La venganza de los muertos vivientes

No faltan en esta edición de la popular cita comiquera musculosos efebos con capa y antifaz o, ya puestos, tabarrapos -otra de las exposiciones estrella está dedicada a Tarzán , con dibujos originales de Harold Foster-, pero son los muertos vivientes, con sus pústulas, su sangre y sus ojitos saltones, los auténticos protagonistas: no hay más que ver lo solo que estaba ese trasunto de Superman que, peluca en ristre y músculos de porexpán bajo la capa, esquivaba como podía los sanguinolentos zombis que deambulaban sin rumbo aparente por el pabellón 8 de la Fira para convenir que, en efecto, este año lo zombi marca estilo.

Normal, pues, que los gruesos ejemplares de la edición de lujo de "Los muertos vivientes" , recopilación de los cuatro primeros números de la serie, sean de lo más visto y manoseado en la mayoría de los 135 estands que se reparten por el Salón. Y normal también que Charlie Adlard, dibujante de "The walking dead" , no se haya querido perder tamaño apocalipsis y se haya dejado ver esta mañana junto a los dibujos originales de la popular historieta, la misma en la que se basa la no menos popular serie de televisión y que alimenta la exposición "Ni muertos ni enterrados".

Es en esta muestra, auténtico altar de los muertos alzados, donde se repasa ampliamente la mitología zombi y sus innumerables conexiones con la cultura popular a través de referencias a películas como "Zombi Holocaust" y "La noche de los muertos vivientes", pasquines y, claro, cómics.

Y aunque la muerte no sea una cosa para tomarse a guasa, la muestra también ofrece divertidas versiones convenientemente afeadas de clásicos de la ilustración como el Super López de Jan, el Enjuto Mojamuto de Joaquín Reyes o el Cobi de Mariscal. Inlcuso la política tiene su particular "homenaje" en una viñeta que presenta la versión zombificada de José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Artur Mas.