Juan Manuel de Prada: «Yo soy un escritor raro porque me repugnan el país y el tiempo en los que vivo»
El escritor y articulista de ABC presenta su nuevo libro, 'Raros como yo'
«Es menos maldito drogarse que comer jamón serrano»
Madrid
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Iniciar sesiónEl nuevo libro de Juan Manuel de Prada, 'Raros como yo' (Espasa), es una galería de autores malditos, algunos genios incomprendidos, otros seres rematadamente trágicos, algunos célebres y otros olvidados, pero todos incómodos por algo. Él, claro, los rescata y los retrata por ... el perfil bueno. «Yo creo que el escritor raro es el que choca con la mentalidad de su tiempo. Yo soy un escritor raro porque me repugna el país y el tiempo en el que vivo», aseveró ayer el escritor en la presentación del libro, que tuvo lugar en el 'Ámbito Cultural' de El Corte Inglés, en Madrid, minutos después del encendido de luces navideño, nuevo rito del calendario lunar. Al literato lo acompañó el periodista Antonio Gárate, que para empezar sentenció: «Los raros siempre han estado en su universo literario (...) Pero podemos considerar a Juan Manuel de Prada un escritor de éxito».
«Lo de triunfar o fracasar es una cosa muy subjetiva. Algunos de los escritores de este libro triunfaron en vida y son escritores olvidados o demonizados. Y al contrario: escritores que fracasaron y hoy día son celebrados, o que vivieron el fracaso como un éxito. El fracaso es una percepción», afirmó Prada. Y luego, en un giro inesperado de los acontecimientos, citó a Zapatero: «Cuando parecía que amenazaba la crisis económica, dijo: la crisis es un estado de ánimo. Para el hombre moderno todo es un estado de ánimo. No cree que la realidad es, sino que él la configura».
Prada reivindicó los libros pequeños, modestos, que encuentran en el detalle la belleza. «Me conmueven esos libros que no aspiran a cambiar la historia de la literatura, pero que encuentro en ellos la maestría literaria», explicó, después de mencionar a Borges como ejemplo: «Borges no deja de ser un escritor menor que a través de lo menor es un escritor mayor». Claro que a continuación elogió las novelas oceánicas. «Yo escribo novelas gordas para que la gente disfrute». Y adelantó que su nueva obra se mueve en las mil doscientas páginas. «Pero no quiero que mi editora se asuste».
'Raros como yo', de Juan Manuel de Prada: ¿cómo es el escritor maldito del siglo XXI?
Bruno Pardo PortoEn su nuevo libro, el autor asegura que lo contracultural hoy es abrazar la tradición, rezar a los santos y no invocar a los demonios
Gárate sacó el tema del premio Planeta, utilizando la excusa de Concha Alós, una de las raras del libro, que ganó el Planeta dos veces, porque la primera vez le retiraron el galardón porque ya tenía comprometida la novela en cuestión con otra editorial. «Ahora los escándalos del premio Planeta son más casposos, que no saben hacer la 'o' con un canuto», soltó Prada entre las risas del público. «Yo ya no escribo para esta época. Hay que escribir para los que ya murieron o para los que todavía no han nacido».
Siguió por esos derroteros, y lanzó otra frase para los flashes: «Yo no creo tanto en la evolución de las especies como en la involución de las especies». Recordó los tiempos del programa 'A fondo', en el que un escritor podía sentarse en la televisión a hablar de su arte durante horas. «Ahora no vayas a la radio a hablar de la caída de Bizancio, porque te dicen: ¿y quién es Bizancio? Y es mucho más importante que la amnistía, entre otras cosas porque la explica».
Mencionó a mucho autores falangistas, y al terminar resumió: «Una de las falacias de ahora es que si eres reaccionario tu escritura también lo es. Seguramente el que fue el escritor más vanguardista de España, Valle-Inclán, era carlista». También aseguró que la generación del 98 era mucho más elevada que la del 27 («esto ya se puede decir») y que la mejor literatura está al otro lado de los Pirineos: «Francia seguramente es el país que ha tenido mayores genios a lo largo de la historia. Su literatura es la más grande. Pero es un país que traicionó su misión y se ha convertido en una bazofia». No fue casualidad que cerrara el acto hablando de escatología, con Cervantes y Quevedo como invitados ilustres.
«La literatura española necesita un poco más de mierda, está muy pasteurizada (...) La escatología ha tenido siempre una presencia nobilísima en la literatura española, y hoy en día no existe. No hay un cuesco mal tirado en la literatura contemporánea. Es una cosa trágica, pero esto se va a acabar con mi próxima novela», prometió. Y luego apuntaló la boutade: «La escatología no es decir palabras obscenas. La escatología nos habla del barro del que estamos hechos. Nos dice: bájate del pedestal, mira lo que cagas, esto eres tú. Mírate con un poquito más de humildad. Probablemente hoy no hay escatología porque todos los pitufos que escriben se creen dioses que mean colonia».
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