El misterio de la momia perdida en la Universidad Complutense

Ni el Museo de Anatomía 'Javier Puerta' ni el de Antropología del Profesor Reverte Coma conservan en sus fondos a la niña egipcia momificada que Eduard Toda entregó a la Facultad de Medicina en el siglo XIX

Cartel antiguo de la vitrina que albergaba a la niña momificada que Toda entregó a la Facultad de Medicina ABC

07/07/2025
Actualizado a las 05:36h.

Pasa inadvertida en la penumbra de la exposición sobre 'El Egipto de Eduard Toda' del Museo Arqueológico Nacional. Semiescondida entre las piezas que este diplomático español coleccionó en Egipto en el siglo XIX, muebles de época y antiguos libros, una extraña figura envuelta en ... negras vendas descansa sobre una mesa. «Es una recreación artística de la momia egipcia que trajo Toda», explica el egiptólogo Miguel Ángel Molinero, comisario de la muestra que se puede visitar hasta el 5 de octubre. La política adoptada por el ministerio de Cultura de Ernest Urtasun de no exponer restos humanos en los museos estatales frustró la intención inicial de incluir la momia auténtica y hasta parece que ha arrinconado la obra que la evoca, no sea que esas oscuras vendas vacías hieran sensibilidades. Sin embargo, de haberse buscado exponer la real, hubiera resultado complicado, según ha podido saber ABC.

En la Universidad Complutense de Madrid, depositaria de la momia desde finales del siglo XIX y donde al menos se conservaba hace apenas 7 años, no han podido informar hasta hoy a este periódico sobre su paradero. Desde la Unidad de Gestión del Patrimonio Histórico del Vicerrectorado de Cultura detallan en un correo electrónico que en la Complutense «se conservan actualmente nueve restos humanos momificados, integrados en la colección del Museo de Antropología Médica, Forense, Paleopatología y Criminalística. Prof. Reverte Coma de la Facultad de Medicina».

Siete de estos ejemplares «corresponden a cabezas humanas momificadas, cuya cronología abarca desde la dinastía XVIII del Antiguo Egipto (aproximadamente 1.500 a. C.) hasta la época romana (en torno al año 200 d.C.)» y «los otros dos restos pertenecen a individuos de sexo masculino, también momificados, cuya datación aún está pendiente de estudio». Todas las piezas «están siendo objeto de investigación multidisciplinar, que forma parte del proyecto conjunto de la UCM y el centro CRETUS de la Universidad de Santiago de Compostela», indican. Y «se espera que los resultados de estos estudios permitan obtener una caracterización más precisa en términos cronológicos, culturales y biológicos».

Ninguno de estos restos pertenece a la momia de Toda, puesto que ésta «es de una niña de unos 10-12 años» que «medía alrededor de 1,20 centímetros» y «está desvendada». «De ninguna manera se puede confundir con la de un hombre», asegura Molinero, profesor de Egiptología de la Universidad de La Laguna (ULL).

En 1886, a los pocos meses del regreso del que fuera cónsul en El Cairo, la momia fue desvestida públicamente en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, en la calle Santa Isabel. Varios ministros y otras personalidades del momento asistieron al acto, que despertó gran interés y fue recogido por la prensa. Sobre una mesa de mármol blanco, varios doctores retiraron la careta dorada de su rostro y los cartonajes que la cubrían y le quitaron la envoltura de tela y las largas bandas que rodeaban su cuerpo. Mientras los doctores procedían a desvendarla, Toda fue contando que se trataba de «una niña de once años llamada Isis y era cantatriz de Amón en los templos de Tebas». Así lo creía el diplomático, aunque dichos títulos «no le correspondían», según indican Molinero y Andrea Rodríguez en el catálogo de la muestra del MAN, donde incluyen una ilustración que Toda publicó en un artículo posterior.

Eduardo Toda, el único sin sombrero, junto al egiptólogo francés Gaston Maspero, sentado a su izquierda, en Egipto ABC

En el acto solo se descubrieron el rostro y los pies de 'Isis', porque, según se adujo, el baño de natrón al que habían sometido su cadáver en la Antigüedad había adherido las bandas al cuerpo y su manipulación técnica requería más tiempo. Antes de dar por terminada la sesión, Toda repartió fragmentos de las vendas retiradas a los asistentes (en una colección privada aragonesa aún se conservan varios). Y cuando acabó el ceremonial, la momia fue entregada al catedrático de Anatomía Federico Olóriz para su estudio, junto a una colección de cráneos egipcios. A partir de entonces se conservó en la Facultad de Medicina de la Universidad Central, que en 1970 pasó a denominarse Universidad Complutense de Madrid.

Mediática 'hija de Ramsés II'

Tras un siglo de olvido, la momia egipcia de Toda volvió a saltar a la prensa en 1995, cuando Esteban Llagostera presentó en el VII Congreso Internacional de Egiptólogos su estudio anatómico, a partir de las radiografías que había realizado a la niña momificada. En los comentarios históricos que añadió, el egiptólogo la identificó como Isis, hija de Ramsés II y cantora de Amón, basándose en la que creía que era el acta oficial redactada durante la sesión de desvendamiento, que había encontrado en los archivos de la misma institución que la custodiaba.

