Una rentrée insólita

Las editoriales, preparadas para volver a las librerías

Tras dos meses sin publicar, esta semana llegan las primeras novedades con la incertidumbre de una pandemia que ha transformado el mercado

Una empleada de una librería de Barcelona, ataviada con mascarilla y guantes EP

En estos dos últimos meses, he visto cosas que no creerían. Un Sant Jordi sin libros, ni firmas, ni rosas. He visto un Cervantes sin premio, ni discurso, ni Reyes. Pero, aunque ahora toca habitar una nueva realidad, Orión sigue quedando lejos y todos esos ... momentos no se perderán en el tiempo, pese a las muchas lágrimas derramadas en la lluvia. Esos días, de librerías cerradas a cal y canto, de novelas confinadas y autores en cuarentena, se han acabado, por fin, y han servido para que el sector editorial recapacite. Tras un parón inaudito en el mercado, con la publicación detenida –salvo contadas excepciones en formato electrónico– desde mediados de marzo, toca volver a encontrarse con los lectores, ávidos de novedades. Pero la realidad también ha cambiado para la industria, y en dos meses no se pueden saturar las mesas de novedades de las maltrechas librerías con todo lo que se quedó en el tintero, pendiente de publicar. Los editores, grandes, medianos y pequeños, lo saben y, por eso, han reducido sus apuestas para esta peculiar rentrée que empieza esta semana y se prolongará hasta julio.

Mientras confían en que el extraño verano que nos espera sea propicio para las debilitadas ventas (desde que comenzó el estado de alarma, han caído un 80%), con el rabillo del ojo miran a septiembre, un mes que, si la pandemia lo permite, promete ser épico en lo que a libros se refiere. Hasta entonces, entre los nombres propios de tan esperado regreso a las librerías destaca, sobre todo, el de Woody Allen, cuyas memorias, «A propósito de nada», llegarán a España de la mano de Alianza Editorial el próximo jueves, 21 de mayo. Pero hay más: Lorenzo Silva, Amélie Nothomb, Joël Dicker, Patti Smith, Camilla Läckberg, Jo Nesbø, John Boyne, John Connolly, Sergio del Molino... En esta discreta gama de novedades hay, al menos, una excepción, la editorial Errata Naturae, que ha decidido no publicar en los próximos meses y que, de hecho, no sabe cuándo volverá a hacerlo. Qué pasará de ahora en adelante, sólo el virus lo sabe, aunque los editores tratan de afrontar el incierto futuro con lo mejor de sus catálogos.

«Nosotros hemos rehecho completamente, y varias veces, el plan editorial, y al final han quedado fuera 21 títulos que pasarán al otoño o, incluso, a 2021», cuenta Ofelia Grande, de Siruela. Entre sus apuestas, «libros que salieron entre dos y tres semanas antes del confinamiento y quedaron “en tierra de nadie”». Es el caso de «La humanidad en peligro», de Fred Vargas, o «Simplemente perfecto», de Jostein Gaarder, que se suman a «El infinito en un junco», de Irene Vallejo, el best seller de la pandemia. «Después ya irán llegando más novedades. Va ser un verano mucho más “activo” editorialmente hablando y eso es una buena noticia. Y en septiembre… Ya veremos. Ojalá hayamos podido recuperar el ritmo, pero no será fácil», remata Grande.

Menos títulos

En Destino, por su parte, han decidido «esponjar» un poco las novedades, y Emili Rosales destaca «dos novelas muy esperadas»: «Seguiré tus pasos», de Care Santos, y «El mal de Corcira», de Lorenzo Silva, donde Bevilacqua cuenta sus años en el País Vasco. «En cuanto a este verano –asegura el editor–, a pesar del contexto económico desfavorable, hay que apuntar también que el índice de lectura ha crecido durante el confinamiento, y que iniciativas como la Fiesta del Libro el 23 de julio van animar el sector».

Silvia Sesé explica que en Anagrama van a dedicar mayo a «promocionar y dar espacio a los libros de marzo que quedaron en las mesas de novedades de las librerías cerradas», y a finales de mes llegarán sus novedades, entre las que la editora destaca: «Los nombres epicenos», de Amélie Nothomb, o «Pandemia», de Slavoj Žižek. Sesé piensa «en un junio y julio con novedades y campaña de bolsillo, con ganas de volver a las librerías, intentando no saturar las mesas, pero sí animarlas». ¿Y en verano? «Puede ser que veamos incrementos notables en la venta, aunque en otoño vamos a tener que racionalizar la salida de novedades y posponer títulos, alrededor de un 20% de lo previsto al año que viene».

