Mo Yan, el escritor que no habla
Pocos como el autor de «Sorgo Rojo», premiado con el Nobel de Literatura para ofrecer la imagen que la China actual necesita en el exterior
Por juan ángel juristo
Mo Yan significa «el que no habla» y, aparte sus virtudes literarias, bien es cierto que haciendo honor a su nombre suele comprometerse poco con los colegas chinos que han sufrido ciertas coacciones contra la libertad de expresión reconocida por la ... Constitución. De ello se ha quejado muchas veces el escritor chino Ma Jian . Sin embargo la vida de este hombre puede ser tomada como una metáfora de los caminos hacia la normalización de un país tan enorme y complejo, con una historia reciente tan convulsa, como China.
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De joven fue una de las víctimas de la Revolución Cultural e incluso en su primera novela, Grandes pechos, amplias caderas , sufrió la censura de un gobierno que reprimía cualquier atisbo de libertad en un país que creía se le podía escapar de las manos. Ahora están más relajados, tanto que este hombre, que buscó refugio a su persecución y amparo para terminar sus estudios en el Ejército Popular de Liberación , pudo sin problema alguno dejarlo siendo ya un escritor famoso, ya se había publicado su novela más emblemática, «Sorgo Rojo» , e incluso su versión cinematográfica, en realidad se titula el « Clan del Sorgo» , en aras de preservar su libertad de creación.
La imagen de una China moderna
Mo Yan, poco conocido en España, de él se han publicado cuatro novelas y tiene en su haber casi ochenta libros entre novelas, ensayos y nouvelles, es un escritor que pasa por ser el idóneo para proyectar la imagen de una China moderna en el exterior.
Dotado de una inteligencia muy sutil que le hace combinar en sus narraciones casi todo el espectro de la sociedad china, la rural y la urbana, y, a la vez, comprender lo que de casi heroico hay en la historia reciente de su país, ha sabido como nadie ser el escritor de referencia en la literatura china actual. Es probable que los haya mejores, por supuesto desconocidos en Occidente , pero pocos como él para ofrecer la imagen que la China actual necesita en el exterior.
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