El falso cardenal que era sargento
La increíble historia del sargento Mayoral, quien durante la Guerra de la Independencia cayó prisionero de los franceses y se hizo pasar por cardenal, lo que le valió una vida regalada en Francia, ha sido rescatada por la editorial Espuela de Plata, en coincidencia con ... bicentenario de aquella guerra.
"Historia verdadera del sargento Mayoral escrita por él mismo" es el título de esta obra que no se publicaba en España desde hace más de medio siglo, cuando conoció una última edición en la Colección Austral, si bien su título original es "Historia verdadera del sargento Francisco Mayoral , natural de Salamanca, fingido Cardenal de Borbón en Francia, escrita por él mismo y dada a luz por D.J.V." La obra cuenta con un estudio introductorio de Fernando Durán López, especialista en ese periodo que ha optado por la versión del texto que conocieron los lectores del siglo XIX.
La peripecia de Mayoral fue tan inaudita que durante más de un siglo los lectores apenas pudieron considerarla real, pese a lo cual, establece Durán López en su estudio, se trata de "un suceso verídico ocurrido a un soldado español de carne y hueso, que luchó contra los franceses y que tuvo la desventura de caer prisionero".
Al percatarse de que los clérigos cautivos recibían mejor trato por parte de los franceses, el sargento se fingió fraile y, al comprobar que al escalar por la jerarquía eclesiástica los franceses iban mejorando el trato, aprovechando el paso de una cárcel a otra u otra circunstancia favorable, fue aumentando su mentira.
Así hasta que "urdió la astucia de hacerse pasar por el Cardenal de Borbón para mejorar su suerte", con lo que, en palabras de Durán López, "consiguió engañar a unos cuantos con su audaz desfachatez y enamorar a alguna que otra dama francesa".
El Cardenal de Borbón era "nada menos que un miembro de la familia real, presidente de la Regencia en Cádiz, arzobispo de Toledo y Sevilla y pariente de la emperatriz de Francia".
Posteriormente, Mayoral "se vio empujado a caminar por la insegura cuerda floja de una farsa imposible de sostener, pero también de frenar", por lo que al fin fue descubierto "regresó a España y padeció las pesquisas del Ejército por impostor y de la Inquisición por blasfemo".
Al final de sus días "se arrastró enfermo por hospitales y cárceles, y finalmente murió con su identidad perdida entre las brumas de su curiosa leyenda", según Durán López.
La tradición de los falsos clérigos
Por su naturaleza picaresca, la historia de Mayoral, según Durán López, se enmarca en la antigua tradición literaria de "los falsos clérigos" o de aventureros que se hicieron pasar por jerarcas de la Iglesia, entre los cuales el sargento sería el "último y más sorprendente miembro de este reducido club".
Pero a diferencia de esas historias, la de Mayoral es real, según sostiene Durán López, quien remite a la obra de referencia "Los españoles en Francia 1808-1814. La deportación bajo el Primer Imperio", de Jean-René Aymes, quien comprobó en archivos franceses la veracidad de toda la peripecia del sargento español.
Mayoral nació en Ávila el 12 de septiembre de 1781, aunque su familia se trasladó a Salamanca por lo que en los documentos se le considera salmantino, se casó en 1800 y en 1807 tuvo un hijo.
Fue sargento primero en el regimiento de Ciudad Rodrigo y cayó prisionero de los franceses tras el terrible asedio de esa ciudad, en 1810, tras lo cual, al pasar a Francia en una cuerda de presos concibió la argucia de hacerse pasar por fraile.
En 1814, al acabar la guerra y descubierta su impostura se le mandó a España, donde en 1815 la Auditoría General de Guerra de Cataluña lo procesó por la jurisdicción militar, en 1816 fechó el manuscrito autobiográfico de su historia, tras lo cual el Santo Oficio lo procesó condenó en 1818 a cuatro años de destierro en Ceuta.
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