, y para este disco queríamos un productor que nos empujara a hacer las cosas de otra manera. Incluso nos fuimos a un desguace a buscar piezas metálicas para las percusiones. En «El temblor» se puede oír hasta a Phil aporreando un cubo de la basura por encima de la batería. Todas estas experiencias increíbles nos las ha enseñado él, y también nos ha enseñado que a veces debes dejarte llevar por tu instinto y por el azar. Grabando en digital, siempre puedes retocar todo, y así los discos suenan demasiado perfectos, demasiado asépticos, y para «La velocidad del vacío» queríamos tener un puntito de imperfección, ese punto que tenían los discos de los años 60 y 70, como de cosa que cruje.
«Buscábamos un productor que nos empujara a hacer las cosas de otra manera»
Siempre se ha dicho que vuestras canciones suenan en directo como himnos. ¿Es algo que tenéis en cuenta cuando componéis o grabáis una canción, cómo suena delante del público?
Hasta ahora no. Hasta «La ciudad subterránea», incluido, trabajábamos mucho de casa al estudio de grabación, del estudio de grabación a casa. Y luego, cuando llegábamos al local de ensayo, intentábamos reproducir lo que grabábamos. Pero este disco ha sido al revés, se ha gestado, sobre todo, de casa al local de ensayo, del local de ensayo a casa, y en el estudio de grabación podíamos añadir alguna capa de sonido o algunos arreglos, pero con la idea de que tenía que funcionar con los cinco tocando con nuestro recursos. De manera que nos está costando mucho menos trabajo que estas canciones se adapten al formato del directo, porque de alguna manera ya surgieron de ese espíritu.
También se alaba en vosotros el nivel de las letras. ¿Que os influye para componerlas?
Por ejemplo, a mí no me gusta el mundo tal y como está montado. No me gustan los que mandan, cómo está organizado todo esto, y esa es una de las principales fuentes de inspiración de las canciones. Hay cierto componente de revancha en todas ellas.
«No me gustan los que mandan y cómo está organizado todo esto»
Y melancolía...
También. Los personajes que pueblan estas canciones muchas veces son reales, gente que me he cruzado por ahí, o que son de nuestra órbita, como en el caso de «Soda Stereo», que eran dos chicos argentinos que conocimos. Gente en la que vemos el deseo de construir un mundo dentro de ese mundo. Ya que no voy a cambiar el mundo, desde luego sí que está en mis manos, si me esfuerzo, en cambiar mi propio mundo. Y eso ya es muchísimo. Esta rabia que te produce a veces la injusticia que nos rodea a todos, ahora más que nunca, tiene mucho que ver con estos personajes, y es el motor que empuja estas historias.
Hasta el título da idea de cierto abismo.
«La velocidad del vacío» se me ocurrió porque vi un documental de astronomía, en la que explicaban que el universo se expande a gran velocidad, y pensé que de igual manera el vacío se expande a gran velocidad en la sociedad contemporánea. Ha habido tal banalización de la política, tal acorralamiento de la cultura, tanta telebasura... El mensaje que te llega todo el día desde todas partes, es tan triste que te genera un vacío, y pienso que los personajes de estas canciones luchan contra ese vacío. En lugar de dejarse llevar por esa fuerza, tratan de combatirla por medio de la acción, de cierta nobleza, de cierta sed de justicia, y a veces lo consiguen, y a veces no, pero por lo menos lo intentan.
Hablando de ese vacío, en estos tiempos está complicado plantear una gira. ¿Cómo se presenta el futuro inmediato?
Tenemos la suerte de ser una banda que recibe muchas llamadas para actuar, de muchos lugares. Es una suerte que nos hemos buscado, pero este año se presenta de tal manera que, posiblemente, se convierta en el mejor año de la carrera de la banda. Hemos empezado actuando en Francia, que es un país que vamos a visitar varias veces con este disco, y la semana que viene vamos a México. Y luego volvemos a España para no parar de actuar en todas partes. Así que estamos muy contentos de que, a pesar de lo complicado que está todo, sigamos teniendo tantas actuaciones. Es cierto que cada vez cuesta más agotar las entradas en las salas, pero no es menos cierto que el público sigue acudiendo a los conciertos con muchísimas ganas. En general, creo que la necesidad de música en directo no se ha saciado, pero quizás ahora se escoge más lo que se va a ver.
«Este puede que se convierta en el mejor año de nuestra carrera»
Por cierto, ¿qué pasa con Dorian en México, que tiene tanto éxito?
Es un país al que vamos a tocar desde hace unos cuatro años. Entramos con dos grandísimos embajadores, que son Café Tacvuba y Zoé , que son dos bandas estupendas, pero después de esa entrada, lo que hicimos fue picar mucha piedra, mucha furgoneta y mucha sala pequeña, y poquito a poquito hemos ido consolidando un público importante, y es algo que nos llena de satisfacción. Siempre hemos ido a México con voluntad de trabajar, no de pasear o de enseñarles a ellos lo que ya saben. De alguna manera, México es un país que, si vas con voluntad de aprender, de dejarte llevar y de entender su cultura y amarla, te devuelven ese amor multiplicado por 50.000. Es casi como nuestra segunda casa.
Dorian: «La rabia por el mundo que nos rodea es el motor de nuestras canciones»
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