Mónica Ojeda: «Todo lo que me importa en esta vida está en primera línea de fuego»

Es una de las voces más feroces de la literatura contemporánea en español. Este 8 de febrero publica 'Chamanes eléctricos en la fiesta del sol'

Mónica Ojeda: «Mi madre creyó que mi primer cuento lo había copiado de algún libro de la biblioteca» (30/09/18)

La escritora Mónica Ojeda, esta semana, en Madrid. tania sieira

Año 5540 del calendario andino. Dos adolescentes escapan de Guayaquil para asistir al Ruido Solar, un macrofestival en las laderas de un volcán. Huyen de las bandas del narcotráfico, los sicarios y las autodefensas. Una busca al padre que la abandonó, pero en el ... camino halla el saber que una abuela chamana le ha legado. Como en un viaje a los infiernos del Renacimiento, Noa y Nicole atraviesan el páramo con la intención de no regresar jamás. Esa es la historia que la escritora Mónica Ojeda narra en su más reciente novela 'Chamanes eléctricos en la fiesta del sol' (Literatura Random House).

La de Mónica Ojeda (Ecuador, 1988) es, si no la más potente, una de las voces indispensables de la narrativa contemporánea en español. Por salvaje y libérrima. Su novela 'Mandíbula' (Candaya), finalista del National Book Award, y 'Las voladoras' (Páginas de Espuma), contienen el germen de 'Chamanes eléctricos en la fiesta del sol', una novela que viste la máscara de los sobrenatural para retomar la tragedia griega, con todo y su coro de diosas iracundas. Se le atribuye la creación de un 'Gótico andino', pero lo suyo es mucho más profundo. Es un desgarro universal. Una herida gozosa en el cuerpo. El estremecimiento que desatan el deseo y la muerte cuando se juntan. Leerla es como bailar en medio de una balacera.

¿Es este un viaje chamánico a los infiernos?

A través de esa fiesta, intento revivificar el cuerpo en situaciones de violencia extrema. La novela está situada en Ecuador. Un lugar donde los cuerpos están atravesados por el pavor y el miedo. Al mismo tiempo, está también la violencia del deseo. El hambre y las ganas de encontrar un futuro. El cuerpo necesita sentir algo más que dolor. Necesita el goce.

En Ecuador, ¿el cuerpo es siempre cadáver?

Es cadáver, sí. Pero también los que se quedan haciendo el duelo. Es la fiesta que se arma alrededor de la muerte. Las ganas de amplificar el cuerpo, bailar, o celebrar. Da igual si al bailar igual se desata una balacera, se trata de reclamar el cuerpo en la calle. Si no lo hacemos, si nos encerramos en casa, aterrorizados, ganan ellos.

¿La violencia reciente en su país llegó a coincidir con la escritura?

La violencia de Ecuador es estructural. Comencé a escribir a finales del 2018. En todo ese tiempo, la degeneración ha ido a más. Yo migré en 2017. Lo he vivido de lejos y a la vez desde cerca. Desde lejos, porque soy inmigrante. Desde cerca, porque todo lo que me importa en esta vida está en primera línea de fuego. Esta tragedia me ha tocado de cerca a mí, a mis amigos, a mis profesores, muchos de ellos asesinados. Con el paso del tiempo, el libro se fue transformando. Y fue entrando la violencia actual.

Volcanes, rito, baile terremotos, decapitados. ¿Hay una violencia geológica?

Ecuador siempre ha sido un lugar violento. Los medios hablaban del país como un remanso de paz, en el pasado. Pero no lo era. Pensarían eso porque había menos asesinatos que ahora, pero los números no son capaces de dar cuenta de lo que es la violencia diaria. Los números no dicen nada. Yo me fui porque era un lugar muy violento. Y sí: este libro vivió todo ese cambio.

Su protagonista busca a un padre que la abandonó.

Noa siente que su carácter está condicionado por ese abandono. Pero se da cuenta, además de que el padre no tiene nada que decirle. De que esa profecía realmente no existe. De que el origen es un lugar peligroso, no sólo porque te puede devorar, sino porque todo lo que buscas, las preguntas o las respuestas, no están en el origen. El origen a veces te expulsa. Como una madre, cuando te pare, caes. Pascal Quignard tiene esta imagen tan potente del nacimiento como la primera caída.

