El planeta, patas arriba en Urueña
Se abre en la villa castellana la muestra «El mundo al revés», sobre uno de los grandes repertorios de imaginería popular
El planeta, patas arriba en Urueña
En la muy noble, libresca y castellanísima villa de Urueña van a poner el mundo patas arriba a partir de este martes. El Sol y la Luna caerán a tierra, los continentes volarán hacia las estrellas, las águilas confraternizarán con los lebreles, ... los gatos harán migas con los ratones, y los lobos y las merinas se echarán cumplidas y fraternales partidas de naipes.
El orbe puesto boca abajo dentro de la exposición «El mundo al revés. Tópico, utopía y realidad» , que se prolongará en el Centro e-Lea Miguel Delibes hasta diciembre de este año, a partir de la colección de estampas de Martínez-Leis . El mismo centro acoge los días 2, 3 y 4 el I II Simposio de Literatura Popular . Organizan la Fundación Joaquín Díaz y la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes .
Como explican los organizadores, «el mundo al revés es, sin duda, uno de los temas iconográficos más fascinantes y profundos de los repertorios de imaginería popular impresa ya que a través de sus imágenes, posibilita la visualización de uno de los tópicos sociales más potentes creados a lo largo de la historia de la humanidad».
En la muestra acera de esta idea siempre presente en el subconsciente de los pueblos se exhibirán dibujos, pero también textos clásicos de grandes autores que se ocuparon de la cuestión, como Francisco de Quevedo en su romance «Los borrachos célebres» : Todo se ha trocado ya; / todo al revés está vuelto: / las mujeres son soldados, / y los hombres son doncellos. / Los mozos traen cadenitas; / las niñas toman acero: / que de las antiguas armas / sólo conservan los petos».
Miedos ancestrales, terrores telúricos
Miedos ancestrales, borracheras innombrables, alucinaciones finiseculares, terrores telúricos, ganas de coña, desde que el hombre es hombre ha imaginado que todo se ponía boca abajo, que los príncipes araban la tierra y que los mendigos se daban a festines, una suerte de gran carnaval planetario en la que nada es lo que parece y lo que parece no lo es.
Así nacieron los pliegos que en la Europa de principios del XIX inundaron Europa con el nombre de «La locura de los hombres». Imágenes de este tipo ya se conocen en papiros egipcios, así como en el mundo clásico y en la Edad Media, pero no será hasta avanzado el Renacimiento (1560) que se impriman los primeros pliegos. España fue tardía en la difusión de estas curiosas historietas y habrá que esperar al comienzo del siglo XIX para que aparezcan los pliegos de Laboda, Mompié, Estivill y Calle del Gato.
Esta serie de disparates, chanzas, adivinaciones, premoniciones, visiones... también se filtraron en el arte culto y se manifestaron generosamente en «El Jardín de las Delicias» , de El Bosco, y también en los «Proverbios Flamencos» de Pieter Brueghel el Viejo. Siglos después, Francisco de Goya usará esta imaginería para algunos de sus «Caprichos» .
No ha habido ser humano que aunque haya sido solo por un momento no haya imaginado que todo el mundo se pusiera boca abajo. Resumiendo y en modo y manera más castizo y claro: ¿quién no ha soñado con que la tortilla se vuelva ?
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