Muere a los 98 años Yuri Grigorovich, el legendario bailarín del teatro Bolshói
Director de la célebre compañía de ballet ruso desde 1964 a 1995, estaba considerado uno de los coreógrafos más grandes del siglo XX
La forja de una nueva cantera de bailarines

Yuri Grigorovich, el legendario coreógrafo del teatro Bolshói de Moscú, que también dirigió de 1964 a 1995, murió este lunes a los 98 años, anunciaron las agencias rusas TASS y Ria Novosti.
Nacido en 1927 en Leningrado, la actual San Petersburgo, Grigorovich fue sobrino de Georges Rosay, el gran bailarín del teatro Mariinski de la antigua capital imperial rusa y de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev.
Grigorovich se graduó en la Escuela Coreográfica de Leningrado y se convirtió en solista del teatro Kírov de esa ciudad a finales de la década de 1940. El bailarín alcanza la celebridad en 1957, tras su innovadora puesta en escena del ballet 'La flor de piedra', basada en una serie de cuentos populares de los Urales.
Grigorovich se desempeñó posteriormente durante tres décadas como director de los ballets en el Bolshói. A lo largo de su carrera, dio a conocer al público a bailarines como Natalia Bessmertnova, quien se convertirá en su esposa, o la famosa pareja formada por Ekaterina Maximova y Vladimir Vasiliev.
Durante su largo mandato, la compañía realizó frecuentes giras internacionales y consolidó su reputación como una de las grandes compañías de ballet del mundo. Sin embargo, la caída de la Unión Soviética en 1991 trajo consigo incertidumbre, problemas financieros, disputas internas y una fuga de talentos al extranjero.
En 1995, Grigorovich renunció tras meses de conflictos con la dirección por los contratos de los intérpretes, lo que provocó la primera huelga de bailarines en la historia del Bolshói, con más de 200 años de existencia. Cuando las luces se apagaron al inicio de una función programada, un bailarín salió al escenario y anunció al público, atónito, que esa noche no habría espectáculo.
Tras su dimisión, Grigorovich creó su propia compañía en Krasnodar, en el sur del país. Sin embargo, regresó al famoso teatro moscovita, convirtiéndose en 2008 en el coreógrafo principal de la compañía de ballet.
Grigorovich puso en escena a varios clásicos del ballet ruso durante su carrera. Entre ellos figuran 'El Cascanueces' de Chaikovski, 'Espartaco' de Khachaturian, 'Iván el Terrible' con música de Prokófiev, o 'La Edad de Oro' de Shostakóvich.
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