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ABC Cultural

Joel Kupperman, el niño prodigio que se escondió en el bosque

Michael Kupperman cuenta en un cómic, «Niño prodigio», la vida de su padre, estrella infantil de la radio y la televisión en los años cuarenta

Joel Kupperman, visto por su padre en el libro «Niño prodigio» ABC
Javier Villuendas

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Frédéric Chopin , el risueño Joselito y Magnus Carlsen poseen una particularidad común que les separa del resto de mediocres jovenzuelos: fueron niños prodigio. Esta expresión apareció por primera vez alrededor de 1860 en Estados Unidos para describir a los preadolescentes ... inmigrantes que actuaban en los cabarés de las ciudades. En los años 20, los niños prodigio ya se prodigaban en todos los campos: en deporte, ciencia, arte, etcétera. Y Joel Kupperman fue el más grande de todos, el primus inter pares. Lo sabía todo y lo demostraba en la radio y la tele ante decenas de millones de personas. Solo ignoró un detalle, las inextricables derivadas mentales que le sobrevendrían por todo ello. Hasta fue un estandarte antisemita en plena II Guerra Mundial. Pero se borró del mapa. Y ahora su hijo nos dibuja los pelos y señales psicológicos de su progenitor en un cómic llamado, como no, « Niño prodigio » (Blackie Books).

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