Natalie Haynes: «Medusa fue el primer ejemplo de sufrir agresión sexual y ser culpada por ello»
La divulgadora de cultura clásica novela en su último libro una visión más compleja del mito: una historia alejada del monstruo y pegada al abuso, poder y resistencia
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Madrid
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Iniciar sesiónEn 'Las miradas de Medusa' (Salamandra), Euríale, una de las tres hermanas gorgonas junto a la propia Medusa y Esteno, pregunta: «¿Quién decide quién es un monstruo?». «No lo sé», responde Medusa. «Los hombres, supongo». En ese momento, la divulgadora de la cultura ... clásica Natalie Haynes encarna la idea de quién tiene el poder de definir la monstruosidad precisamente en la figura mitológica que más la ha padecido. La gorgona ha llegado hasta nosotros como el monstruo que convertía a los hombres en piedra, pero no siempre fue así, lo que lleva a la idea central de toda la obra de la autora: los mitos son un reflejo de la sociedad y son moldeados por ella.
Al igual que antes hiciera con la Guerra de Troya en 'Las mil naves' o con la madre de Edipo en 'Los hijos de Yocasta', Haynes novela en su último libro las versiones antiguas y representaciones visuales sobre las que se asienta una Medusa mucho más compleja, cuya historia también refleja temas como el abuso, el poder y la resistencia. «Pienso que es importante no desvincular la literatura de las artes plásticas en cuanto a la fuerza, belleza y habilidades que les conceden a los seres mitológicos», explica la autora a ABC.
'Las miradas de Medusa'
- Autora Natalie Haynes
- Traducción Aurora Echevarría Pérez
- Editorial Salamandra
- Número de páginas 384
- Precio 22 euros
La escritora se dio cuenta de que una de las más perjudicadas en este campo ha sido Medusa. En ese momento estaba escribiendo su anterior libro, 'La jarra de Pandora' (RBA), en el que rescata las raíces sobre las que asentaron las historias de varias protagonistas mitológicas femeninas para entender por qué se distorsionaron algunos elementos. «Normalmente, cuando terminas de escribir un trabajo te relajas. Sin embargo, en el caso del capítulo de Medusa fue al contrario. Me sentí más enfadada por cómo se había representado. Me dio la sensación de que todavía había trabajo que hacer en ese sentido. Vi muchas esculturas que representan a Perseo con su cabeza en la mano: la de Cellini en Florencia, la de Canova en el Met en Nueva York... Luego vi otra pieza de Luciano Garbati en la que aparece Medusa desnuda sosteniendo la cabeza de Perseo. Es decir, la historia justo al revés. Me quedé boquiabierta y esa reacción no la había tenido nunca con las otras estatuas. En el arte estamos acostumbrados a ver esa violencia de los hombres sobre las mujeres, pero no la de las mujeres sobre los hombres».
Por eso defiende que hay que prestar atención también a las diferentes representaciones en el arte cuando se quiere explorar una figura mitológica. Las gorgonas aparecen en muchas obras desde la Antigüedad. «Las primeras imágenes suyas son grotescas. Pero, con el tiempo, esa imagen se ha ido suavizando. Ha habido un proceso de embellecimiento que ha afectado a varios monstruos y entre ellos está Medusa. Entre las imágenes helénicas del siglo I a.C., hay una de su cabeza con una pequeña trenza que le cae por el hombro y es una imagen preciosa, parece sacada de un capítulo de los Bridgerton», ríe.
«Al reescribir un mito, siempre tengo presente la delgada línea entre el enriquecimiento y la distorsión»
Tanto Hesíodo como Ovidio también recogieron que Medusa era muy bella, aunque difieren en su encuentro con Poseidón, el dios del mar. El primero lo presenta como consentido, pero el autor de la 'Metamorfosis' describe, como Píndaro, una violación en el templo de Atenea. La diosa enfurece entonces frente al ultraje y decide castigar a la gorgona, que, en lugar de recibir justicia, ve convertido su cabello en serpientes y recibe un poder de petrificar todo lo que ve que ella nunca usa (solo lo hace Perseo una vez que la decapita).
Haynes novela esta versión del mito de Medusa como víctima, superviviente de agresión sexual que es culpabilizada de la agresión, pero, ¿por qué no es la que nos ha llegado? «La triste realidad es que nos resulta extremadamente complicado darnos cuenta de las cifras reales de agresiones sexuales, por lo que al final resulta menos triste culpar a la víctima. Medusa no era un monstruo, sino que sufrió una agresión y eso la convirtió en monstruo y luego encima la mataron. He pensado mucho sobre esto y no sé dar una respuesta clara. Creo que si no lo hiciéramos así nos perderíamos en el mar de cifras de agresiones sexuales que sufren las mujeres y las niñas. Lo más fácil es no enfrentarnos a ellas como sociedad. Medusa fue un primer ejemplo de ello. La verdad es que la sociedad es tan patriarcal que no se preocupa de lo que le pasa a las mujeres, no considera que sea digno de contar. Sin embargo, si representáramos la historia teniendo en cuenta la agresión que sufrió Medusa sería más compleja, habrían más detalles que habría que tener en cuenta. Ahora, con estos trescientos años de recepción de historias de clásicos, las estamos incorporando porque nos damos cuenta de que son una realidad innegable».
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Celia Fraile GilLa autora sonríe pícara cuando se le pregunta por Perseo. El hijo de Zeus ha llegado hasta nosotros como el valiente héroe que salva a Andrómeda de un monstruo marino, pero ella ha optado por ofrecer otra imagen: «He intentado concentrarme en el hecho de que es solo un adolescente. Por eso es normal que esté asustado. Y no es que sea estúpido, pero no sabe demasiado acerca de las misiones a las que se enfrenta. Es una pequeña traición, pero en mi defensa diré que es el héroe al que más ayudan los dioses porque no sabe hacer nada. Si lo comparas con Hércules, por ejemplo, no queda muy bien parado».
¿Y no se mueve ahí entre el enriquecimiento y la distorsión? «Esa delgada línea siempre está ahí. Intento escribir versiones distintas a lo que nos ha llegado, aunque hay que tener en cuenta que no hay una versión final de un mito. Se van reescribiendo y lo que nosotros tenemos es la versión que nos llega. Me gusta leer mucho al respecto y siempre intento mantener un diálogo conmigo misma entre ir a buscar las primeras fuentes e intentar combinarlas, analizarlas o una combinación de las dos. Por ejemplo, le di poderes a Medusa y sandalias mágicas a Perseo, pero nunca le daría unos pies mágicos. Sería tonto».
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