La momia egipcia en la Facultad de Medicina de la UCM hace unos años ABC

El hallazgo de una 'princesa' egipcia en Madrid tuvo gran repercusión mediática, aunque esta identificación fue puesta en duda en medios académicos desde el primer momento y rechazada por Carmen Pérez Die, directora entonces de la Sección de Oriente Próximo y Egipto en el MAN. La egiptóloga argumentó que Toda «nunca había identificado esa momia como perteneciente a una hija de Ramsés II» en sus publicaciones, ni siquiera en el libro que dedicó a la figura de este famoso faraón de la Dinastía XIX.

En 2017, Molinero detalló en un artículo publicado en la revista 'Gerión' cómo la supuesta acta fue escrita varias décadas después de la sesión de desvendamiento y contenía errores. En los artículos de prensa de finales del XIX se dijo que la momia procedía de una tumba descubierta a comienzos de febrero de 1886 en Deir el-Medina. Se referían, seguramente, a la de Sennedjem, en cuya investigación participó Toda. El propio diplomático señaló en un artículo que la niña era miembro de una familia enterrada en Deir el-Medina. Los calificó como «sacerdotes del templo del Amón tebano» aunque los egiptólogos saben hoy que formaban parte del grupo de artistas que decoraban los hipogeos del Valle de los Reyes. «No hay ningún argumento para calificarla de princesa», concluyó entonces el profesor de la ULL.

En una vitrina rota

El anuncio de Llagostera despertó el debate del posible traslado de la momia al Museo Arqueológico Nacional, aunque finalmente permaneció en la Facultad de Medicina de la Complutense. Estaba expuesta en una urna de cristal, en una sala de un pequeño museo del departamento de Anatomía, junto a otras momias, según se observa en las fotografías tomadas por la prensa al egiptólogo junto a la niña momificada en 1995.

Allí la vieron también Juan Luis Arsuaga y José Manuel Galán en diciembre de 2018, durante los preparativos de la exposición de 'Aída. El Egipto soñado'. Eduardo Toda era uno de los protagonistas de la muestra que se inauguró posteriormente en el Museo de la Evolución Humana en el año 2000 y el director científico del MEH y el egiptólogo quisieron trasladar a la momia a Burgos para la ocasión. Galán recuerda vivamente la visita. «La vitrina estaba rota, con cristales dentro y nos ofrecimos a mejorar su estado de conservación -relata-, pero la Facultad de Medicina no lo consideró oportuno y no pudimos mejorar las condiciones de la momia como teníamos previsto».

Imagen en la que se aprecia la rotura de la vitrina de la momia ABC

Ese pequeño museo fue desmantelado unos años después y sus fondos «se repartieron entre varios», según indican fuentes de la UCM, pero la momia egipcia de Toda no recaló ni en el 'Javier Puerta', la otra institución museística del departamento de Anatomía, ni en el de Antropología Médica, Forense, Paleopatología y Criminalística. Prof. Reverte Coma, que posee otras momias egipcias. Eran las dos colecciones de la Facultad de Medicina más idóneas, puesto que el Museo Olavide muestra réplicas de cera de enfermedades dermatológicas y la colección Juan Negrín es un quirófano musealizado.

Fermín Viejo, director del 'Javier Puerta' desde 2004, explica que esta institución alberga algunas piezas del otro museo de Anatomía cerrado, pero no a la niña egipcia momificada que «nunca ha sido expuesta ni ha formado parte de la colección» del heredero de las piezas del Real Colegio de Cirugía de San Carlos. También María Benito, directora del museo que lleva el nombre del médico y antropólogo José Manuel Reverte Coma, asegura que «nunca la hemos tenido en nuestro museo».

Dice que no se encontraba en la última sala que reunía «un excepcional conjunto de momificaciones históricas» que mostraban el anhelo del hombre por la eternidad, según rezaba su cartel de bienvenida. Recientemente se ha cerrado al público, siguiendo la tendencia museística actual sobre la exhibición de restos humanos, aunque la momia de una niña muerta de triquinosis se muestra en una vitrina cercana.

Desde la UCM aseguran a ABC que técnicos de patrimonio están revisando el reparto de los fondos del museo de Anatomía cerrado, en busca de la momia egipcia de Toda. La Complutense cuenta con más de una veintena de museos y colecciones de muy diverso tipo, desde Farmacia, Odontología u Óptica a Veterinaria, Astrología, Geología o Entomología. Posee un museo de Arqueología y Etnología, pero dedicado al estudio y difusión de culturas indígenas de América. Extraña pensar que la niña egipcia momificada se haya integrado entre sus colecciones.

Galán todavía se lamenta de que en 2018 estuviera en un expositor roto. A su juicio, debería conservarse «en el Museo Arqueológico Nacional y en una vitrina como las diseñadas por la especialista Nieves Valentín, para que no proliferen las bacterias. Tanto hablamos del templo de Debod, de que hay que conservarlo, pues tenemos una momia de aproximadamente el año 1200 a.C. y lo lógico es que estuviera tratada con un poco más de cariño», sostiene.