Reiner Stach: «La Primera Guerra Mundial no sólo influyó a Kafka, sino que lo destrozó»
Nuevos estudios sobre Kafka, basados en los archivos de Europa Oriental que antes no eran accesibles, revelan aspectos desconocidos del escritor. Reiner Stach se ha adentrado en su ciclo vital más importante, de 1910 a 1915, y ha encontrado un Kafka algo alejado de su propio mito.

MADRID. A Reiner Stach, estudioso de Franz Kafka desde los años setenta, siempre le había sorprendido la inexistencia de una gran biografía de este personaje. Las razones eran claras: la falta de una edición crítica bien elaborada de su escueta obra y el escaso conocimiento de su vida debido al restringido acceso a los archivos en la Europa Oriental. Ya en los años noventa, Stach se ha sumergido en la memoria del genio nacido en Praga a través de estos archivos y de testimonios familiares. Con ello ha descubierto una nueva perspectiva de su vida profesional, personal y literaria. El resultado es «Kafka. Los años de las decisiones» (Siglo XXI de España Editores), un retrato del personaje en el fundamental periodo que va de 1910 a 1915. Álvaro Delgado Gal presentará junto al autor esta reveladora biografía el próximo lunes en Fnac Callao.
-¿Se destruye con sus descubrimientos la imagen de burócrata atormentado de Kafka?
-Esta imagen ha cambiado radicalmente. En su trabajo como funcionario de seguros de accidentes tenía una gran responsabilidad. Además de recibir a muchas personas, debía dirigir procesos de seguros de los que dependían mucho dinero de empresas. No se trataba de una persona arrinconada que no quería saber nada de lo que sucedía alrededor, en su vida profesional se desenvolvía perfectamente, ocupaba un cargo destacado, de mucha responsabilidad. Se puede leer en las actas administrativas que cuando había un expediente complicado que requiriera mucha capacidad se le confiaba a él. Decidía incluso la cuotas que debían pagar las empresas en función del número de accidentes que en ellas se producían; debía tener por lo tanto grandes conocimientos jurídicos, procesales y también técnicos.
-A pesar de su valía profesional, su gran interés era sin embargo centrarse en la literatura, algo que marginó, por ejemplo, el desarrollo de sus relaciones personales.
-Este problema en Kafka es independiente de la literatura, porque siempre tuvo dificultades con la intimidad. Incluso con sus amigos más cercanos, como Max Brod, mantenía la distancia. Su intimidad era como una caja de cristal en la que no entraba casi nadie. Y la escritura lo que hizo fue aumentar el problema preexistente, ya que necesita silencio, independencia. La creación literaria reforzó su distanciamiento del mundo.
-Esta biografía narra los años más importantes de Kafka, ¿qué novedades aporta?
-Hay algunos aspectos reveladores que resultan muy novedosos. Uno bastante desconocido es la relación que tuvo con Felice Bauer. Pude entrevistarme con su hijo en Estados Unidos y me contó que hubo algunos sucesos en la familia de Felice Bauer, que Kafka no conoció, que afectaron mucho a esa relación. Cuando se leen las cartas de Kafka, se tiene la sensación que él fue el único responsable, con sus dudas, sus indecisiones, de que la relación no fructificara. Sin embargo, parte de esa culpa estaba en la familia de Felice Bauer. En el año en el que se comprometieron, el único hermano de Felice fue condenado por robo. La familia debió restituir ese dinero, pagó un viaje al hermano a Estados Unidos y se le mandó dinero. Ése era un capital que en principio iba a constituir la dote de la pareja. Para una familia burguesa, el no disponer de esa dote era una auténtica catástrofe. Debido a la «discreción burguesa» que no permitía airear ese tipo de cuestiones, Felice nunca se sinceró con Kafka y esa situación afectó en gran medida a su relación.
-El papel de la Primera Guerra Mundial en la vida de Kafka tampoco era muy conocido.
-Esto es totalmente novedoso, es un factor que no se consideraba. Apenas aparecen menciones a ella en sus diarios y cartas, por lo que siempre se pensó que la guerra no le había afectado en exceso. Esto es totalmente falso. Se puede decir que la guerra, no sólo le influyó mucho, sino que le destrozó. Poco antes del comienzo del conflicto Kafka había decidido abandonar su casa y marcharse a Berlín, donde se dedicaría por completo a la literatura. Una vez comenzada la guerra, perdió casi todo el contacto con su novia: se censuraban las cartas, no podía salir de su ciudad ni llamar por teléfono. Lo mismo ocurrió con los contactos literarios que tenía en Alemania, todos se marcharon al frente, no tenía más perspectivas más allá de Praga. Otro aspecto importante fue que por causa de la guerra entró en contacto con una gran cantidad de judíos refugiados en Praga que venían del frente ruso. Esto tuvo gran influencia en su literatura. Incluso su prematura muerte por tuberculosis pudo tener su raíz en las malísimas condiciones de hambre y frío que atravesó su familia en este tiempo.
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