Miguel Aguilar, director literario de Debate, Taurus y Literatura Random House, cree que «sin duda esta crisis nos obliga a experimentar nuevas maneras de llegar a los lectores». Así las cosas, el editor afronta la vuelta a las librerías «con una mente muy abierta y toda la ilusión de hacer cosas nuevas y distintas». Además, el parón de novedades ha hecho que las programaciones adelgacen bastante, por lo que Aguilar considera que «vamos a poder prestar más atención a cada libro». Entre los de su cosecha, dos novelas, ambas en Literatura Random House: «Esto es placer», de Mary Gaitskill, y «El gueto interior», de Santiago Amigorena. «La comercialización y, sobre todo, la promoción de los libros –reflexiona Aguilar– han de cambiar. No parece probable que haya ruedas de prensa, presentaciones ni festivales literarios tal como los conocíamos. En septiembre, si la investigación empieza a arrojar resultados y encontramos una vacuna o un tratamiento, o la manera de controlar la transmisión del virus, podremos empezar a hablar de otras cosas y espero que entre ellas estén los libros del otoño».

Elena Ramírez, directora de Seix Barral y de Ficción Internacional de Planeta, ve esta nueva situación como «una oportunidad para incorporar a nuestra cotidianidad, sea esta cual sea, la capacidad que nos ha brindado la tecnología de crear comunidades de lectores, de conversar con ellos directamente». Más allá de eso, Ramírez tiene su mente puesta en dos títulos que piensa que «tienen oportunidad de abrir mercado» en los próximos meses: «Mujeres que no perdonan» (Planeta), de Camilla Läckberg, y «Diario de Wuhan. Sesenta días desde una ciudad en cuarentena» (Seix Barral), de la escritora china Fang Fang, con prólogo de Antonio Muñoz Molina. Con un verano que será «diferente para todos», la editora tiene «el otoño listo», con «planes A y planes B por si algo sucede, hipótesis de trabajo diferentes», y todo su equipo «está trabajando el 2021 con un mimo extraordinario, con la ilusión de siempre y la responsabilidad añadida de acertar para impulsar nuestro sector».

En Alfaguara y Lumen han reducido la cantidad de títulos (el más importante, la nueva novela de Elena Ferrante, prevista para junio y que saldrá en cotubre), pero, como explica su directora literaria, María Fasce, se han asegurado de «mantener los más fuertes» y vuelven a las librerías con «novedades de altísimo impacto». Sus apuestas en Alfaguara son «La piel», de Sergio del Molino, y «El enigma de la habitación 622», el nuevo thriller de Joël Dicker. Y, en Lumen, «Unorthodox», las memorias de Deborah Feldman en las que se basa la serie de Netflix, y «El año del mono», de Patti Smith.

«Seguramente será un verano muy particular –argumenta Fasce–, el poder adquisitivo habrá mermado, pero esta época ha demostrado que la lectura es una actividad única e irremplazable, que los libros son no sólo entretenimiento, información y placer, sino también un refugio: un lugar donde no somos manipulados, donde nos desafiamos a nosotros mismos». Una reflexión que comparte Juan Cerezo, responsable, en Tusquets, del mayor fenómeno editorial de los últimos años: «Patria», de Fernando Aramburu. «Confío en que a los lectores que están deseando darse el placer de ver y comprar libros se sumen muchos más que habrán descubierto en este parón que la lectura es la mejor diversión, la más sana costumbre, la mejor terapia para ocupar el tiempo». A finales de mayo, el editor se decanta por «La hora de los hipócritas», de Petros Márkaris, y, ya en junio, por la nueva entrega de John Connolly, «La mujer del bosque».

Sin urgencia y con mesura

Cerezo es consciente de que en las mesas de novedades «nos espera una lucha darwiniana, una avalancha de muchos libros» y, «aunque en verano se va a prolongar la promoción», en otoño habrá «más competencia que nunca». «Ante las urgencias por lanzar sin mesura», el editor confía en «acertar con los tiempos, no atropellar los lanzamientos y no solapar: debemos seducir a los lectores, pero despertando el interés con las muchas y diferentes propuestas. Hay unas cuantas joyas que nos aguardan».

Es la misma postura que defiende Diego Moreno, de Nórdica. «Damos por supuesto que venderemos un 30-40% menos, pero si reservamos los libros potentes no habrá ventas en mucho tiempo. Hay que salir con calma, pero con buenos títulos, que podamos defender». Ellos se centrarán en «Vestida de corto», de Marie Gauthier, obra ganadora del Goncourt 2019 de Primera Novela, y «Canción negra», el único poemario inédito de Szymborska. «La rentrée llegará antes y habrá un enorme número de apuestas. Será la locura, pues todos nos jugamos el año en esos pocos meses. Será un otoño muy intenso, si el virus nos deja, claro…», concluye Moreno.

Por último, Libros del Asteroide, que sólo sacará «tres o cuatro» novedades «hasta antes de agosto». Entre ellas, Luis Solano, su editor, se queda con «Despojos», de Rachel Cusk, y «Todo en vano», de Walter Kempowski, una novela sobre el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Solano espera que los meses de julio y agosto «no sean especialmente malos. Me preocupan mucho más junio y septiembre: el reinicio del consumo y la vuelta al cole. Si los lectores no van a las librerías y no compran, veremos una devolución potente y costará colocar los nuevos lanzamientos».

Un guión editorial, sin duda, inesperado que ni los androides de Philip K. Dick podrían haber imaginado.

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