El legado literario y económico de «Millenium»

Hoy, Eva Gabrielsson es seguramente la persona más difícil de encontrar en Suecia. Esta dama, arquitecta de profesión, esta siendo perseguida por periodistas de todo el planeta. Algo que se debe, además de al interés que ha creado la figura del autor de esos éxitos póstumos, al morbo que ha generado la lucha por la sabrosa herencia de este periodista sueco, hoy convertido en un personaje de novela, que fumaba de forma imparable y que trabajaba convulsivamente hasta las dos o tres de la madrugada.

Ni una corona

Gabrielsson, que se mantuvo fiel al lado de su compañero desde que tenía 18 años no ha recibido una sola corona de toda esa sabrosa fortuna generada por los derechos de autor de su archifamoso «marido». Cuando éste, uno de los mayores expertos del mundo en las doctrinas y grupos extremistas -que también será recordado por haber creado la organización «No al racismo», la revista «Expo» y por haber sido el autor más vendido en Suecia-, murió de un repentino ataque al corazón un frío día de noviembre de 2004 (se achaca ese infarto a que el ascensor estaba estropeado y Larsson subió ocho pisos hasta su despacho) ese formidable patrimonio generado por su obra (de más de 70 millones de euros) y todo su legado como escritor pasaron a su padre y a su hermano. Eso se debe a que Eva y Stieg nunca se casaron (una medida protectora para que Eva no fuera el objetivo de esos grupos extremistas) y la ley sueca no le reconoce derecho alguno sobre la herencia.

Desde entonces la lucha que se mantiene por esa herencia, bien ventilada en toda la prensa, es noticia mundial. Entre otras cosas hay fuertes desavenencias sobre una cuarta parte de «Millennium» escrita por Larsson. Un sueño para cualquier editor. Se trata de una 200 páginas que permanecen en el ordenador de Stieg. Eva quiere los derechos de autor, la posibilidad de administrar toda la obra de Stieg para que no sea explotada como una máquina de hacer dinero. Pero de momento el asunto esta estancado. Los abogados de ambas partes no acaban de entenderse, y sobre la próxima entrega de «Millennium», la editora Nordstedt ha propuesto a Eva que escriba lo que falta, algo de momento imposible ya que, antes de que se arregle el litigio sobre los derechos de autor, no se puede hacer nada.