José Calvo Poyato:
«Los ingleses tratan siempre de apropiarse no solo de las vacunas, también de los acontecimientos históricos»
El escritor e historiador José Calvo Poyato (Cabra, 1951) publica estos días la novela ‘La travesía final’ (Editorial Harper)
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Iniciar sesiónA duras penas la memoria del mundo, incluida la de su país, ha prestado atención al papel de Juan Sebastián Elcano en la primera vuelta al mundo. Solapado por Magallanes, que pereció incluso antes de llegar a las islas de las Especias, ninguneado ... por el cronista Antonio Pigafetta y desdibujado en los textos de Stefan Zweig , al navegante español el foco le ha sido esquivo incluso en su momento estelar. Por no hablar de lo que ocurrió después, a su regreso a España, en la cara más amarga de su biografía que ni siquiera ocupa un par de líneas discretas en los manuales de historia.
El escritor e historiador José Calvo Poyato (Cabra, 1951) publica estos días la novela ‘La travesía final’ (Editorial Harper), segunda parte de su serie sobre la aventura global, para enmendar este descuido con un personaje fundamental en la historia de la humanidad. «No somos dados a reconocer a los grandes acontecimientos de nuestro pasado y siempre tendemos a mirar los momentos más negros, lo cual explica como a Elcano se le pierde completamente la pista a su regreso a España», señala el autor.
La novela arranca su trama un mes después del final de la primera vuelta al mundo y coloca a Elcano envuelto en un sinfín de aventuras que le llevarán de nuevo a los confines de la tierra, pero también a Sevilla, Madrid, Badajoz, La Coruña y a otros sitios donde se decidió el futuro del mundo en el siglo XVI.
–¿Qué les pasa a los políticos de hoy que están tan obsesionados con el pasado?
–Si fuera interés por la Historia no me parecería mal, porque podría servir para ilustrar los tiempos actuales, pero en la mayoría de los casos solo es para usarla en beneficio de sus intereses ideológicos. Quieren apropiarse del pasado para contarlo según sus intereses y sus creencias, y eso me parece detestable.
–¿Teme usted que a Elcano también acaben, como a Cosme Churruca en Palma de Mallorca o el Almirante Cervera en Barcelona, tachándole de franquista?
–Es difícil que Elcano termine acusado de franquista porque, claro, entre este personaje histórico y Franco hay casi 500 años de diferencia. Sería un caso verdaderamente prodigioso, aunque cosas más raras se han visto [ríe]. No faltará quien lo tilde de imperialista o de algo parecido... Con demasiada frecuencia se usa un presentismo histórico donde se trae a nuestro tiempo y se juzgan bajo criterios actuales las actitudes vitales de personas del pasado. Se juzgan sociedades de otras épocas que se rigieron por otras escalas de valores que nada tienen que ver con nosotros. Por ejemplo, en tiempos de Elcano la religiosidad o el honor ocupaban una posición preferente que hoy no se respira.
–Es curioso, en el caso del nacionalismo vasco, que nunca hayan renegado completamente de este personaje...
–Sí, es que renegar de Elcano es muy duro, estamos hablando del primer hombre que dio la vuelta al mundo y resulta innegable que estaba al servicio del Rey de España . Cuando escribí ‘La ruta infinita’ quise desmentir esa frase que tantas veces se ha dicho de que la primera vuelta al mundo la dio Magallanes. Es falso, su misión consistía en encontrar un paso para ir del Atlántico hasta el Pacífico y así dar con la ruta de las especias. De hecho, el Rey de España le prohibió expresamente a Magallanes, que murió en el viaje, entrar en aguas del hemisferio portugués y, con ello, dar la vuelta al mundo. Esa gesta fue obra de Juan Sebastián Elcano, que se puso de acuerdo con Gonzalo López de Espinosa para navegar por el Índico en vez de regresar por el Atlántico.
–Carlos V le concedió al navegante un escudo en el que decía ‘Primus circumdedisti me’, lo mismo que hizo la Reina inglesa Isabel I cuando dio la vuelta al globo Francis Drake. ¿Cómo pudo haber dos primeros en dar la vuelta?
–Elcano dio la vuelta al mundo sesenta años antes que Drake, y eso es un hecho. Ya se sabe que los ingleses tratan siempre de apropiarse no solo de las vacunas, sino de determinados acontecimientos históricos. A diferencia de lo que nos ocurre a nosotros, que los momentos brillantes de la historia no los hemos cultivado y hasta sentimos cierto recreo en los hechos más oscuros; otros, como los británicos, se han dedicado a glorificar lo que ha sido su pasado. Si para ello, como en el caso de Drake , tienen que mentir, pues no lo dudan. No es un caso único el de Drake.
