Amélie Nothomb: «Los Evangelios tienen lagunas; les falta el cuerpo»
La autora belga se mete en la piel de Jesús para relatar en primera persona el tormento de la crucifixión en su novela 'Sed'
Amélie Nothomb, este miércoles en Barcelona
Explica Amélie Nothomb que debía tener dos años y medio, quizá tres, la primera vez que su padre le habló de Jesucristo. «En ese mismo momento se convirtió en una figura heroica para mí. Aún no sabía que me convertiría en escritora, pero ... sí que supe que él me acompañaría toda la vida», relata la autora belga.
Pasaron los años, los lustros se convirtieron en décadas y ahí seguía, a su lado, el Cristo de su infancia, por lo que Nothomb se dijo que quizá había llegado el momento de ponerse manos a la obra con ese libro que, asegura, sabía que acabaría escribiendo antes incluso de juntar sus primeras palabras. «Llevo 50 años de premeditación. No volverá a suceder», sostiene la escritora a su paso por Barcelona para presentar 'Sed' (Anagrama), novela con la que se pone en la piel de Jesús para relatar en primera persona el tormento de la crucifixión.
«Con 12 años descubrí el sufrimiento y ahí llegó el problema. ¿Por qué el sufrimiento se ha de glorificar? 'Sed' es mi intento por comprenderlo», apunta. Suma y sigue, pues, para una autora que llega a su novela número veintiuno con el impulso de la polémica y la convicción de haber superado un ochomil aparentemente infranqueable. «Cada mañana me decía: 'ahora tienes que volver a subir a la cruz'. Y no tenía ganas. Pero al final me permitió imaginar durante cuatro meses lo que vivió Jesús aquella noche», explica.
Porque, por más que las crónicas francesas hayan querido poner especial énfasis en las relaciones carnales entre Jesús y María Magdalena, Nothomb considera que lo realmente importante, el tema central, es el dolor. La pasión. «En 'La última tentación de Cristo' parece que Jesús pueda escoger entre una vida normal y la crucifixión; puede optar a una vida ordinaria. En mi libro también está presente este amor, pero no es un tema tan central como el sufrimiento», aclara.
En el fondo, apunta la autora de 'Cosmética del enemigo', todo consiste en rellenar de músculos y tendones algunos huecos en los que únicamente había hueso. «Los Evangelios tienen algunas lagunas -asegura. Les falta el cuerpo. Y la crucifixión es el cuerpo. De ahí 'Sed', que es la unión entre el cuerpo y el espíritu». Con todo, Nothomb insiste en que esto no es, o no tendría que ser, un libro provocativo o escandaloso. «Hay quien lo ve como una blasfemia y quien cree que es un libro religioso, pero no es nada de eso. Es una novela; la historia de una persona que acepta un dolor infame. Mi reto era entenderlo», dice. La clave, añade, está en la persona. O en el personaje. «Lo único que sabemos es que Jesús existió realmente. A partir de ahí, me parece más interesante pensar en él como una persona cualquiera que un buen día decidió estar disponible para los demás y ser Jesús. Que no sea el hijo de Dios facilita mucho las cosas», abunda.
Nada de lo anterior, sin embargo, ha impedido que 'Sed' haya levantado ampollas en ciertos sectores eclesiásticos. «La iglesia joven es favorable y la vieja es bastante tibia, por no decir insultante», explica. Incluso su propia familia, reconoce, está dividida al respecto. «A mis padres les gustó mucho, pero al resto les costó aceptarlo. Es una familia muy tradicional. Pero yo no tengo la sensación de haber sido blasfema», insiste una autora para quien nunca se ha escrito nada tan duro como 'El Evangelio según Jesucristo', de Saramago. «A su lado, 'Sed' es adorable», bromea.