Olivenza: «Hay grupos de pop cuyas letras no dicen nada»

Olivenza también es un lugar. Pero también es un grupo de música. Aquel municipio extremeño, que históricamente era portugués, con el tiempo pasó a formar parte del Reino de España. Ese nombre, que da la sensación que ya conoces, que te resulta familiar, que suena, acompaña a ese concepto de banda musical que reposa la música folk propios de Extremadura y Portugal. Ese sonido fronterizo es el que circula por las venas de sus canciones, sinceras, emotivas, poéticas, bucólicas, detallistas y que recogen influencias de ambos lados de la frontera.

«No suena a algo común», señala la filóloga y cantante Cira Fernández , quien comparte la misma opinión con el guitarrista y compositor Raúl Marques : «Tenemos un sonido propio». El proyecto se empezó a fraguar hace un par de años y la acogida de este disco debut está siendo «bastante buena» en los distintos sitios por donde han actuado.

Después de dos años de paciente y cuidadoso trabajo por crear un repertorio maduro tanto a nivel lírico como a nivel musical dentro del estudio y sobre el escenario, el resultado son doce impecables canciones producidas y arregladas por el propio Raúl Marques. Además, en este primer disco, masterizado en Golden Mastering, ha contado con colaboraciones de lujo como «Campi» Campón o Borja Barrueta (Jorge Drexler) o David «el Indio» (Vetusta Morla). Durante todo el proceso de creación de este álbum de debut ha contado con la ayuda de Jairo Zavala (DePedro), al que de alguna manera consideran padrino del proyecto.

Una mezcolanza de fado, folk, jazz, un lirismo que representa un estilo «muy ecléctico». Tiene un denominador común que es la música de raíz, aquella que nace del viento y la tierra, aquella que surge vertebrando una cultura ancestral. Tanto música española como portuguesa, de la latinoamericana... un sinfín de colores musicales que te trasladan a otro mundo. «Es muy complicado definir lo que hacemos porque se trata de música de fusión. Nos gustan cosas distintas e intentamos que el disco nos identifiquemos con él», explica Marques.

Esa fusión, que «sale de una forma natural», es lo que llevan ambos dentro. «Le damos mucha importancia transmitir emociones y potenciar ese poder que tiene la música para emocionar a la gente», agrega este multiinsrumentista que lleva veinte años tratando de fusionar diversos estilos musicales. «El objetivo es que tuviera una coherencia que fuese transversal al disco», añade. «Le gusta enredar», bromea Cira.

Olivenza tiene un sonido particular, reconocible y que sorprende, aunque su ambientación folk le hace que su destino sea para paladares especiales. «La sociedad está muy compartimentada. Los del heavy solo escuchan heavy; los del rock, solo eso. Los del hip-hop, solo eso, y se mezclan cosas que no deberían mezclarse. La música es una sola y no hay que definir fronteras al gusto de cada uno», explica el músico.

«He escuchado proyectos que musicalmente son interesantes pero que las letras dan pena porque las dejan un poco de lado. Las letras es el 50% de la música que estás contando», señala Cira, al tiempo que su compañero de fatigas saca algo en claro: «Hay grupos de pop cuyas letras no dicen nada y lo que se dice se ha dicho miles de veces».