Paula Hawkins: «Todo el mundo es capaz de matar»
La autora de ‘La chica del tren’ publica su tercera novela, ‘A fuego lento’, un thriller protagonizado por tres mujeres sospechosas de un crimen en Londres
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Iniciar sesiónHablar de 27 millones de personas en un mundo tan globalizado como el nuestro, habitado por más de 7,8 billones –y subiendo mientras leen esta crónica–, puede resultar trivial y hasta común y corriente. Pero cuando esa cifra se refiere a lectores de una ... misma novela, la cosa se pone seria. Me refiero a ‘La chica del tren’ , publicado por la entonces desconocida, al menos en el mundo literario –fue periodista antes de pasarse a la ficción–, Paula Hawkins (Harare, Zimbabue, 1972) en 2015 y que se convirtió en uno de los grandes fenómenos editoriales de los últimos años.
Desde entonces, la escritora británica ha seguido fiel a la senda del thriller que tanto rédito le reportó en su debut –al menos como Paula Hawkins , pues previamente había publicado cuatro novelas bajo el seudónimo de Amy Silver –, escarbando siempre en las intrincadas personalidades de mujeres complicadas, aunque todos lo seamos. Lo hizo con su segunda novela, ‘Escrito en el agua’ (2017), y lo ha vuelto a hacer con la última, ‘A fuego lento’ (Planeta), que acaba de llegar a las librerías españolas. En ella, tras el descubrimiento del cuerpo de un joven asesinado brutalmente en una casa flotante de Londres tres mujeres se convierten en sospechosas del crimen. Las tres, como Rachel, la protagonista de ‘La chica del tren’, cargan a sus espaldas con un peso emocional que, incapaces de gestionar, determina su personalidad… y sus actos.
«Sí, es un rasgo común en todas mis novelas, tiendo a hablar de personas que no son felices, que no están en todos sus cabales, y sobre todo mujeres. Me interesa el efecto que tiene, cómo reaccionas si eres una persona que no encaja. Puede ser por algo pequeño o por algo grave. Eso para mí es muy interesante, porque me habla sobre cómo ser juzgado de manera injusta, con prejuicios, puede cambiar la manera en que ves el mundo e interactúas con los demás», reconoció la escritora en una rueda de prensa, vía Zoom, ofrecida desde su casa de Londres para presentar ‘A fuego lento’ en España.
Fascinación
La pregunta que planea alrededor de la trama de su última novela es, sin duda, tan inquietante como incómoda de hacer, incluso a su propia autora: ¿cualquiera puede llegar a ser un asesino? «No sé si es una buena manera de mirar el mundo –responde Hawkins–, pero, dadas las circunstancias, casi cualquiera podría verse impulsado a hacer algo extremo. Todo el mundo es capaz de matar, eso sí. Planificar un asesinato... ya no tanto…».
A la autora no le interesa, ni personal ni literariamente, el acto de violencia en sí, el crimen que casi todas sus historias contienen, ni siquiera la investigación policial que este conlleva. «Me interesa –argumenta– cómo llega el personaje a la situación a la que llega. Me fascina desentrañar cómo una persona normal llega hasta ese punto. Esa es la parte que me atrae y me cautiva, intentar entender cómo alguien afronta la tragedia, el trauma, cómo una persona puede tomar una decisión tan pésima. Esos errores son una fuente inagotable de fascinación para mí».
Y normalmente, casi siempre, más bien, esas ‘personas’ son mujeres en sus novelas. ¿Por qué? ¿De dónde viene esa atracción hacia la psicología femenina? «Creo que me sale de manera natural escribir sobre mujeres, quizás porque soy mujer y me interesa la posición de la mujer en la sociedad. Siempre se me vienen a la cabeza personajes que son mujeres… No digo que las mujeres no tengan una psicología más complicada, pero simplemente me interesan más».
Ella está, también, de algún modo, en todos esos personajes. De hecho, en el caso de ‘A fuego lento’, los escritores favoritos de Irene, una de las tres protagonistas, son los preferidos de Hawkins. Aunque, en la vida real, la lista de autores de referencia de la británica, que confiesa ser una «ávida lectora», es «inacabable»: Kate Atkinson, Margaret Atwood, Megan Abbott, Tana French, Gillian Flynn… Todas, curiosamente, mujeres. Al único hombre al que Hawkins menciona es a John le Carré, al que ha estado «releyendo» en este año pandémico.
Expectativas
El «éxito abrumador», según sus propias palabras, que logró con 'La chica del tren' fue «una experiencia maravillosa, pero también fue duro, cansado, no paré de viajar, hice giras por todo el mundo, y era muy difícil escribir mientras pasaba todo aquello. Los últimos años han sido más tranquilos, he podido centrarme más en la escritura, me siento más cómoda». Con respecto a las expectativas, Hawkins confiesa que «es difícil que millones de personas estén pendientes de ti… es un problema maravilloso. A veces dudas de ti misma. Creo firmemente que si no estuviera un tanto incómoda no escribiría como escribo, tienes que tener un poquito de incertidumbre para intentar mejorar con cada nuevo libro».
¿Y ese sentimiento se traduce en miedo al fracaso? «Sí, supongo que todo el mundo tiene miedo al fracaso. Dedicas mucho tiempo a escribir una novela, en este caso más de dos años, y sería terrible si fracasara. Además, hay mucha otra gente implicada, publico en todo el mundo, tengo editores, agentes, y no quiero decepcionarles…. Aunque, como ya vengo de un gran éxito, tampoco sería catastrófico si esta novela no se vendiera bien, pero claro que me preocupa lo que vaya a pasar. Cómo responden los lectores es lo más importante para mí».
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