Roberto Saviano: «Esta vida es un infierno, pero estar triste es estar vivo»

A la pregunta sobre el hallazgo de cincuenta kilos de explosivos que, según sospechas de la policía italiana, podrían ir destinados para él, Saviano señaló que «ha de quedar claro que tiene que haber una unidad e interés internacional para acabar con el problema, que no es sólo del sur de Italia», y añadió que «contar las cosas no es difamar al país, sino resistir».

El escritor, según informa Efe, recordó que las tres mafias que existen en su país mueven más de 100.000 millones de euros al año, lo que las convierte «en la principal empresa italiana y una de las mayores de Europa», y señaló que si un escritor resulta peligroso para una organización tan poderosa es porque «se da la contradicción de que la realidad es muy desconocida, aunque parezca lo contrario». Como ejemplo dio el dato de que en la localidad en que está rodada la película hay una zona de 800.000 metros cuadrados de edificaciones ilegales, incluidos el hospital y el cuartel de los carabineros.

«Gomorra. Un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la Camorra" es el título del libro que le ha valido a Saviano una permanente amenaza de muerte, por lo que al ser preguntado por su estado de ánimo, confesó: «Vivo blindado y mi tristeza es fruto de mi incapacidad para relacionarme con esta situación, que de alguna manera es un infierno que se ha creado en torno a mí».

«Escribir es resistencia»

También confesó que todos los días se pregunta si ha valido la pena y que quiere que la respuesta, tanto por el libro como por la película, que se ha convertido en un éxito cinematográfico, sea afirmativa. E insistió: «Sigo escribiendo porque escribir es resistencia, y todo acabaría, y acabaría mal, si dejase de escribir; escribo para seguir viviendo».

El director de la película, Matteo Garrone, aseguró por su parte que «Gomorra» cuenta la vida de las personas normales «que viven condicionadas por un sistema, en una jungla, luchan por sobrevivir y ni siquiera son conscientes de ello, y cuando se dan cuenta de las cosas que han hecho es demasiado tarde y no pueden rectificar».

Garrone confesó que si creyera que con su trabajo cambiarían las cosas se habría metido a político, pero señaló que tanto la película como el libro de Saviano «son instrumentos para comprender los mecanismos, sirven para comprender mejor los hechos» y que la responsabilidad de lo que muestra el filme «es de los políticos».