El misterio de Skellig, cómo una isla rocosa dio alas a una obra maestra de la literatura infantil
La editorial Duomo recupera 'Skellig' para España 25 años después de que David Almond publicara por primera vez en el mercado anglosajón este 'bestseller', que ha sido traducido a 40 idiomas y adaptado al cine, teatro y ópera
Humor, ilustración, fantasía, clásicos..., novedades para celebrar el Día del Libro Infantil y Juvenil 2023
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Iniciar sesiónAlgo tiene la historia de 'Skellig' que, como si fuera una flecha lanzada por Cupido, atraviesa tiempos y geografías, y llega directa al corazón. Ha sido traducida a más de 40 idiomas y cuenta con una adaptación cinematográfica, otra teatral y hasta una ópera, ... además de haber sido reconocida con la medalla Carnegie y el premio al libro infantil de Whitebread. Un cuarto de siglo después de que David Almond (1951, Inglaterra) la publicara por primera vez en el mercado anglosajón, la editorial Duomo vuelve a apostar por ella para el español (se publicó antes por SM como 'En el lugar de las alas', y en Nube de Tinta como 'Alas para un corazón'), convencida de que su impulso sigue vigente. «Tiene una vida propia que parece que nunca para», corrobora el escritor a ABC en una videoconferencia.
El autor -que ganó también el prestigioso Hans Christian Andersen de literatura infantil en 2010- reconoce que el misterio ha rodeado a 'Skellig' desde su misma concepción y que su inspiración le vino como una suerte de epifanía. «La historia me llegó un día cuando iba caminando por la calle, y lo hizo con tal energía y tanta fuerza que parecía que se escribía sola, tenía como su propia creatividad. Era una forma de pensar que no había sentido con nada de lo que había escrito antes», explica Almond. Conforme fue pasando el tiempo, «me di cuenta de que cada vez más personas se sentían atraídas por la historia, que iba enganchanado más y más. Me parece maravilloso haber escrito algo que haya conectado tan fuerte con tanta gente en todo el mundo, porque ha hecho que pensaran sobre su vida, sobre el mundo».
A lo largo de este cuarto de siglo, Almond, a base de reflexión y preguntas de sus lectores, ha podido ir desmenuzando los entresijos de la extraña criatura que Michael, de 10 años, se encuentra en el destartalado garaje de la casa en la que acaba de mudarse con sus padres y su hermana recién nacida, que está muy enferma. Hay indudables referencias a su propia vida: el relato está basado en la casa en la que creció en Heaton (Newcastle) y el garaje era igual que el del libro; también tuvo una hermana con graves problemas de corazón, pero con menos fortuna que el personaje de su obra.
García Márquez y 'Star Wars'
Y ha detectado la influencia directa de Gabriel García Márquez: «Leí 'Un hombre muy viejo con alas enormes. Un cuento para niños' un par de años antes de escribir 'Skellig'. A mí me encanta García Márquez y cuando empecé a escribir el libro me di cuenta de que estaba influido por él. Es algo fantástico de la escritura: todo lo que escribimos siempre está influenciado por los escritores que amamos». Almond cree que el autor de 'Cien años de soledad' y él hablan un poco parecido, al fusionar la magia y lo fantástico con la realidad, pero el escritor inglés no estaba buscando ese efecto en su historia: «Es una manera de ver el mundo», afirma rotundo.
El nombre de la sorprendente criatura le vino a Almond como caído del cielo. «No supe cómo se iba a llamar el personaje hasta la mitad del libro. De repente, elevé mi mirada hacia la estantería y vi dos libros sobre las islas Skellig y pensé que tenía que llamarse así». Situadas en el suroeste de Irlanda, son conocidas como las islas de Luke Skywalker, ya que ahí se filmó la escena final de 'Star Wars: El despertar de la Fuerza'.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sólo se puede acceder a ellas por barco. Se cree que unos monjes se asentaron en la cima de una de ellas, Skellig Michael, en el siglo VI en unas cabañas de piedra en forma de colmena. Según los historiadores, solían recorrer todos los días los más de 600 escalones que llevan hasta el agua para pescar su desayuno. De acuerdo con el relato bíblico, el Arcángel San Miguel (Michael en inglés) se le apareció allí a San Patricio para ayudarlo a liberar a su país del diablo.
Asombro y amor
La parte mística viene del poeta británico William Blake. «Recordé una canción suya que dice 'Cómo puede un pájaro cantar cuando está encerrado en una jaula' y sentí que encajaba perfectamente con la historia», señala. Almond recordó la letra cuando apareció Mina: «Al empezar a escribir acerca de ella comencé también a redescubrir a Blake, que se transforma en un elemento muy importante del libro. Hace que todo lo que parece muy simple tenga un toque poderoso y fantástico», indica el autor.
El escritor ha afirmado en numerosas ocasiones que el personaje más importante de 'Skellig' es precisamente Mina, la niña vecina de Michael, que estudia en casa con su madre. «La primera vez que se encuentran le dice: '¿Tú eres el niño nuevo del barrio, verdad?' Cuando lo escribí, sentí que me lo preguntaba a mí directamente. Trae una energía diferente al libro, una forma de pensar mucho más fresca, experimenta con la vida y con lo que le rodea. Y sabe mucho de cosas extrañas, por ejemplo, que Skellig es auténtico, tangible, pero que en realidad no está ahí», señala.
Pero el misterioso ser alado que habita el garaje de Michael poco tiene que ver con la imagen celestial que guardamos de los ángeles en el imaginario colectivo. Sucio, andrajoso, brusco y decrépito, da rienda suelta a la capacidad de asombro de los pequeños. «Puede que sea una idea romántica, pero creo que lo que tiene que hacer la gente es redescubrir el amor y ese niño que lleva dentro, para fascinarse por las maravillas que nos ofrece nuestro mundo». Desde su punto de vista, ambos están conectados: «Los dos tienen que ver con aceptar que somos vulnerables. Para amar a alguien, tienes que correr ciertos riesgos y, para experimentar la maravilla, tenemos que ponernos en cierto peligro. Cuando uno se abre, se expone, está arriesgándose y hay que permitir dejarse abrumar por esa sensaciones, por esos sentimientos».
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En 25 años, Almond solo ha escrito una precuela, 'Mi nombre es Mina', centrada en la vecina de Michael unos años antes de conocerle. No contempla continuar con la historia, a pesar de la insistencia de sus lectores: «Para poder escribir una secuela tendría que saber de dónde vino Skellig, dónde va cuando termina el libro o cómo acaba. Michael y Mina se dicen al final que quizá algún otro niño se encuentre con Skellig en el futuro y les ayude de la misma manera que a ellos. Esos otros niños con los que se encuentre tendrán que ser los que la escriban«.
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