Gracias a la vida que existen los Parra

Decir Parra es decir Nicanor y decir Violeta , es decir Ángel y decir Isabel , darle gracias a la vida y acaso volver a los 17 , aunque don Nicanor , el patriarca, vaya camino de los 98, y su hermana Violeta , aquella voz que salía de la residencia en la tierra de Neruda , de los minerales y de las enredaderas, ay Violeta , que ya va casi medio siglo que nos dejaste cuando acababas de cumplir el otro medio, gracias a la vida que nos ha dado tanto, que nos ha dado la risa y nos ha dado el llanto, y los versos de tu hermano Nicanor («Cordero de dios que lavas los pecados del mundo / dame tu lana para hacerme un sweater») y los sobrinos, los nietos, los bisnietos que siguen vuestro camino por los senderos siempre frondosos de la tradición, por los bosques australes detrás de una canción, de un verso o de un acorde.

Tuvisteis hasta una peña, la Peña de los Parra , evidentemente, donde a otros grandes como Víctor Jara os reuníais en torno a un vaso de vino, las cuerdas de una guitarra y una canción. Hace unos años echaron abajo aquella casa de la calle del Carmen 340 , donde trabajabais los versos como los jilgueros ensayan en las copas de los árboles.

Decir Parra es decir música y canción, poesías, es decir vida, es decir tierra chilena, es decir vino chileno, es decir odas elementales , es decir canto, que el canto de ustedes fue nuestro propio canto, y aunque a Nicanor le diera por la física y la matemática tampoco él le hizo ascos a la guitarra, ni al trovar. Decir Parra es decir Chile , es decir cordillera andina y es decir que si no he cantado y ha contado mal, diecisiete de ustedes, de los Parra , se han dedicado a esto del cantar. Y don Nicanor ha dado ahora el do de pecho. Gracias a la vida, y gracias a ustedes por el canto.