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ABC Cultural

Chusé Izuel y Félix Romeo, el reencuentro de dos escritores muertos antes de tiempo

La apuesta de Jonás Trueba por «Todo sigue tranquilo» en Caballo de Troya coincide con la reedición de «Amarillo»

Félix Romeo, fotografiado en 2009 ROLDÁN SERRANO
Jaime G. Mora

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Félix Romeo y Chusé Izuel se conocieron en el colegio de Zaragoza al que iban cuando eran niños. Habían nacido con solo unos días de diferencia en 1968, y durante su infancia, cuando se ponían motes tomados de las novelas que ... leían, ya sabían que su camino estaría marcado por los libros. Romeo sería el que lo leería todo. Así fue: con el tiempo se convirtió en uno de los críticos literarios más importantes del país, como demostró en sus artículos publicados en ABC y en el programa «La Mandrágora». Izuel estaba destinado a ser el escritor talentoso. Siempre de negro –camisa negra, pantalón de pinzas negro y americana negra–, cultivaba una pose de autor maldito cuando Ray Loriga o José Ángel Mañas eran aún unos desconocidos. «Hubiera sido un escritor bueno», según Romeo. Pero recién cumplidos los veinticuatro años, un 27 de febrero de 1992, se suicidó tirándose por la ventana.

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