Vargas Llosa dice que Lázaro Carreter mostró el valor de las palabras para vivir

Maestro

Vargas Llosa subrayó ante un selecto auditorio, en el que destacaban personalidades del mundo de la cultura, la política, y que estuvo presidido por los Duques de Soria y la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, la capacidad de Lázaro Carreter para interesar al gran público en el uso, con esmero, del lenguaje con aquella columna titulada «El dardo en la palabra», que durante tantos años mantuvo en ABC. Tanto que en el invierno de su vida, añadió, se convirtió en un «best-seller», sin perder un ápice de su rigor de científico.

El escritor y académico definió a Lázaro Carreter como humanista y también como un gran maestro, del cual se siente él mismo alumno, no por haberlo tenido como profesor, sino por sus libros y desde que ingresó en la Real Academia Española (RAE).

En su alocución, Vargas Llosa señaló a Lázaro Carreter como el mayor impulsor de la modernización de la Docta Casa, alguien que supo retejer la hermandad con las Academias correspondientes americanas al tiempo que aumentaba su influencia en la sociedad, que ya no piensa en ella como una institución acartonada.

El autor de «El paraíso en la otra esquina» concluyó sus palabras con una promesa, la de hacer todo lo posible por no desmerecer este premio ni la figura de Lázaro Carreter.

Previamente, Víctor García de la Concha, el director de la RAE que sucedió a Lázaro Carreter en el cargo, había intervenido para ensalzar el nombre de su antecesor con cariñosas palabras y para elogiar la figura, carrera y obra del premiado. «En su caso, no deberíamos hablar de vida y obra, sino de vida u obra», dijo.

Sánchez Ruipérez también selló con palabras la amistad recordando a Lázaro Carreter -se conocieron entre libros cuando tenían poco más de veinte años y el filólogo estuvo ligado a todos sus proyectos editoriales- y saludó la concesión del premio a Vargas Llosa, para quien «la literatura es fuego, un fuego que deslumbra y reconforta, que arrasa y purifica».