Un paseo con Petros Márkaris: «Mi barrio me inspira»

Nos sentamos en una colorida cafetería y pedimos dos cafés fríos. «Este inmueble de aquí es el albergue de Zizis, en el libro», me explica. «Hace unos años, se mudó a unas cuantas manzanas de aquí, por eso en este libro, también hago la mudanza del albergue. Mi barrio me inspira bastante y hay muchos edificios e historias de él dentro de mis novelas», explica sonriente.

En esta última entrega de la saga Jaritos, Márkaris nos sorprende con interesantes novedades, como la aparición de un nuevo personaje, tan cercano y humano como el resto del elenco de la saga. Nos referimos a Antigoni Ferkeli, una joven policía que toma el relevo de Jaritos como jefa de homicidios y tiene que resolver una serie de feminicidios. «Todos los departamentos de homicidios de la policía griega están dirigidos por hombres. Yo pensé que una mujer también puede hacer ese trabajo y por eso creé a Antigoni», relata Markaris, quien explica que para la creación del personaje, se inspiró en la hija de unos amigos suyos.

«Estos amigos míos, eran todos científicos y tampoco querían que su hija estudiase una carrera que no fuera de ciencias (...) Lo que quise mostrar, aparte de que una mujer puede estar a cargo del departamento de homicidios es que, las familias intelectuales, también presionan a los hijos con los estudios».

Como en cada entrega de la saga, Márkaris nos sorprende con temas de rabiosa actualidad: incendios forestales, IA, inversiones extranjeras pero, sobre todo, feminicidios. Empezó a escribir la novela en el año 2022, el año negro de la violencia machista en Grecia y cuando el país registró la mayor cifra de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. «La violencia contra las mujeres, a pesar de que era un tema del que no se hablaba demasiado, me preocupaba muchísimo (…). Como escritor, no me interesa escribir sobre un suceso una vez que ha ocurrido. Lo que me interesa es, en el momento que sucede, preguntarme dónde va a llevar, las consecuencias e intentar entender dónde llegará. No espero a que el suceso termine, sino que intento ir más allá».

Estamos en abril y los feminicidios ascienden a cinco. El último, hace escasos días, ha conmocionado a Grecia. Kyriakí, una joven de 28 años a la que su expareja acuchilló en la puerta de la comisaría a la que había acudido a pedir protección. «Lo que está pasando es mucho más grave de lo que pensaba que pasaría. Tengo que reconocer que es muchísimo peor. Es decir, lo veía, lo sabía, pero no podía imaginar que tendría tanta amplitud (…). Las mujeres han pagado con su vida para que la sociedad entienda qué es lo que está pasando», se lamenta.

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Otro tema que Márkaris plasma en su novela es el de las inversiones extranjeras, asunto de rabiosa actualidad desde que gobierna Nueva Democracia. «No es de recibo que todo se solucione con la palabra inversión. Este es un fenómeno peligrosísimo porque yo y las generaciones siguientes a la mía, crecimos en una sociedad con una serie de valores pero ahora vivimos en una sociedad en la que el único valor que existe es el dinero», en cuanto a la IA, el escritor se pregunta: «¿En qué manos estará la IA y en qué la van a emplear? Esta es la pregunta que yo me he hecho en la novela que estoy escribiendo ahora. Cada vez que descubrimos algo, hay mucha gente que cree que ese invento resolverá todos nuestros problemas. Esto pasa con la inteligencia artificial».

Como en cada libro de Márkaris, Atenas, con su caos circulatorio, sus problemas sociales, sus tabernas, su patrimonio arqueológico, vuelve a ser protagonista en 'La revuelta de las Cariátides'. «Para mí la ciudad no es un mero escenario, sino una de las protagonistas de la novela. Sin la ciudad no sé si podría escribir estas novelas. Tampoco sé qué escribiría si la protagonista fuera otra ciudad. Pero esto no solo me pasa a mí, también le pasa a Montalbán con Barcelona y a Camilieri con Sicilia», aclara mientras seguimos esquivando motos mientras paseamos por las concurridas calles de Kypseli.