María Kodama: «Se han inventado muchas cosas sobre Borges»
La viuda del escritor cierra el ciclo de conferencias «El libro como universo» en la Biblioteca Nacional con una intervención sobre la relación del autor con las bibliotecas
e. vasconcellos
Fue los ojos y las manos de Borges desde que se apagaron las pupilas del ilustre argentino. Recorrió, y aún recorre, los laberintos de sus estanterías y sus páginas, y desde hace 26 años dedica su vida a hacer pedagogía del escritor . Es ... María Kodama, el pedazo de Oriente que desposó a Jorge Luis Borges poco antes de su muerte. La escritora y traductora ofrece esta tarde, a partir de las 19.00 horas, la última de las conferencias del ciclo «El libro como universo» organizado por la Biblioteca Nacional con motivo de su tricentenario.
La charla versará en torno a la relación de Borges con las bibliotecas a lo largo de su vida. Una conexión que alumbró uno de sus cuentos más famosos, «La Biblioteca de Babel». Kodama repasará junto al periodista Sergio Vila-Sanjuán, coordinador del ciclo, el peso de la colección de su padre, que le marcó durante su infancia; los libros que le leía su abuela inglesa; su paso por la Biblioteca Miguel Cané de Buenos Aires («fue para él una pesadilla, no por sus libros, sino por otros motivos»); su etapa al frente de la Biblioteca Nacional de Argentina ... y también el vínculo del autor con sus propios libros. «Él mismo lo dijo: no podría haber vivido sin libros. Siguió comprando incluso cuando ya no podía leerlos», explica la viuda.
Kodama desvela también las fuentes literarias de las que bebió el escritor y que se descubren en su obra: la Biblia, «su abuela tuvo una influencia decisiva en sus lecturas», señala la escritora, Kipling, Whitman, Wilde, Shakespeare, Schopenhauer («estudió alemán para poder leerlo»), Cervantes y Quevedo. En la última etapa de su vida, sus familiares, amigos y algunos periodistas que lo visitaban le recitaban las obras que el argentino no quiso aprender a leer en braille.
Memorias
La profesora habla de Borges como Borges. Se refiere a él por su apellido, y en vida lo trataba de usted. «Para mí, la intimidad es el usted, no el vos», sonríe. De esa intimidad precisamente hablará en las memorias que lleva años preparando . Un documento que aún no tiene fecha de publicación, pero servirá para «aclarar» algunas cosas que se han escrito sobre el autor con las que su viuda asegura estar «decepcionada». «Me duele que gente que no conoció a Borges y no me conoce a mí inventara todo lo que han inventado» , declara. No es un ajuste de cuentas: «Aclararé todo lo sucedido con documentos, y después de eso, asunto terminado», concluye.
Kodama anuncia que hay varias iniciativas en marcha para mantener viva la figura del escritor. El Colegio de México está preparando un estudio sobre las «variantes de texto» del autor y la evolución de su escritura: «Borges corregía permanentemente su obra», recuerda su mujer. También ella está trabajando en un libro, «Borges y la experiencia mística» , que recogerá las conferencias que durante años ha ofrecido sobre su esposo. Lo hará junto a Andrew Wylie, agente literario de éste.
Por último, la noche del cumpleaños del autor de «El Aleph», sus amigos y conocidos pondrán en marcha la iniciativa «Un poema para la luna», una performance que consistirá en colocar poemas en los parabrisas de los coches. Su charla en la Biblioteca Nacional coincide con el día de la muerte del autor. María Kodama no cree en las casualidades, sino en las causalidades.
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