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ABC Cultural
Fernando Sánchez Dragó Díaz Japón
Fernando R. Lafuente

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Un heterodoxo, al menos cuando la vida era algo moderadamente racional, es alguien que tiene a la libertad como emblema. La libertad de uno, sin dañar a los demás. Que cambia de parecer cuando lo considera y que se va del blanco al negro, sin ... paradas intermedias y después, si quiere, se olvida de ambos, incluso de sí mismo. Un ser condenadamente libre, que acierta y se equivoca, que no para de enredar y de molestar. Molestar al poder, porque ignora cualquier poder, sea de (h)unos o de (h)otros. Indignar a los que mandan, ponerles nerviosos, en fin, cabrearles. Que rompe las convenciones, pero todas. Que sufre la persecución de los que, en cada época, se consideran la esencia de la sociedad. Lo bueno para un heterodoxo es que te condenen todos, en cualquier momento de tu vida, o a lo largo de toda ella, esto es mejor, sin duda.

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