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ABC Cultural

Mary Shelley y las gallinas: los «discutibles» cambios que su marido le hizo a «Frankenstein»

Los manuscritos autógrafos que se encuentran en la Bodleian Library de Oxford reflejan injerencias, modificaciones y censuras estilísticas en la obra cumbre de la autora

Percy B. Shelley ejerció como corrector de estilo, aunque la mayoría de sus correcciones, según afirma el profesor Charles E. Robinson, fueron «de orden menor»: un demostrativo por un sustantivo, formación de subordinadas o reorganización de formulaciones demasiado simples

Boris Karloff en el papel de la criatura de Frankenstein ABC

José C. Vales

En el prólogo a la edición de « Frankenstein » de 1831 Mary Shelley reconocía que una de las preguntas que se le hacían más a menudo era «cómo es posible que yo, entonces una jovencita, pudiera concebir y desarrollar una idea tan horrorosa». ... En la actualidad sigue planteándose la misma cuestión, aunque con la mueca condescendiente y paternalista que sugiere que buena parte del éxito de la obra se debe a su amante y luego esposo Percy B. Shelley . Tal ha sido la idea subyacente que se ha difundido de un modo más o menos implícito desde hace doscientos años. Sin embargo, del estudio de los manuscritos autógrafos que se encuentran en la Bodleian Library de Oxford se deduce que, como afirma el profesor Charles E. Robinson , «fue Mary Shelley quien concibió y escribió la novela». En el prólogo de la edición citada, mil veces reproducido, la autora explica pormenorizadamente cómo surgió la idea y cómo la llevó a cabo. Por sus diarios sabemos que la narración principal estaba esbozada a finales de agosto de 1816, pero que poco después —ignoramos si por iniciativa propia o por sugerencia de Shelley («Shelley y yo hemos hablado de mi cuento»)—, Mary incluye el marco narrativo de la expedición ártica de Walton. En la primavera de 1817, en Bath, ya tenía completo el primer borrador. (Todos esos foul papers iniciales se han perdido). El 18 de abril de 1817 comenzó a escribir una «copia en limpio» y a mediados de mayo tenía por fin el texto que serviría de base para la primera edición impresa de 1818.

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