A subasta las últimas joyas del legado de Proust
El próximo 31 de mayo Sotheby’s sacará a la venta la biblioteca y la correspondencia del autor francés
JUAN PEDRO QUIÑONERO
Sotheby’s subastará el próximo 31 de mayo la biblioteca y la correspondencia íntima de Marcel Proust (1871-1922), propiedad de su sobrina biznieta, Patricia Mante-Proust, depositaria de las últimas joyas de un legado entre legendario y escandaloso. Los grandes editores y biógrafos ... de Proust, George D. Painter, Philip Kolb y Jean-Yves Tadié, entre otros, ya publicaron en su día lo esencial y monumental de una correspondencia que tiene tórridos pasajes.
La familia y los herederos de Proust, en su día, le obligaron a destruir copias de muchas fotos y cartas íntimas, temiendo que muchas imágenes y pasajes fuesen «excesivamente escabrosas». De hecho, las imágenes e informes policiales relacionados con Marcel Proust –cliente habitual de acreditados prostíbulos sadomasoquistas , para homosexuales– siguen siendo un tabú conocido, pero mal estudiado.
Tras largas décadas de reflexión familiar, Patricia Mante-Proust ha decidido poner a la venta, en subasta pública, los restos de un patrimonio familiar que ella considera «muy duro de soportar». Patricia Mante-Proust es la nieta de Adrienne (Suzy), la hija de Robert Proust, el hermano de Marcel, autor de la «En busca del tiempo perdido» , uno de los libros más importantes de la historia literaria de Francia, desde Chateaubriand.
Última heredera que lleva el apellido Proust, Patricia Mante-Proust ha decidido desprenderse para siempre de una correspondencia íntima, de un número de fotografías no menos íntimas, de los últimos restos de la biblioteca personal de Proust y de numerosos croquis, dibujos e intimidades de diversa naturaleza.
Interés «fetichista»
La gran mayoría de esos escritos han sido publicados por Tadié, Painter y Kolb, los más eminentes de los editores de la obra y correspondencias de Proust. La subasta de los libros de grandes escritores (Cocteau, Colette, Gide, Giraudoux, Morand) dedicados a Proust tiene un interés «fetichista». Se trata de objetos preciosos. Un manuscrito de buena parte de «A la sombra de las muchachas en flor» quizá aporte matices importantes para los eruditos.
Quizá lo más sustancial de la subasta sean algunas cartas y fotografías íntimas de Marcel Proust, con algunos personajes famosos, que también fueron amantes del genio. Una foto más o menos conocida de Proust, acompañado de Lucien Daudet y Robert de Flers, tiene un «picante» considerable. Lucien Daudet fue uno de los grandes novios/amantes de Proust, que mira a su enamorado con una «languidez» conmovedora. No era un secreto que los padres de Proust descubrieron horrorizados esa fotografía, invitando a su hijo a destruir todas las copias de un documento que ellos consideran «escandaloso».
Proust quemó casi todas las copias de ese documento íntimo. Pero guardó una o varias. La última de las copias será subastada el 31 de mayo. Sotheby’s estima su valor entre 4.000 y 6.000 euros. Quizá alcance un precio mucho más alto, sin duda.
Piezas escandalosas
Las joyas más preciadas y escandalosas de la subasta proustiana serán, cómo dudarlo, varias cartas cruzadas con Reynaldo Hahn , pianista y compositor, el novio/amante más importante en la vida de Marcel Proust, personaje histórico que tiene una importancia simbólica esencial en la construcción arquitectónica de «En busca del tiempo perdido».
Proust y Hahn se conocieron en el legendario salón artístico literario de Madeleine Lemaire , una señora que pintaba rosas de una cursilería pavorosa. Proust consagró a su salón, en la parisina calle de Monceau –a dos pasos de la residencia de alquiler de la familia Proust, en Courcelles– un importante artículo en «Le Figaro», afirmando que sus veladas fueron en su día lo más elitista y sofisticado de un París difunto.
Proust se enamoró de Hahn escuchándolo tocar el piano en casa de Madeleine Lemaire. Esa historia de amor duró poco más de quince años. Tras una separación muy dolorosa para ambos, Proust sintió hasta su muerte una amistad muy profunda por su antiguo enamorado.
No sin cierta melancolía, Hahn llegó a evocar esas relaciones íntimas, carnales, diciendo: «Él era el caballo y yo el jinete». En su correspondencia íntima, dirigida a Hahn, firma con frecuencia de este modo: «Marcel, tu caballito». Un siglo corto, más tarde, parte de esa ardiente correspondencia íntima saldrá en subasta pública a finales de mayo.
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