Hay una abuela de saber milenario. ¿Ese otro origen sí funciona?

Es un origen que parece inaccesible. A la abuela muerta no se la puede interpelar. El origen que más nos habla es el origen de los muertos. Las abuelas manejan la memoria de la familia. Alguien tiene que sostener la historia, porque la historia es emocional en una familia. Eso lo han hecho las mujeres, no los hombres. Entonces es diferente interpelar primero a un padre que a una abuela.

Escribe usted sobre cóndores, chamanes, cantoras... ¿Son andinas sus sirenas?

Las cantoras son el otro eslabón del sonido. Son como parcas, también una especie de coro de la tragedia o sirenas. Encarnan una relación entre la música, el deseo por la vida y la pulsión de muerte. Ulises tuvo que atarse para no sentirse arrastrado. La novela pivota en esa doble vía del deseo por vivir y otro de muerte muy intenso. Es el deseo en lugares donde hay tanta muerte. Es casi es obsceno, cómo puedo tener tantas ganas, tanto deseo de vivir rodeado de tanta muerte.

En su ciudad bailan en medio de balaceras, me ha dicho.

Ocurrió. Una amiga que baila en Durán, un barrio de Guayaquil azotado por la violencia, vio cómo en medio de su clase se desató una balacera. Todo el mundo se lanzó al suelo, menos la profesora, que decidió seguir bailando como desquiciada. Cuando vives en una situación límite haces cosas no lógicas. Es otra razón poética de la revuelta del cuerpo. ¿Qué significa? No, no me da la gana de acostarme en el suelo otra vez. Después de que cinco veces a la semana me he tenido que tirar al suelo para que no me de una bala. No, si me alcanzo una bala, que me alcance. Pero esta vez no me tiro, voy a seguir bailando. Yo estaba dando una clase, la clase sigue.

¿Se ha sentido juzgada por lo que escribe?

Hasta el momento no he tenido que sentir miedo por decir nada de lo que pienso. Una vez, en una charla sobre 'Las voladoras', me preguntó si yo estaba trabajando temas de Ecuador de forma exótica. Creo que el exotismo está en la mirada de quien lee, no en la de quien escribe. En el libro hay imágenes reales de cosas espantosas que he visto. Por ejemplo, un decapitado. Yo vi eso en Guayaquil y por supuesto que eso entra en mi escritura. Ha entrado en 'Las Voladoras' también. Eso no es un exotismo. Es una herida, es una pesadilla. Es volver sobre una imagen que no termino de entender, que me persigue y me acecha.

¿Cree que existe un grupo de autoras que impugna el canon del Boom y post-boom?

Cada época impone modos de hablar de determinadas cosas. Y cada época hace funcionar ese discurso, hasta que lo agota. A nosotros se nos agotó esa manera de construir la realidad que tuvo el Boom. Dio grandes, enormes libros, pero se agotó. Por eso determinadas autoras buscan otras palabras.

¿Más que machista es misógina América Latina?

Es mucho más complejo que eso. Los problemas que atraviesa Latinoamérica, además de esta violencia en las calles, son estos feminicidios vinculados al narco, al extractivismo, a las zonas mineras y petroleras. Es más profundo, es un negocio. Por supuesto que es cultural, pero es una forma de vida, de ganar dinero. Por supuesto que necesita pedagogía, pero no es nada más eso. Y luego está atravesada también por el tema de la racialidad en Latinoamérica.

¿Qué va a pasar en Ecuador?

No lo sé. Lo que sí sé es que estamos viviendo en un narcoestado y por lo tanto nos quedan muchos años por delante para que esta guerra acabe. No hay una solución pronta. En Esmeraldas, que es la provincia más afectada por el narco, hay una asociación de cuentacuentos. Trabajan con niños justo porque están tratando de que no sean captados por las mafias. Esa labor es necesaria. Y yo creo que, en situaciones de peligro y de horror, esas resistencias importan. No quiero ser naif, pero ese es un tipo de espacio que merece ser alimentado. De lo contrario, nos dejamos comer por el horror.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios