A la caza de 'torpedos humanos' con Arturo Pérez-Reverte
Recorremos junto al académico español los enclaves de Gibraltar relacionados con su nueva novela: 'El italiano'
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónRuge el viento en lo alto del Peñón. No da tregua. Por fortuna, la bruma es más amable y cede unos minutos de visibilidad antes de ocultar de nuevo el Muelle del Carbón. Dice Arturo Pérez-Reverte , que hoy viste chaqueta oscura y ... pantalón marrón, que la vista es idónea: «Allí abajo es donde se libró parte de la batalla». Aunque el escenario ha cambiado mucho desde 1942, todavía se respira el mismo aire que los buzos italianos del grupo Orsa Maggiore inhalaban antes de sumergirse en las aguas gibraltareñas con una suerte de torpedos tripulados llamados 'maiale'. Su objetivo, acabar con los buques ingleses al más puro estilo comando: acercándose hasta la obra viva de los navíos de la 'Royal Navy', dejando a su lado 300 kilos de explosivo y esfumándose a toda prisa de la costa antes de ser vistos.
«Eran hombres capaces de hacer lo que los ingleses no podían siquiera imaginar», añade el académico mientras camina por un mirador copado de monos deseosos de birlar algo de comida a los visitantes. Pérez-Reverte sabe de lo que habla, pues el protagonista de su última novela, 'El italiano' (Alfaguara), forma parte de ese grupo; uno de los más desconocidos de la Segunda Guerra Mundial. Mientras camina hacia O'Hara's Battery, ubicada a una altura de más de 400 metros, el autor confiesa que la elección del tema no ha sido al azar. Más bien, la historia llevaba décadas en barbecho, en espera de ser regada y cultivada. «A los once años, mi padre me llevó a ver una película titulada 'Su mejor enemigo'. En ella se mostraba a los italianos como unos soldados patéticos y desvergonzados. Él quiso demostrarme que no eran así y me contó la historia de esta unidad», desvela.
Como su padre hizo con él aquel día, Pérez-Reverte anhela demostrar con la novela que los italianos no fueron unos cobardes que huyeron trémulos de la batalla. «Es un acto de justicia», se limita a añadir. Repite la idea varias veces, cual profesor deseoso de que sus alumnos se lo graben a fuego en la memoria. Aunque también insiste en que, antes que bélica, esta es una historia de amor entre un héroe - Teseo Lombardo , buzo de combate de la 'Regia Marina'- y Elena Arbués -librera en Algeciras-. Lo hace ahora desde uno de los muchos miradores del Peñón, la segunda parada de este viaje, mientras observa a lo lejos la playa andaluza en la que estos dos personajes se conocen tras un fallido ataque a Gibraltar. «Es la mirada de ella la que le convierte en héroe, si no, sería un soldado que cumple con su deber», sentencia.
Torpedos humanos
La columna vertebral de esta novela con cierto regusto a ensayo, los miembros del grupo Orsa Maggiore, estaban adscritos a la Décima Flotilla MAS. Aquella que, según el historiador estadounidense Walter S. Zapotoczny , estaba formada por «los mejores comandos del conflicto». Decir que esta pequeña unidad fue la pesadilla de la marina inglesa es quedarse muy corto. Los buzos italianos, como bien explica Reverte, fueron pioneros en un tipo de guerra naval de coste ínfimo y alto rendimiento. Aunque lo que resulta más espeluznante es el peligro que les aguardaba. «Hacían tres horas de viaje desde la costa española y se sumergían cuando llegaban a 500 metros del puerto. Luego debían superar las redes antisubmarinas y, si les detectaban, también las ametralladoras», afirma el académico a la par que estira el brazo para señalar el camino mientras baja del Peñón.
También explica que, si bien la Décima Flotilla se hizo famosa por causar estragos en Alejandría y Argel, fue en Gibraltar donde se convirtió en leyenda con hasta 14 bajeles hundidos. Con esos números no resulta extraño que Pérez-Reverte haya utilizado el Peñón como telón de fondo para 'El italiano'. Aunque confiesa que Gibraltar es una de sus zonas talismán porque aúna varios elementos. «Para empezar, esta es una tierra de frontera, y en las fronteras pasas cosas. Una región así ofrece una riqueza narrativa increíble». No se olvida tampoco de que era «era un enclave fundamental para el imperio británico a la altura de Egipto o Malta». Esto último lo explica a la altura de 'Europa point' (el Faro de Punta Europa), donde se funden, como bien incide, el mar Mediterráneo con el océano Atlántico.
En este sentido, no olvida señalar Pérez-Reverte la guinda rojigualda de la obra, Además de la protagonista, la historia de Teseo Lombardo bebe de la operación iniciada en 1941 por Guiseppe Pierleoni , un comandante enviado en julio hasta España con el objetivo de alumbrar un equipo de buzos capaz de asaltar el puerto inglés de forma continuada. Tras una serie de golpes de mano, este olvidado personaje creó una base secreta en el corazón del 'Olterra', un petrolero varado en la costa sur del país desde el que envió sus 'maiale' contra la 'Royal Navy'.
Juego de espías
Pero las incursiones de los buzos italianos contra Gibraltar son solo una de las muchas patas con las que cuenta 'El italiano'. La segunda columna que sustenta la novela son esas historias de espías que tanto abundaban en España allá por los años cuarenta. De la mano de Elena Arbués, Pérez-Reverte nos traslada hasta un país que luchaba por dar una imagen de neutralidad ante la vieja Europa -aunque entre el parecer y el ser había un trecho- mientras los agentes del Eje campaban a sus anchas por las soleadas costas peninsulares. Según llegamos al hotel 'The Rock' (también presente en la obra), el académico explica que se ha esforzado por incluir la intensa, y muchas veces brutal, labor que llevaban a cabo los servicios secretos ingleses para evitar que agentes y saboteadores introdujeran su aguijón en el puerto del Peñón. La novela huele, en definitiva, al tabaco y al güisqui que caracterizaban a los confidentes hace ocho décadas.
Como extra, la obra hace una instantánea perfecta de cómo era la vida a un lado y otro de la verja con Gibraltar; un territorio que suele ser pasado por alto en los libros de historia, pero que fue clave para el devenir de la Segunda Guerra Mundial en el Mediterráneo. La pluma de Pérez-Reverte, descriptiva a la par que incisiva, nos lleva hasta dos países separados por unos metros en los que abundan el hambre y el miedo a los bombardeos. Territorios hermanados, pero recelosos. 'El italiano' nos habla también de la contienda desde una perspectiva diferente. Sus páginas son capaces de transmitir una idea obviada en una sociedad maniquea: que, más allá de ideologías, en todos los bandos había hombres y mujeres valientes dispuestos a acometer misiones imposibles por muchos motivos. «Todos seres somos ambiguos. En mis novelas no hay blancos ni negros», finaliza.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete