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El entretenimiento de arrepentirse
«La cultura vale un Congo. Esto lo ha descubierto Urtasun. No un Potosí, que suena más facha; un Congo»
La descolonoscopia
Ernest Urtasun
A los niños de la urbanización en la que he estado escondido en las últimas semanas les organizaron una piñata la víspera de Reyes para que se entretuvieran. En el parquecito de al lado, justo antes de la cabalgata. Me acerqué con el sombrero bien ... calado para que nadie se fijara en mi cara de guasa. Más animación que en Nochevieja, oye. Qué gritos, qué palos. Cómo nos mola arrear zurriagazos en este país. Tuve que sujetar a uno de los abuelos presentes, un entusiasta, que allá que iba con el bastón. El nieto flipaba. Manolito, dale la mano, le dije. Y él que no, que se iba a sacudir al monigote con forma de Bob Esponja, colgado de un árbol.
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ContinuarA ver, lo han hecho para que los niños se diviertan, ¿quién lo duda? Pero tanto ver en la tele lo de las uvas en Ferraz, el muñeco cabezón con pantalones pitillo y corbata roja, como la de Bob Esponja, que los padres y abuelos presentes no hablaban de otra cosa. La putada, ver a un vecino, que es funcionario ministerial y vive en el 5º D, que no sabía dónde meterse. Dicen que es de Sumar. Y de esconderse cuando pintan bastos: «¡Dale dale dale como al de Ferraaaz!», se desgañitaba justo a su lado el del ático, que es director de una sucursal, animando a su bruto vástago. De Vox no son estos, creo que ni votan, pero ante una 'spanish piñata' se imponen otras lógicas festivas. Yo creo que aquí los padres entrenan la hinchada que luego llevan al fútbol infantil, porque con tantos días de fiesta ya lo echan de menos. «¡A ver si no con qué vas a entretenerte!», decía luego el del ático al funcionario, haciendo aspavientos en el portal, cuando se despedían los vecinos. Y el otro, con cara transaccional.
Yo no soy de Cabalgatas, la verdad, ni soy muy navideño, me gusta más un traje bien cortado, un tres piezas, por ejemplo, que los disfraces. Pero entiendo bien, mejor que cualquier político, lo del entretenimiento que es la cultura, lo mucho que lo necesitamos. ¡A ver con qué se va a entretener un gobierno si no! Siempre dicen todos que la cultura es lo esencial, derecho fundamental, sustrato simbólico, lo que quieras, pero es lo primero que le dan al coaligado. Toma, toma y no molestes. Mira Vox en las autonomías, mira Sumar en el Ejecutivo.
Fíjate cómo será la cosa en el Ministerio de Cultura que en el Inaem, donde se organiza la cultura escénica de este país de piñata y pandereta, estaban seguros de que les tocaba Getsemaní. No por el huerto bíblico, sino por la portavoz de Sumar, Getsemaní San Marcos, que todo el mundo sabe por lo bajinis que lleva meses con el tema de la reforma sindical del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música. Cómo irá de fuerte el rumor, como un tsunami, que el primer día que llegó Getsemaní a trabajar al ministerio, el vigilante de la puerta, nada más verle el DNI, le dijo: «Ah, usted va al Inaem: tercera planta». Y ella un poco seca (que no me extraña) le espetó: «No, no, yo soy asesora del ministro, voy a la quinta planta». Pues todos, a seguirle la corriente. Si sabemos que acabarás ocupándote del tema desde una u otra planta. Está cantado. Y bailado.
La cultura vale un Congo. Esto lo ha descubierto Urtasun. No un Potosí, que suena más facha; un Congo. Lo ha dicho en la SER, que es para los ministros como el aeropuerto de los globos sonda, desde allí despegan más que en la Capadocia. Así que vimos a Urtasun en los vídeos de las redes diciendo kambi-bolongo, que significa río (aclaro, para los que no vieron 'Raíces' en los 70), y todos los que sientan progres, a seguirle la corriente.
No hay argumento que pueda con una buena causa progre. Como él ha vivido en Bruselas, aquí lo ve todo muy mal, muy mal. Que admira lo que han hecho los belgas con el museo colonial del Congo que tenían: han reconocido sus crímenes, así que les ha tocado cambiar el museo, la «cosa racista, colonialista, espantosa» que les salió. Y «que eso ahora nosotros lo tenemos que empezar a hacer». Como si nos hubiera salido aquí lo mismo. Así nomás lo soltó, «lo estamos acabando ya de ver». Un buen debate empieza y termina ahí, en la Capadocia de un micrófono. Ministro de Cultura de la Españita, que diría Chapu.
Urtasun dice que le hagamos caso, porque somos racistas, entonces. Que desarticular los museos estos que nos han salido aquí, ahora se ha dado cuenta, es lo que hay que hacer porque ¡a ver si no con qué vas a entretenerte! Que hay que arrepentirse. Y nos arrepentiremos, ya verás. Sueña con repartir museos entre los racializados, por lo del entretenimiento. Y todo lo que haga falta, porque dijo: «Hemos heredado esta cultura colonial». ¿Tú no? Él iba en Europa con los del Partido Pirata, los de Suecia, se ve que allí la cultura sale a repartir como un botín. Como los caramelos en la cabalgata de aquí.
Mi primo Charlie Marlow, que viajó por el río Congo -si has leído a Conrad- siempre me lo dijo: «¡Qué distinto es esto, primo! ¿Dónde está aquí en el Congo el virreinato, dónde hicieron los belgas las ciudades, los baluartes, las universidades, las plazas, las catedrales, los mestizajes y las ferias de Portobelo y Cartagena? Nah». Dice Charlie que aquello fue sólo una merienda de blancos, que arramblaron y punto, por eso allí en el río Congo, según navegas río arriba te acaban temblando las piernas porque se escucha el latido del corazón de las tinieblas.
Y fíjate la casualidad, Charlie me volvió a llamar ayer, ya desde Londres, para felicitarme el nuevo año y todavía con la bromita, porque le había enviado yo al Whatsapp el vídeo de Urtasun. Y me soltó: «El horror, el horror, díselo a Andrés Gutiérrez Usillos, el director del Museo de América; ¡el horror, el horror!» Porque aquí toca seguir la corriente a una gente horrorosa que no sabe con qué entretenerse.
A ver si vuelve el fútbol infantil.