El humor «ensancha libertades» en la Feria del Libro

Juan Carlos Ortega, Rebeca Argudo y Bárbara Mingo reflexionan sobre la cuota de humor que hay en la actividad física en el pabellón Caixabank

El único límite del humor, por Rebeca Argudo

De izquierda a derecha, Rebeca Argudo, Juan Carlos Ortega, Bárbara Mingo y Jesús G. Calero ISABEL PERMUY

ABC

MADRID

El humor es una profesión; peligrosa, a veces. De ser un deporte, hablaríamos de uno de alto riesgo. De eso hablaron este martes, en la Feria del Libro de Madrid, el humorista Juan Carlos Ortega, la escritora Bárbara Mingo y la columnista de ... ABC Rebeca Argudo, los tres moderados por el redactor jefe de Cultura y director de ABC Cultural, Jesús García Calero, quien propició una conversación ágil y ocurrente, considerando que nunca tres personas vinculadas al humor se habían tomado tan en serio el asunto de la risa.

esudos, prudentes, cuidadosos. Así estuvieron Argudo, Ortega y Mingo. «Sobre el humor tengo una opinión difusa», comentó Ortega, acaso porque toda primera opinión se desparrama. «No nos tomemos esto tan en serio», improvisó –irónica– Rebeca Argudo, en un ejercicio incontenible de rebeldía. Ortopédicos, encorsetados en ocasiones, los tres ponentes hicieron un repaso al canon del humor, desde Gila hasta la imposibilidad de reírse de Bach. Para los ponentes, la violencia y Bach son el límite del humor. Para ser una charla de humoristas, la risa se vendió cara.

Para romper cualquier solemnidad, instigado por Jesús García Calero, Juan Carlos Ortega zanjó: «No hay nada más separado del humor que el deporte». «A mí Kafka me ha hecho reír», exclamó Mingo. «A mí Quijote», respondió una lúcida Argudo. Una erupción de ideas sobre el viejo arte de hacer reír explotó. Los límites al humor despuntaron por encima de las posibilidades del humor. Se centraron y cebaron los ponentes con las líneas que se pueden pasar o no, al mismo tiempo que elogiaron la acción libérrima de a ver reír.

De tanta prudencia, la mesa se hizo pesada al comienzo. Sobre el humor como forma de crítica, coincidieron todos. «¿Y en un momento en el que cualquier cosa ofende al público, cómo se hace?», preguntó Jesús García Calero. Sobre ese tema Bárbara Mingo comentó: «Depende de dónde, una misma broma ofende y en otras no. Eso no se puede definir de antemano cómo es». El humor «siempre ha sido transgresor porque ensanchan libertades», comentó Argudo en la conversación. Irreverencia. Historia, humor, poesía, Atlas, pecios y hallazgos. El asunto está en atreverse.

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