«A diferencia de lo que nos ocurre a nosotros, que los momentos brillantes de la historia no los hemos cultivado; otros, como los británicos, se han dedicado a glorificar lo que ha sido su pasado»
–A diferencia de otros personajes españoles, a Elcano la Corona sí le recompensa por su gesta, ¿por qué no se conformó con una vida acaudalada y plácida en España?
–La Corona le hizo un importante reconocimiento a Elcano al permitirle usar en su escudo de armas el lema ‘Primus circumdedisti me’ y otorgándole una pensión anual de 500 ducados, que le podrían haber facilitado una vida regalada incluso. Esa cantidad, que es verdad que nunca se la pagaron y sus descendientes tampoco recibieron, era reseñable en la época y garantizaba un buen pasar en la vida. Además, la Corona designó a Elcano como su representante en las Juntas de Badajoz-Elvas (1524), donde los grandes geógrafos, pilotos, hombres de mar y cartógrafos de su tiempo trataron de determinar cuál era la posición de las islas de las Especias según el reparto que se hizo en Tordesillas. ¿Estaban en el hemisferio portugués o en el castellano? Sin embargo, la vida de Elcano era el mar y su verdadera ambición era ser almirante de una de las escuadras del Rey. Al final, terminará siéndolo con la misión de apoderarse de las islas de las Especias, que era una posición muy valiosa a nivel económico.
–El mar ocupa una parte importante de la novela, pero no es el único escenario por el que se mueve Elcano...
–Es un período asombroso, porque mientras se están produciendo estas expediciones y estas tensiones con Portugal se estaban negociando dos matrimonios entre los Habsburgo y los Avis . En la novela cuento algo de esas negociaciones y de la guerra contra Francia, donde tuvo lugar por esas fechas la victoria en Pavía y la captura del Rey Francisco I. En 'La travesía final' los lectores se van a encontrar al Rey de Francia preso en Madrid... Elcano, mientras tanto, se agitará en La Coruña planificando su expedición de siete barcos, lo cual me da pie, además, a hablar de un dato muy poco conocido: si bien las flotas que salían y venían de las Indias estaban concentradas en Sevilla, había otra casa de contratación, centrada exclusivamente en las especias, situada en La Coruña.
–¿Cómo se pone usted en la mente de un personaje del siglo XVI?
–Lo primero es tener claro el ambiente que se respiraba entonces y la importancia de ciertos conceptos. El honor. La religiosidad. El amor por el mar. La relación de Elcano con su tierra y con sus paisanos... Además, no se puede perder de vista que tenían conceptos diferentes a los nuestros, por ejemplo, sabemos que Elcano cuando hizo testamento reconoció que tenía dos hijos con dos mujeres diferentes, a pesar de que no se casó con ninguna de las dos. El concepto de los bastardos en el siglo XVI no tiene nada que ver a cómo será en el XIX, donde la moral burguesa impuso un desprestigio enorme a la bastardía. El bastardo era una figura que sí tenía su sitio en la España de Elcano, véase el caso de Don Juan de Austria o después de Don Juan José. La moral era mucho menos restrictiva que en los siglos XIX y XX, por ejemplo. Todos estos elementos te ayudan a construir la personalidad de los personajes.
«Cabe no olvidar que las cartas, los mapas, las rutas náuticas eran los grandes secretos de Estado de la época»
–Un dato curioso que usted destaca en su novela es que Elcano reclamó a Carlos V una escolta armada para su nueva expedición. ¿Por qué?
–Elcano le pidió a Carlos V llevar escolta armada porque se requería permiso real para ello. ¿A quién temía? ¿Era por si algún hermano de las mujeres con las que estaba sin casarse sentía manchado su honor y quería lavarlo a puñaladas? Puede ser. Otra opción es que Elcano fuera una persona con tantos conocimientos que los portugueses quisieran borrarlo del mapa. Cabe no olvidar que las cartas, los mapas, las rutas náuticas eran los grandes secretos de Estado de la época, como hoy lo son una fórmula química o un programa informático. Era información valiosísima, y se sabe que con Magallanes hubo intentos de matarle por lo que sabía sobre los mares.
–España era una potencia científica en lo que respecta a la navegación, ¿por qué se ha olvidado esta historia de éxito?
–En Suecia hay un museo dedicado a un galeón, el Vasa, del siglo XVII, que navegó unos 500 metros y luego se hundió. La tecnología española era capaz de construir barcos que cruzaban océanos enteros, no 500 metros, que era lo que podía lograr la tecnología sueca... Creo que el ejemplo es lo suficientemente significativo para comprender qué lugar ocupaba España y lo poco que hoy lo reivindicamos. Los españoles cambiaron por completo el concepto de navegación para siempre.
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