Reeditan las obras de Roald Dahl sin palabras 'ofensivas' como «gordo» y «feo»
Los editores incluyen cientos de cambios en la historias del autor de 'Matilda' en el lenguaje relacionado con el peso, la salud mental, la violencia o el género
Así se reescribe a Roald Dahl: los ejemplos más llamativos de sus libros políticamente correctos
Corresponsal en Londres
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Iniciar sesiónNi Augustus Gloop es gordo, ni la señora Twit es terriblemente fea, y un personaje no se puso «blanco» sino «pálido», porque esas palabras son ofensivas. Por eso han sido cambiadas en los libros del británico Roald Dahl, autor de obras como 'Matilda' o ' ... Charlie y la fábrica de chocolate', cuyos Oompa-Loompas ahora no son hombres sino de género neutro. La editorial Puffin argumenta que «las palabras importan», según reza en un pequeño texto impreso en la parte inferior de la página de derechos de autor de las últimas ediciones de los libros del escritor, que murió en 1990 a los 74 años, en el que se explica que «las maravillosas palabras de Roald Dahl pueden transportarte a diferentes mundos y presentarte a los personajes más maravillosos» y como «este libro se escribió hace muchos años, revisamos regularmente el lenguaje para asegurarnos de que todos puedan seguir disfrutándolo hoy».
Así, los editores se han dado a la tarea de cambiar palabras y frases para hacer las obras más inclusivas y menos ofensivas. De hecho, el diario 'The Telegraph' ha comparado las últimas ediciones con versiones anteriores de los textos y ha encontrado cientos de cambios en la historias, sobre todo en el lenguaje relacionado con el peso, la salud mental, la violencia o el género, aunque también toca otras áreas. Por ejemplo, la pequeña Matilda, que es una gran lectora, ya no lee al poeta Rudyard Kipling sino a la novelista Jane Austen.
Las obras de Dahl no han estado exentas de polémica, y desde hace décadas y por diferentes voces el escritor fue señalado por su supuesto antisemitismo, así como por misoginia y racismo, y no solo por sus escritos, sino por sus declaraciones, como cuando reconoció abiertamente ser «antiisraelí», aunque su agente era judío. De hecho, en el 2020 la familia de Dahl publicó una declaración en su web oficial en la que se disculpaba por su antisemitismo. Mucho antes, entre 1972 y 1973, Dahl y la también autora de libros infantiles Eleanor Cameron se enfrascaron en una discusión sobre los estereotipos racistas de los Oompa-Loompas y en 1998 la periodista canadiense Michele Landsberg opinó sobre la misoginia del también poeta y guionista para quien «las mujeres malvadas, dominantes, apestosas, gordas y feas son sus villanos favoritos».
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Los cambios en los libros han sido muy criticados. Uno de los más duros fue el escritor Salman Rushdie, que precisamente ha vivido amenazado de muerte y que sufrió un ataque en agosto del año pasado, porque tras la publicación de su obra 'Los versos satánicos' en 1988, el ayatolá Jomeini, en aquel momento líder supremo de Irán, emitió una fatua en la que pedía matar al novelista. Rushdie calificó como «censura absurda» los cambios, pero un portavoz de la editorial defendió que «al publicar nuevas tiradas de libros escritos hace años, no es inusual revisar el lenguaje utilizado junto con la actualización de otros detalles, como la portada del libro y el diseño de la página» y añadió que «nuestro principio rector en todo momento ha sido mantener las tramas, los personajes y la irreverencia y el espíritu afilado del texto original». Además, matizó que «todos los cambios realizados han sido pequeños y cuidadosamente considerados».
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