«Sublime». Así ha calificado el presidente francés, Emmanuel Macron, la catedral de Notre Dame, restaurada cinco años después del trágico incendio que devastó su interior y derribó su icónica aguja.
Ocho días antes de la reapertura de la catedral el 7 de diciembre, Macron realizó una inspección que permitió conocer oficialmente por primera vez cómo luce ahora el interior de la catedral de 850 años. «Es mucho más acogedor», añadió, elogiando las piedras de color claro de Notre Dame y diciendo que todos los involucrados en la reconstrucción deberían «estar orgullosos».
Notre Dame recibirá nuevamente a visitantes y fieles durante el fin de semana del 7 y 8 de diciembre, después de una restauración a veces desafiante para devolverle a la imponente catedral de París su antigua gloria después de que fuera gravemente dañada por un incendio el 19 de abril de 2019.
La restauración ha costado un total de casi 700 millones de euros (más de 750 millones de dólares al cambio actual). Se ha financiado con 846 millones de euros en donaciones procedentes de 150 países en una oleada de solidaridad sin precedentes.
La aguja gótica del siglo XIX ha sido resucitada con una copia exacta del original, las vidrieras han recuperado su color, las paredes brillan después de que se limpiaran las manchas del fuego y un órgano restaurado está listo para volver a sonar.
Sin que los visitantes lo vean, hay un nuevo mecanismo de protección contra futuros incendios, un discreto sistema de tuberías listo para liberar millones de gotas de agua en caso de un nuevo desastre.
Notre Dame, que recibió 12 millones de visitantes en 2017, espera recibir una cifra aún mayor de 14 a 15 millones después de la reapertura, según las autoridades de la iglesia.
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