La Fura dels Baus celebra a Verdi desde Australia a la Arena de Verona

Este año le ha tocado el turno a Verdi, del que se celebra el bicentenario de su nacimiento, y lo harán por partida doble pues mañana estrenará en la Ópera de Sidney «Un ballo in maschera» y en junio celebrará el centenario del festival de la Arena de Verona con su personal visión de «Aida», entre medias presentarán en la Ópera de Lyon «Il prigioniero» de Dallapiccola .

En su primer acercamiento a la obra del compositor italiano y en particular a esta obra, Ollé ha situado a los protagonistas dentro de «una especie de bunker, de laberinto. Una metáfora de las edificaciones fascistas y comunistas», explica telefónicamente a ABC desde Sidney. «Cuando leí la obra una de las cosas que me interesó fue que tenía un valor muy actual. Si bien la obra había estado muy censurada en su momento, las pretensiones de Verdi siempre fueron políticamente muy comprometidas con el Risorgimiento y la unificación italiana. Era el momento de la monarquía dictatorial en Nápoles, el ejercito austrohúngaro en el norte, las tropas napoleónicas... Una época muy convulsa. Lo que yo he querido rescatar es el valor político de la obra».

El director catalán ha realizado una lectura de la ópera «desde la perspectiva de 1984 de Orwell . Un poco futurista, aunque estéticamente muy actual -matiza-. Una particularidad es que todos los cantantes llevan máscaras, menos unos pocos que he añadido yo al proyecto y que son como los indignados, que se reúnen en el antro de Ulrica, a la que presento como una disidente de la clase política alta, y a Gustavo como un dictador -era un déspota ilustrado-. En ese sentido -continúa-, hago una lectura a partir de un vídeo que se presenta con la obertura, con imágenes actuales y en el que se introduce la máscara como símbolo de alienación ».

El montaje es una coproducción entre la Ópera de Australia, el Colón de Buenos Aires, la Ópera Noruega y la Monnaie de Bruselas, un proyecto que nació como consecuencia del éxito de otro trabajo anterior de Ollé, «El gran macabro», que se ha presentado en numerosos escenarios del mundo (el estreno en España fue en otoño de 2011 en el Liceo) «y con el que ya hemos empezado a ganar dinero», bromea. «Los responsables de Ópera Australia -que gestionan las óperas del país- lo vieron, les gustó y me llamaron».

«Un ballo in maschera» cuenta con la batuta de Andrea Molino y las voces de Tamar Iveri, Diego Torre y José Carbó.

Tras su estreno en Sidney, viajará a Melbourne donde se representará en abril y mayo, y a finales de año llegará a Buenos Aires.

El segundo asalto a Verdi tendrá lugar con «Aida» en junio en la Arena de Verona que este año celebra el centenario de su fundación que se suma a la efeméride de Verdi. Ollé es consciente de que las características de este recinto, abierto y con un gran aforo de un público más popular, son muy distintas y requieren un espectáculo diferente al de los teatros de ópera.

«Es un trabajo que justamente hago con Carlus Padrissa y ese tipo de propuesas nos gustan mucho después de haber hecho los Juegos Olímpicos y otros proyectos para un público más amplio. Lo que creo que prima en la Arena de Verona es un buen espectáculo, no siendo un público tan entendido es importante el componente de espectacularidad. Y creo que hemos presentado un buen proyecto que lo va a conseguir».

Ollé no revela demasiados detalles de esta nueva producción, «tengo una claúsula de confidencialidad y no puedo contar mucho. Solo puedo decir que frente a las escenografías que se mantienen durante todo el espectáculo, en nuestro caso se va a ver una transformación constante en el espacio. Va a generar una propuesta visual muy atractiva , aunque lógicamente también hay un gran reparto vocal».

El responsable musical será Omer Meir Wellber, actual titular de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, formación del Palau de Les Arts de Valencia .

En cuanto a la localización geográfica y temporal de la acción, asegura que se verá «poca cosa de Egipto, aunque habrá mucho desierto», bromea, y que será «intemporal.

El director de teatro, que en el Teatro Real ha presentado ya dos montajes -«La flauta mágica», en coproducción con la Ópera de París, y «Ascenso y caída de la ciudad de Mahagony»-, reconoce que ahora no tiene muchos proyectos en España, «no tiró para adelante una propuesta que teníamos para hacer «La conquista de México», de Wolfgang Rhim, en el Real»; pero si bastante trabajo en el resto del mundo. «Espero volver a él porque es uno de los teatros buenos que hay en Europa, pero gracias ha que tenemos un nombre internacional ahora seguimos teniendo proyectos fuera».

¿Es demasiado cara La Fura en tiempos de crisis?, le preguntamos. «No lo creo. La producción de "Ballo" es a cuatro bandas y posiblemente a cinco, y así los costes bajan. Lo que es caro es hacer una producción que no se mueva.Y caro es un avión de guerra o tantas cosas ...-indica-. Además una ópera genera mucho trabajo. El vestuario del "Ballo" se ha hecho en España, la escenografía de "El gran macabro" también, y el "Edipo" que hice en Bruselas, que se va a hacer en el Covent Garden en 2016». Una cita que espera que con ilusión el director catalán. «Está muy bien porque no he estado nunca y posiblemente tenga un proyecto de futuro allí»